"Nunca me he sentido tan libre"
Est¨¢ a punto de cumplir 85 a?os, el pr¨®ximo 13 de diciembre, y se siente m¨¢s libre que nunca. Controlados sus ¨²ltimos problemas de salud (el coraz¨®n, la vista) sigue trabajando como siempre. Acaba de inaugurar exposici¨®n en la galer¨ªa Lelong de Par¨ªs y a partir del d¨ªa 3 mostrar¨¢ parte de su ¨²ltima obra en la galer¨ªa Soledad Lorenzo de Madrid. Antoni T¨¤pies (Barcelona, 1923) explica que ha llegado a una etapa de su vida en la est¨¢ desnudo de prejuicios y con m¨¢s ilusi¨®n que nunca. "En m¨ª solamente manda la intuici¨®n. Cuando me enfrento a una obra, s¨®lo me dejo guiar por el instinto. Nunca me he sentido tan libre como ahora", afirma.
Es el ¨²nico artista espa?ol vivo cuya obra cuelga de las colecciones permanentes de todos los grandes museos del mundo. Cada exposici¨®n suya es un acontecimiento. Pero nada de esto parece importarle en exceso. Se mueve al margen de vanidades y leyes mercantiles.
"Cuando me enfrento a un cuadro s¨®lo me gu¨ªa el instinto"
Es un artista de producci¨®n r¨¢pida. En tres sesiones remata una obra
"La cr¨ªtica tiene un papel esencial en todos los campos, no s¨®lo en el arte"
"No me interesan fen¨®menos como Damien Hirst. Que haga lo que quiera"
Antoni T¨¤pies vive y trabaja en pleno centro de Barcelona. Su vivienda y estudio de trabajo forman una suerte de laberinto lleno de escaleras y bell¨ªsimos patios interiores. Son tres antiguas casas unidas que ¨¦l tiene abarrotadas de arte.
Rodeado de su impresionante colecci¨®n de esculturas y m¨¢scaras africanas, cuenta que lo que m¨¢s ilusi¨®n le hace de su 85? aniversario es que se le va a reconocer su trabajo de escritor. "Cuando cumpl¨ª los 80 ya me hicieron en el MACBA una exposici¨®n antol¨®gica. Todo el mundo conoce mis cuadros, mis esculturas, pero tengo ocho libros publicados. Siempre he escrito. Las ma?anas son para pintar y las tardes para pensar y escribir. Pero parece que pocos lo saben y a m¨ª me importa mucho. Me van a regalar una edici¨®n especial con mis textos titulada T¨¤pies escribe. Est¨¢n en catal¨¢n, por supuesto. D. Sam Abrams, uno de los te¨®ricos que m¨¢s admiro, hace la introducci¨®n".
En la exposici¨®n madrile?a se podr¨¢n ver una docena de obras de gran formato junto a dibujos y maquetas de cuadros. Est¨¢n fechadas en los ¨²ltimos tres a?os, algunas de ellas realizadas este mismo verano. "Sigo trabajando casi al ritmo de siempre, salvo cuando he parado por motivos de salud. Cuando estoy bien, me levanto temprano y bajo al taller. Trabajo cinco horas por la ma?ana. Muchas veces arranco sin saber lo que voy a hacer. Me dejo guiar por el instinto y siempre se me ocurren cosas".
T¨¤pies es un artista de producci¨®n r¨¢pida. Tres sesiones le bastan para rematar un cuadro. "Tengo la ilusi¨®n de saber dar forma a una cierta visi¨®n de la realidad", explica. "Yo s¨¦ lo que quiero contar, pero no hay nada que explicar. Cada uno tiene que ver lo que tiene delante. Por eso suelo prescindir de los t¨ªtulos y si los pongo son alusivos a alg¨²n elemento del cuadro no a su contenido".
Las piezas que sigue realizando y que le han hecho mundialmente famoso se mueven dentro del m¨¢s absoluto informalismo. Sus materiales b¨¢sicos son las arenas, el polvo de m¨¢rmol, el barro, los papeles y los m¨¢s variados materiales de desecho o mobiliario casero (cepillos de barrer, cubos de zinc, coladores).
El mundo y la filosof¨ªa oriental siguen estando presentes en su obra. "No hay nada como el refinamiento de la cultura oriental". Cuenta que su padre fue el responsable de su aproximaci¨®n al arte chino. "Ten¨ªa muchos libros que me comentaba y yo empec¨¦ a interesarme. Luego, ya de joven, viaj¨¦ a Jap¨®n. Conoc¨ª personalmente a muchos artistas japoneses y me sent¨ª seducido por ese mundo. Su caligraf¨ªa es de una belleza y de una profundidad extraordinarias. Contiene una sabidur¨ªa subyugante".
T¨¤pies pinta con el cuadro en el suelo. La edad y sus achaques no le impiden hincar las rodillas y embadurnarse hasta el codo de la pasta que le sirve de base para la obra. "Me ayuda un chico acerc¨¢ndome los materiales, pero la elaboraci¨®n y colocaci¨®n de todos los elementos la hago con mis manos".
De todas formas, las estaciones marcan su vida. "Yo voy con la temperatura", explica, y "con estos fr¨ªos no me pongo en las corrientes, no me puedo tirar en el suelo. Prefiero dibujar o hacer maquetas para futuros cuadros. Ahora estoy haciendo algunos dibujos con detalles figurativos", cuenta ri¨¦ndose. ?No pensar¨¢ competir en ese campo con Antonio L¨®pez? "No. Eso nunca, y que conste que Antonio L¨®pez es un hombre al que respeto profundamente y admiro much¨ªsimo lo que hace. Otra cosa es que mi mundo sea otro".
Respecto a la crisis general y a la que puede afectar al mercado del arte, el artista catal¨¢n dice no tener mucha informaci¨®n. "No s¨¦ c¨®mo se ha llegado a esto. Y de los precios del mercado y de las subastas, s¨®lo puedo decir que me parecen un disparate, irreales. Han manejado unos precios terribles".
Y qu¨¦ opina sobre fen¨®menos art¨ªsticos medi¨¢ticos como Damien Hirst. "Un disparate. No me interesa nada. Que se diga que esa calavera es arte me hace re¨ªr. Que haga lo que quiera. Yo soy de los que opino que la cr¨ªtica tiene un papel esencial y que es ella, y hablo de la gran cr¨ªtica, la que tiene que poner a todos estos fen¨®menos en su sitio. La cr¨ªtica me merece un gran respeto y es fundamental en todos los campos".
El nombre de Antoni T¨¤pies ha estado siempre vinculado a la izquierda y al catalanismo y ah¨ª sigue. "Soy una persona de la izquierda, sin concretar demasiado. Y soy catal¨¢n. Por ejemplo, quiero decir que el se?or Montilla es un hombre tan humano y apegado a los problemas de Catalu?a, que me satisface mucho. Ha venido al estudio, conoce mi obra y se lo agradezco. Pascual Maragall es uno de mis grandes amigos. No s¨®lo es un hombre muy simp¨¢tico, sino que adem¨¢s tiene grandes conocimientos". ?Y el presidente Zapatero se ha interesado por su obra? "No. La verdad es que nunca he sabido nada de ¨¦l".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.