Tierra de Juan
Este muy merecido premio no le dar¨¢ a Juan Goytisolo m¨¢s tierra por la que andar, pero puede, as¨ª lo esperamos, llevar a un mayor n¨²mero de lectores a pisar el territorio que, con las virtudes y renuncios del p¨¢jaro solitario, viene ¨¦l sobrevolando desde 1954, que se dice pronto. Hay muchos goytisolos, y no me refiero aqu¨ª a los hermanos, que tambi¨¦n. Juan, el segundo de la tr¨ªada literaria, fue un precursor, yo dir¨ªa que en lo mejor y lo peor, que es a menudo la condici¨®n inevitable de los adelantados. Escribi¨® ficciones de minuciosa observaci¨®n social, cuando eso significaba enarbolar la bandera de la conciencia, y alg¨²n que otro ejercicio en una nueva objetividad con fecha de caducidad, que ¨¦l supo ver en el envase, desdici¨¦ndose pronto de ella con tres novelas poem¨¢ticas que, aun viviendo su autor en Par¨ªs, evitaban la mec¨¢nica, tan golosa, tan a la postre empalagosa, del nouveau roman. As¨ª aparecieron, en un periodo de menos de diez a?os (1966-1975), Se?as de identidad, Reivindicaci¨®n del conde don Juli¨¢n y Juan sin tierra, manifiestos novelados de un profundo cambio literario que era a la vez una refundaci¨®n personal, explicitada en la d¨¦cada siguiente con sus dos excelentes relatos memoriales, Coto vedado y En los reinos de taifa, insolentes, reveladores, valerosos y, como toda su obra, guiados por una suprema vocaci¨®n de dialogar con la tradici¨®n de los excluidos. En un pa¨ªs como el nuestro, que tiene como rasgo de cordura y recato la hipocres¨ªa y la ocultaci¨®n de las verdades pol¨ªticas y sexuales, esas obras de Juan Goytisolo hicieron ¨¦poca, en el sentido que tiene en ingl¨¦s el adjetivo epoch-making: abrir la puerta de un mejor tiempo futuro.
Pero hay algo m¨¢s, y tambi¨¦n de importancia, en su rica persona literaria. La curiosidad. Muchos escritores la tienen en lo que respecta a las lecturas, y tiene Goytisolo indudablemente esa erudici¨®n muy diversa al comentar a san Juan de la Cruz, a Fernando de Rojas, Cervantes, Aub o Lezama Lima, por citar s¨®lo unos pocos ejemplos, y al revivir a una figura tan sugestiva como Blanco White. Lo que trasciende la curiosidad del hombre le¨ªdo es no detener las pesquisas del saber en uno mismo, en un solo origen, en una sola cultura, en un solo lugar. Goytisolo ha viajado sin cesar y ha cambiado significativamente de residencias (desde los barrios parisienses de emigrantes del sur a Marruecos, donde vive desde hace a?os), pero es ante todo un explorador de s¨ª mismo, a la b¨²squeda de la tierra desconocida donde el ¨²nico tesoro a¨²n por descubrir es la escritura.
Hoja de ruta
- Juegos de manos (1954)
- Duelo en "El Para¨ªso" (1955)
- Campos de N¨ªjar (1959)
- La Chanca (1962)
- La isla (1961 -M¨¦xico- y 1982)
- Fin de fiesta (1962)
- El furg¨®n de cola (1967 y 1976)
- Se?as de identidad (1966 -M¨¦xico- y 1976)
- Reivindicaci¨®n del Conde Don Juli¨¢n (1970 -M¨¦xico- y 1976)
- Juan sin Tierra (1975)
- Disidencias (1977)
- Makbara (1980)
- Cr¨®nicas sarracinas (1982)
- Paisajes despu¨¦s de la batalla (1982)
- Coto vedado (1985)
- En los reinos de Taifa (1986)
- Las virtudes del p¨¢jaro solitario (1988)
- Aproximaciones a Gaud¨ª en Capadocia (1990)
- La saga de los Marx (1994)
- El sitio de los sitios (1996)
- Las semanas del jard¨ªn (1997)
- Paisajes de guerra. Sarajevo, Argelia, Palestina, Chechenia ( 2001)
- Carajicomedia (2001)
- El sitio de los sitios (1996)
- Tel¨®n de boca (2003)
- El Lucernario, la pasi¨®n cr¨ªtica de Manuel Aza?a (2004)
- El exiliado de aqu¨ª y all¨¢. (2008)
- Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores est¨¢ editando su obra completa. Hasta el momento se han publicado cinco de los siete vol¨²menes previstos.
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