Regreso al pa¨ªs de las almas
El fot¨®grafo y escritor catal¨¢n Jordi Esteva vuelve a Costa de Marfil para filmar ritos animistas de posesi¨®n
Diez a?os despu¨¦s de su alucinante aventura entre los sacerdotes animistas de Costa de Marfil, presenciando trances y ceremonias de posesi¨®n, Jordi Esteva regresa el lunes al pa¨ªs de las almas. No estaba en sus planes: el fot¨®grafo y escritor se encontraba inmerso en un libro sobre la isla de Socotra, extensi¨®n de ese hit de la literatura de viajes que es su Los ¨¢rabes del mar (reci¨¦n aparecido en catal¨¢n, Els ¨¤rabs del mar, Brau Edicions). Pero le lleg¨® un mensaje que no pod¨ªa ignorar. "Me dijeron que durante una ceremonia una feticheuse, una sacerdotisa conocida m¨ªa, hab¨ªa sido pose¨ªda por los esp¨ªritus y que ¨¦stos me reclamaban", explica tomando un caf¨¦ en Barcelona.
Esteva -insultantemente moreno, barbado, foulard al cuello: quintaesencia del aventurero-, tiene un singular talento para convertir incluso una tarde anodina en un bar en una experiencia sensacional. A ver, no a todo el mundo lo reclaman los esp¨ªritus africanos. ?l lo suelta como si fuera lo m¨¢s natural del mundo y enseguida se pone a conjurar un universo sobrecogedor en el que se mezclan Joseph Conrad, Evans-Pritchard y Yo anduve con un zombie. "La invitaci¨®n fue cuajando en mi interior y decid¨ª acudir a la cita", contin¨²a. "Me pregunto qu¨¦ querr¨¢n de m¨ª". La cuesti¨®n queda ah¨ª, helando la sangre del interlocutor, menos animoso -y valga la palabra- que el viajero Esteva y abismado ya irremediablemente en un escenario de penumbras, tambores y gallos degollados.
La sacerdotisa a trav¨¦s de la cual los ancestrales esp¨ªritus marfile?os han convocado al catal¨¢n no es otra que Adjoua Essouman Eponom -"me encanta ese nombre, es como de bruja de Macbeth", apunta Esteva-, la mujer de etnia agni, del grupo akan, que introdujo al fot¨®grafo y escritor en esos cultos secretos junto al r¨ªo Comoe, en la zona de Abengourou, tocando a Ghana. A ra¨ªz de esa vivencia, Esteva realiz¨® Viaje al pa¨ªs de las almas, un libro (Pretextos, 1999) y una exposici¨®n de las ins¨®litas fotograf¨ªas que pudo obtener. "Ha llegado el momento de volver, pero esta vez con un equipo de cuatro personas, para filmar todo el proceso por el que pasa un iniciado hasta que es entronizado como sacerdote animista", explica. El aprendizaje, que incluye conocimientos de sabidur¨ªa tradicional y farmacopea, dura unos siete a?os y est¨¢ muy codificado. Los sacerdotes, muy a menudo mujeres, son pose¨ªdos -"cabalgados"- por los diferentes esp¨ªrituos o genios que se comunican con los humanos a trav¨¦s de ellos durante rituales que pueden resultar muy impactantes. "El futuro de estas sacerdotisas est¨¢ muy amenazado", deplora Esteva, que recuerda que muchos de los reclutadas para esas pr¨¢cticas de cariz cham¨¢nico "son personas a las que en otras culturas se las tendr¨ªa por marginados y cuya energ¨ªa desconexa se encarrila aqu¨ª en una espiritualidad".
El mundo africano animista que representan los sacerdotes de Costa de Marfil-Ghana es, por supuesto, pariente del de las culturas yoruba que, trasladadas a Am¨¦rica por el esclavismo, produjeron el vud¨², el camdombl¨¦ y la santer¨ªa. "Tambi¨¦n aqu¨ª se produce sincretismo, especialmente por las muchas iglesias cristianas que compiten por captar a la gente, as¨ª que la sabidur¨ªa tradicional, la esencia, se est¨¢ perdiendo de manera acelerada e irremediable; tenemos que documentarlo todo antes de que desaparezca". Esteva quiere dar a su trabajo tambi¨¦n una dimensi¨®n art¨ªstica. Filmar¨¢ en blanco y negro y buscando tomas que enfaticen el dramatismo de la acci¨®n. El documental se acompa?ar¨¢ de una puesta al d¨ªa del libro con las nuevas experiencias. "Me han dicho que los esp¨ªritus me ense?ar¨¢n cosas insospechadas", acaba Esteva. Y por fin parece un poquito preocupado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.