'Okupas' en el cementerio
El movimiento vecinal contin¨²a en el barrio que luch¨® 30 a?os por el metro
Los hombres se saludan con golpes en la espalda. Huele a horno de pan y a pincho de tortilla. Hay ropa tendida. Peluquer¨ªas "de se?ora". Gente. Un barrio. La Elipa, en el distrito de Ciudad Lineal, tiene metro desde 2007, pero existe desde los a?os cincuenta (naci¨® como un poblado dirigido, un PAU de Franco, sobre un antiguo asentamiento de inmigrantes y traperos).
"?ste era el barrio m¨¢s c¨¦ntrico sin metro, fueron 30 a?os de lucha", recuerda F¨¦lix de Dios, de la asociaci¨®n Nueva Elipa. Su local es donde los vecinos llevan sus quejas, donde van si no entienden un papeleo o montan una fiesta. "Al Ayuntamiento le joroba que la gente se dirija a nosotros antes que a ellos", dice De Dios con conocimiento de causa: por el d¨ªa es funcionario municipal.
"Es el barrio con m¨¢s habitantes... no todos vivos", dice un vecino
"La gente es de La Elipa, existe una idiosincrasia, un orgullo", agrega. Tienen sus h¨¦roes, Burning, y su s¨ªmbolo, el drag¨®n, un tobog¨¢n en un parque infantil: "Como monumento no es gran cosa, pero se ha convertido en un icono", puntualiza. Precisamente El Drag¨®n se llama el nuevo "centro cultural" del barrio, un edificio okupado a la entrada del cementerio de la Almudena. El suelo de cemento levanta polvo, del ascensor s¨®lo queda el hueco. Queda mucho por hacer. Cuatro j¨®venes (un inform¨¢tico, una estudiante de instituto y dos universitarios) hacen guardia fumando envueltos en mantas. Han construido una barra de bar y una biblioteca. Amontonado cascotes, retirado p¨¢jaros muertos, colocado generadores y un retrete entre tableros.
Tienen seis meses hasta que el juez sentencie el desalojo. Los vecinos les apoyan en sus planes: un videoforum, un taller de bicis, t¨²nel del terror para los ni?os... "Pero a ellos les da igual lo bien montado que lo tengas", dice Rodrigo Ol¨ªas, de 22 a?os. "Desalojaron la casa okupa de Noviciado, ?y ten¨ªa hasta grifo de cerveza!". Dos veces a la semana celebran asambleas. La eterna discusi¨®n entre arreglar el mundo o ponerse a limpiar.
Tras a?os de lucha vecinal, F¨¦lix de Dios les mira con ilusi¨®n. Esta okupaci¨®n dota al barrio de un espacio y encima es un s¨ªmbolo contra la corruptela (el Ayuntamiento vendi¨® el 49% de la empresa funeraria municipal a Funespa?a por 60 c¨¦ntimos). "Se pueden cambiar las cosas", dice a las puertas del cementerio. "No olvides que La Elipa es el barrio con m¨¢s habitantes de Madrid... aunque no todos est¨¦n necesariamente vivos".
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