Cauteloso Obama

En ausencia de detalles sobre sus planes espec¨ªficos cuando asuma el cargo en enero, la elecci¨®n de sus colaboradores es el indicio m¨¢s fiable de qu¨¦ tipo de presidente de EE UU quiere ser Barack Obama. El anuncio ayer, entre otros, de Hillary Clinton para la Secretar¨ªa de Estado, el mantenimiento de Robert Gates en Defensa y el nombramiento del general retirado James Jones como consejero de seguridad nacional -confirmando en los tres casos filtraciones anteriores- rubrican lo apuntado cuando Obama hizo p¨²blico su equipo econ¨®mico: el presidente electo se mueve con cautela, quiere colaboradores pragm¨¢ticos y flexibles, con un aura de competencia previa. Y no se le caen los anillos escogiendo a quienes han sostenido en pol¨ªtica exterior y de seguridad posiciones menos contemporizadoras que las suyas propias.

Si alguien esperaba, sobre todo en la izquierda del partido dem¨®crata, anuncios rompedores de Obama sobre personas o prioridades, probablemente se haya sentido decepcionado ayer. Aparte de Irak, de donde mantiene retirarse en 16 meses, si sus generales no opinan otra cosa, el pr¨®ximo presidente se concentrar¨¢ en contener los programas at¨®micos de Ir¨¢n y Corea del Norte e impulsar la paz en Oriente Pr¨®ximo. Bajo su tim¨®n, Washington reforzar¨¢ su poder¨ªo militar y mantendr¨¢ como prioridad la lucha antiterrorista, con menciones espec¨ªficas a talibanes y Al Qaeda. Dedicaciones dictadas por el sentido com¨²n y que presumiblemente suscribir¨ªa cualquier otro presidente, dem¨®crata o republicano.

Sobre los riesgos de hacer a Clinton, su rival de candidatura, ministra de Exteriores, s¨®lo el tiempo resolver¨¢ la inc¨®gnita de si el presidente electo y la ex primera dama son compatibles. El cargo, de enorme visibilidad, exige por razones obvias una complicidad personal por el momento ausente. La reconfirmaci¨®n de Gates, sin embargo, es lo mejor que Obama podr¨ªa haber hecho. El titular de Defensa -republicano nominal, pero en la pr¨¢ctica independiente respetado por unos y otros- acumula una ejecutoria notable desde que sucediera a Donald Rumsfeld hace dos a?os. Algo parecido sucede con el general de marines Jones, que fuera jefe supremo de la OTAN. Juntos son un equipo te¨®ricamente imbatible en su conocimiento de los entresijos militares y de inteligencia. Si se trata del cambio prometido en la campa?a electoral, se ver¨¢.