Sesenta millones de cacas de perro
Las cifras apestan: hay alrededor de 255.000 perros en Madrid y como s¨®lo dos de cada diez ciudadanos recogen los excrementos de su mascota cuando la saca a pasear, a lo largo de un a?o se quedan en las calles unos 60.000.000 de deposiciones. S¨ª, han le¨ªdo bien: 60 millones, lo que hace que uno se encuentre, de media, una caca de perro cada 45 ¨® 50 metros. Como ven, la gran mayor¨ªa de las personas que tienen un chucho lo usan como arma de putrefacci¨®n masiva, lo cual es un asco. ?Por qu¨¦ tiene que ser el perro el mejor amigo del hombre, cuando podr¨ªa haberlo sido directamente el cerdo? Juan Urbano, que vive en una calle como tantas otras, de esas que por la ma?ana, cuando sales hacia el trabajo, te reciben con el olor nauseabundo que ha dejado en ellas el 80% de los amantes de los animales, tiene la teor¨ªa de que habr¨ªa que instaurar el carn¨¦ de perro por puntos, como en los coches, e ¨ªrselos quitando a los kaleborrokas caninos seg¨²n les pillase la Polic¨ªa Municipal dejando en la v¨ªa p¨²blica torres de canela, que les dice Garc¨ªa Lorca en uno de sus poemas. O inventar radares que le apuntasen la matr¨ªcula a los desconsiderados que llevan a sus bichos a hacer sus necesidades a los parques o los jardines donde un par de horas m¨¢s tarde van a ir a tirarse por los toboganes los ni?os. O poner como condici¨®n a todo aquel que quiera tener perro que instale en su casa un cuarto de ba?o especial para ¨¦l, que seguro que ya est¨¢ inventado. Pero est¨¢ claro que algo hay que hacer para erradicar este resto de cultura medieval que queda en nuestras sociedades, tan llenas de contrastes que, por lo general, mientras el mast¨ªn, el chiguagua o el pastor alem¨¢n de turno dejan la acera de todos o la puerta del vecino hechas un Cristo, sus propietarios hablan elegantemente por un tel¨¦fono m¨®vil ¨²ltimo modelo, para disimular. La posmodernidad es hacer las mismas guarradas 100 a?os m¨¢s tarde, seg¨²n se ve.
Algo hay que hacer para erradicar este resto de cultura medieval en nuestras sociedades
Ahora, el Ayuntamiento de Madrid, que se supone que ten¨ªa una ley por la que deb¨ªa de sancionar con 90 euros a quienes ensuciaran de ese modo la ciudad pero que hasta el d¨ªa de hoy es evidente que se ha tapado la nariz y se ha desentendido del tema, porque el n¨²mero de sanciones que pone por ese asunto es de risa, anuncia que por fin va a tomar medidas contra esos maleducados a los que tanto les gusta convertir las zonas verdes en zonas marrones, y que a partir del pr¨®ximo a?o la multa que les va a poner oscilar¨¢ entre los 750 y los 1.500 euros, dependiendo de d¨®nde deje el regalo o de si es reincidente.
De momento ha puesto en marcha, con la colaboraci¨®n del Colegio Oficial de Veterinarios, una campa?a que tiene un lema muy acertado: "Si pudiera, lo har¨ªa yo mismo". Naturalmente, porque qu¨¦ culpa tienen los pobres perros de que sus jefes sean tan marranos. Seguro que si la cosa funciona, hasta mejora el tr¨¢fico, porque ahora se pierde mucho tiempo esquivando cacas por las aceras...
Juan Urbano se alej¨® esperanzado por su calle, pensando que ojal¨¢ fuese verdad que el Ayuntamiento iba a tomar cartas en el asunto, aunque tambi¨¦n temiendo que todo esto no fuera m¨¢s que otro discurso vac¨ªo, como el de los millones de ¨¢rboles que se iban a plantar en Madrid, y todo eso. Por desgracia, como iba hojeando el peri¨®dico, se distrajo unos instantes y hace unos segundos, justo cuando este art¨ªculo estaba a punto de acabar, el pobre dio un mal paso y not¨® que la suela de su zapato resbalaba de un modo muy sospechoso. Como es un hombre culto, en lugar de maldecir se acord¨® de ese poema de D¨¢maso Alonso que dec¨ªa: Madrid es una ciudad de m¨¢s de un mill¨®n de cad¨¢veres. Y se dijo que ese poema se podr¨ªa actualizar muy f¨¢cilmente: Madrid es una ciudad de m¨¢s de 60 millones de cacas de perro... Es que para alguna gente no pasan los siglos.
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