Aberraciones en una casa no tan p¨ªa
El juicio m¨¢s largo de la historia de Portugal llega a su fin. El tribunal fallar¨¢ sobre cientos de abusos a menores
Los relatos de las v¨ªctimas son aberrantes. "Fue una experiencia que me marc¨® mucho. Estaba vigilado las 24 horas del d¨ªa. Viv¨ªa en una especie de prisi¨®n, y en ella sufr¨ª abusos durante muchos a?os", ha contado Ricardo. "Sent¨ª odio cuando les vi all¨ª, enfrente. Los habr¨ªa matado si hubiera podido", ha reconocido Andr¨¦, al recordar su encuentro con los violadores durante el juicio. Algunos de aquellos muchachos buscaron el suicidio. Uno se lanz¨® desde un segundo piso. El Estado acab¨® indemniz¨¢ndolos con 50.000 euros a cada uno, pero la mayor¨ªa de los acusados, personas muy influyentes, est¨¢ libre. Eso es todo, hasta ahora, en el proceso de la Casa P¨ªa, el m¨¢s largo y siniestro de la historia portuguesa, que esta semana entr¨® en la fase de alegaciones finales. La obstrucci¨®n de la polic¨ªa y las presiones sobre los jueces han sido moneda com¨²n en la evoluci¨®n del esc¨¢ndalo.
Desde los a?os setenta hay constancia de la entrega de ni?os de la Casa P¨ªa para org¨ªas y filmaciones en EE UU
La Casa P¨ªa de Lisboa es una instituci¨®n cuyos or¨ªgenes se remontan a 1780, cuando fue fundada por Mar¨ªa I, conocida como P¨ªa, ante el caos social provocado por el terremoto de 1755. El objetivo declarado es acoger, en r¨¦gimen de internado, a muchachos marginados o hu¨¦rfanos y darles la formaci¨®n necesaria para su integraci¨®n en la sociedad. Buenos prop¨®sitos para una instituci¨®n que ha sido escenario de las historias m¨¢s s¨®rdidas.
El esc¨¢ndalo sali¨® a la luz p¨²blica el 23 de noviembre de 2002, cuando Joel, ex alumno, acus¨® de abusos sexuales a varias figuras p¨²blicas y al ex funcionario de la Casa P¨ªa Carlos Silvino da Silva, conocido con el sobrenombre de Bibi. La periodista Felicia Cabrita destap¨® el caso en el semanario Expresso y el canal de televisi¨®n SIC. Empez¨® a tirar de la madeja y asom¨® una red de pedofilia que inclu¨ªa a diplom¨¢ticos, pol¨ªticos, deportistas, animadores de televisi¨®n. Gente importante, en suma.
Dos d¨ªas despu¨¦s, Silvino da Silva fue detenido y, desde entonces, es el principal acusado del caso. El perfil de este antiguo jardinero y ch¨®fer de la instituci¨®n merece una historia aparte. De muchacho fue alumno en la Casa P¨ªa, donde, seg¨²n ha declarado, fue violado desde que ten¨ªa cuatro a?os. Bibi pas¨® "hambre, fr¨ªo y miseria" y a los 10 a?os ya consideraba normales las relaciones homosexuales con otros alumnos. Fue descubierto abusando de un menor que necesit¨® atenci¨®n m¨¦dica; acab¨® expulsado del centro, pero, misteriosamente, fue readmitido tras presentar un recurso judicial.
Esta periodista tuvo acceso a documentaci¨®n de los a?os setenta en la que ya aparecen hombres ricos estadounidenses que acud¨ªan a la instituci¨®n en busca de muchachos. "Hab¨ªa m¨¦dicos de California", precisa Cabrita. Silvino da Silva era el suministrador de ni?os que participaban en org¨ªas en las que recib¨ªan dinero a cambio del silencio. Individuos que llegaban a Lisboa en aviones privados, veh¨ªculos de alta gama con alumnos de la Casa P¨ªa en el aeropuerto para ser trasladados a Estados Unidos "para efectuar filmaciones y sexo". Portugal padec¨ªa todav¨ªa la dictadura salazarista en aquella ¨¦poca.
