Revoluci¨®n en la costa
Hay que tener cuidado con la gente, no se puede ser bueno con ella. Se les trata con educaci¨®n y acaban por pedir que se les reconozca como personas, se les concede lo que nos parece y acaban pidiendo lo que les corresponde. Eso y m¨¢s reza para las mujeres, es sabido que ellas son las peores, quieren para ellas tanto como para los hombres. O se para esto o acabaremos siendo una sociedad sin discriminaci¨®n e igualitaria. Pero qu¨¦ se puede hacer si ellas, p¨¦rfidas y pillas, se ayudan entre ellas y adem¨¢s se acogen a las leyes. Y, lo que es peor, como no hacen ruido nadie se entera para detenerlas a tiempo (la culpa de este estado de cosas ya es de quien nombra mujeres para ministras y conselleiras).
Las mujeres del mar crean riqueza y es de justicia que participen en su administraci¨®n
Seg¨²n se rumorea, esto es una revoluci¨®n silenciosa que no recibe titulares de prensa. Algo de eso acaba de ocurrir en nuestro parlamento estos d¨ªas pasados. Se aprob¨® una ley presentada por la conselleira por la que los cargos en las cofrad¨ªas estar¨¢n compuestos de forma paritaria por hombres y mujeres. Mandar¨¢n tanto los hombres como las mujeres en la pesca y el marisqueo. ?Dar¨¢ paso esto a una desorganizaci¨®n total, a la ruina de la pesca y las r¨ªas e incluso a una crisis alimentaria? ?Ser¨¢ esto peor que la que arm¨® ?lvarez Cascos con el Prestige? (ahora acaba de volver a mandar por tel¨¦fono "al quinto pino" a una empresa inmobiliaria, que a continuaci¨®n tambi¨¦n se hundi¨®). ?Si luego el pescado y el marisco sube le tendremos que echar la culpa a esto en vez de a la crisis y la Navidad? Hay quien piensa as¨ª.
Pero tambi¨¦n hay quien ve estas cosas de un modo distinto. Hay quien cree que la entrada de las mujeres en el gobierno de la pesca y el marisqueo significa la modernizaci¨®n definitiva de un sector econ¨®mico tan importante para nuestro pa¨ªs. Para Galicia la pesca es una parte de nuestra historia colectiva, una parte ¨¦pica. Fueron nuestros barcos los que descubrieron y abrieron caladeros por todos los oc¨¦anos, en Gran Sol, Terranova o el Pac¨ªfico. Si alguien escribe la historia de la pesca en nuestro planeta tendr¨¢ que celebrar el esp¨ªritu aventurero y cazador de nuestros marineros o bien, seg¨²n el punto de vista, acordarse de todos sus muertos. Ese impulso expansivo de nuestra pesca se encauz¨® en las ¨²ltimas d¨¦cadas dentro de las pol¨ªticas de la Uni¨®n Europea y de la autonom¨ªa. Y en esos a?os en que los mares abiertos y sin due?o se nos fueron cerrando, hay que reconocer un esfuerzo continuado desde el principio de nuestra autonom¨ªa en modernizar tanto la pesca de altura como las actividades en las r¨ªas. Fueron las administraciones de la derecha las que iniciaron las pol¨ªticas que ahora se contin¨²an, especialmente en los a?os de L¨®pez Veiga en la Conseller¨ªa de Pesca (que ¨¦l mismo acabase desvirtuando toda su labor anterior con su actuaci¨®n desastrosa ante la cat¨¢strofe del Prestige es un caso curioso de harakiri pol¨ªtico). La ordenaci¨®n y racionalizaci¨®n del marisqueo permiti¨® a muchas mujeres conseguir importantes ingresos y mejorar la econom¨ªa de muchas familias en nuestras r¨ªas. Era inevitable que esa presencia activa de las mujeres se plasmase en una demanda de representaci¨®n y poder; crean riqueza y quieren participar en su administraci¨®n.
Desde un punto de vista antropol¨®gico los pescadores eran cazadores n¨®madas, depredadores paleol¨ªticos, hasta ahora en que tienen que cazar en bancos localizados y pactados, sometidos a vedas, vigilados y con sus aparejos y el tama?o de sus capturas limitados. Hoy son cazadores modernos. Y el marisqueo fue hasta hace poco tambi¨¦n puramente depredador, recolector. Ahora ya es un cultivo organizado en nuestras costas y r¨ªas que ha multiplicado la producci¨®n y generaci¨®n de riqueza. Hoy los mariscadores y mariscadoras, excluidos los furtivos, son los labradores y labradoras de nuestro mar. Son quienes introducen civilizaci¨®n donde antes hab¨ªa salvajismo.
Es un cambio antropol¨®gico, mental y econ¨®mico profundo y en ese cambio tienen un papel decisivo las mujeres, en esa nueva econom¨ªa del mar basada en el cuidado, la atenci¨®n y la previsi¨®n, en las que las mujeres son el tronco y la base. Les faltaba estar tambi¨¦n en la cabeza y con esta ley eso va a ocurrir. Es l¨®gico pensar que ser¨¢ para bien. En cualquier caso, era de justicia.
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