Am¨¦rico Henriques, profesor de relojer¨ªa en la Casa P¨ªa, se cans¨® de clamar en el desierto sobre las andanzas del antiguo ch¨®fer. Inform¨® a la direcci¨®n del centro, abri¨® un proceso disciplinario a Bibi, acudi¨® a la Polic¨ªa Judicial... sin ning¨²n resultado. Teresa Costa Macedo, en 1982 secretaria de Estado de Asuntos Sociales para la Familia, entreg¨® a la Polic¨ªa Judicial documentos y fotograf¨ªas que probaban que no se trataba s¨®lo de un personaje siniestro, sino de una red de pederastia que implicaba a pol¨ªticos del Partido Socialista (PS) y del Partido Social Dem¨®crata (PSD), las dos grandes fuerzas pol¨ªticas que se han repartido el poder en Portugal a lo largo de los ¨²ltimos 30 a?os.
Cuando Expresso destap¨® el esc¨¢ndalo, el entonces director de la Casa P¨ªa, Luis Rebelo, trat¨® de convertir a Silvino da Silva en el chivo expiatorio, al declarar que se trataba de un solo funcionario entre m¨¢s de 1.000. Fue destituido. El Gobierno nombr¨® en su puesto a la prestigiosa educadora Catalina Pestana, 61 a?os, primera mujer que ocupaba el cargo. "El ambiente que se vive en la Casa P¨ªa es el de una pel¨ªcula de terror. Existen otras personas involucradas, pero los menores no saben sus nombres, s¨®lo conocen las caras y les llaman se?or doctor y se?or ingeniero", dijo, despu¨¦s de comprobar lo que se coc¨ªa en la instituci¨®n.
Empezaron a salir nombres, adem¨¢s del de Carlos Silvino, acusado de m¨¢s de 1.000 delitos, de los que se ha declarado responsable. Dos alumnos de la Casa P¨ªa desaparecieron y fueron encontrados d¨ªas m¨¢s tarde en la casa del ex embajador Jorge Marques de Leit?o Ritto, 72 a?os, en Cascais. Est¨¢ acusado de nueve delitos de lenocinio y dos de abusos sexuales. M¨¢s adelante, tres alumnos de la Casa P¨ªa dieron el nombre del implicado m¨¢s medi¨¢tico: Carlos Cruz, 66 a?os, uno de los presentadores de televisi¨®n m¨¢s populares. Est¨¢ acusado de cinco delitos de abuso sexual y uno de actos homosexuales con adolescentes. Jo?o Aibe¨®, fiscal del caso, afirma que al menos dos delitos est¨¢n probados.
En mayo de 2003, el esc¨¢ndalo adquiri¨® proporciones alarmantes y puso en la picota al n¨²mero dos del Partido Socialista, Paulo Pedroso. Detenido por abuso sexual de menores, a los cuatro meses fue liberado y regres¨® como un h¨¦roe al Parlamento, donde conserva su esca?o de diputado.
Ferreira Diniz, m¨¦dico de 54 a?os, est¨¢ acusado de 18 delitos de abuso de menores; Manuel Abrantes, 54 a?os, antiguo director adjunto de la instituci¨®n, responde por 43 delitos de abuso de persona interna, 5 de abuso sexual de menores, 2 de lenocinio y 1 de fraude; el abogado Hugo Mar?al, 48 a?os, est¨¢ acusado de 22 delitos de lenocinio y 14 de abusos sexuales; y Gertrudis Nunes, 66 a?os, es la due?a de la casa de Elvas, junto a la frontera con Extremadura, donde se organizaban org¨ªas con menores. Son en total siete procesados. Los tres jueces del tribunal -Ana Peres (presidenta), Ester Santos y Jose Manuel Lopes Barata- tendr¨¢n que dictar sentencia cuatro a?os despu¨¦s del comienzo del juicio.
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