Una explosi¨®n de gas deja 18 heridos muy graves
La Generalitat detecta deficiencias en las tuber¨ªas de agua y de Gas Natural tras la deflagraci¨®n de Gav¨¤
Entre la vida y la muerte. As¨ª se encuentran 18 de los heridos por la explosi¨®n de gas que la madrugada del martes sacudi¨® un barrio marginal de Gav¨¤ (45.000 habitantes, Barcelona). Todos, incluidos siete ni?os, sufren quemaduras en el 80% de su cuerpo. Los heridos, 28 en total, viven de alquiler en un bloque de pisos de protecci¨®n oficial que ha quedado destrozado y que tendr¨¢ que ser derribado. La desgracia fue causada por una explosi¨®n de gas natural, confirmaron los Mossos d'Esquadra, que investigan si una fuga de agua -registrada minutos antes de la deflagraci¨®n- est¨¢ relacionada con el siniestro.
A las 2.50 horas del mi¨¦rcoles, la polic¨ªa local de Gav¨¤ recibi¨® una llamada que, a priori, parec¨ªa irrelevante: alguien vio un escape de agua delante de la finca situada en el n¨²mero 1 del camino de Ca n'Espin¨®s, en el barrio hom¨®nimo. Sin bajar del coche, dos polic¨ªas comprobaron que no se trataba de ninguna broma: una ca?er¨ªa de agua ten¨ªa una fuga. Aparcaron el veh¨ªculo a unos metros y, cuando se acercaron al bloque, se produjo la explosi¨®n. "Se han salvado por pocos segundos", resumi¨® el jefe de la polic¨ªa local, Manuel Calero. Casualidad o no -y en esa disyuntiva est¨¢n ahora los investigadores- la explosi¨®n de gas se produjo delante del mismo portal: el n¨²mero 1 del camino de Ca n'Espin¨®s.
Los 40 vecinos del bloque -la mayor¨ªa son de etnia gitana y miembros de la misma familia- estaban durmiendo y sufrieron de pleno las consecuencias del accidente. Tres fachadas del edificio, de tres plantas, se vinieron abajo al instante y la calle se llen¨® de polvo y ladrillos. Los bomberos constataron que no hab¨ªa nadie atrapado bajo los escombros. El fuego, de hecho, fue el que caus¨® todo el da?o: un ni?o y un adulto sufren quemaduras de segundo y tercer grado en el 98% de su cuerpo. Ayer luchaban por sobrevivir en los servicios de urgencias del hospital de Vall d'Hebron de Barcelona.
Los primeros minutos tras el siniestro fueron ca¨®ticos. "Escuch¨¦ la explosi¨®n, sal¨ª al balc¨®n a ver qu¨¦ pasaba y vi c¨®mo todo se ven¨ªa abajo", relat¨® Araceli, que vive en el bloque de al lado. Pese a que ¨¦se y otro edificio sufrieron da?os menores -algunas ventanas y cristales rotos-, los bomberos desalojaron, por prevenci¨®n, a sus 80 vecinos, que pasaron las primeras horas de la ma?ana en el centro c¨ªvico del barrio. A mediod¨ªa regresaron a casa, pero lo hicieron sin ninguna clase de suministros (el agua, la luz y el gas segu¨ªan cortados) y con miedo en el cuerpo. "?Yo no vuelvo a encender el gas ni en broma!", coment¨® un hombre mientras su mujer, al tel¨¦fono, preguntaba por sus familiares heridos. Ella, como otros afectados, todav¨ªa andaba en pijama y zapatillas: el desastre les sobrevino sin previo aviso y tuvieron que salir con lo puesto.
Nueve de las doce familias del bloque siniestrado son clientes de Gas Natural. El resto utiliza gas butano. La compa?¨ªa no quiso aclarar cu¨¢l de las dos fuentes de energ¨ªa fue la causante de la explosi¨®n y puso sus recursos "en manos de la investigaci¨®n policial". La polic¨ªa catalana sostiene que fue el gas natural. La potencia de la deflagraci¨®n y, sobre todo, el lamentable estado en el que qued¨® el edificio, hace que todos los expertos consultados coincidan en respaldar la hip¨®tesis del gas natural.
Mientras los familiares aguardaban noticias de los suyos, los investigadores se pon¨ªan manos a la obra para aclarar las causas. La polic¨ªa cient¨ªfica de los Mossos inspeccion¨® el lugar en busca de restos de las tuber¨ªas. En una primera inspecci¨®n, t¨¦cnicos de la Generalitat detectaron "afectaciones" en la tuber¨ªa de distribuci¨®n del gas natural, as¨ª como en una ca?er¨ªa de agua. Ambas est¨¢n separadas "por la distancia reglamentaria", seg¨²n los mismos t¨¦cnicos. Est¨¢ por ver, aun as¨ª, si esos desperfectos en las conducciones han tenido algo que ver en el siniestro.
En los ¨²ltimos ocho a?os, 21 personas han muerto en Catalu?a en accidentes relacionados con el gas. En uno de los ¨²ltimos casos, el de Santa Coloma de Gramenet, fallecieron dos personas. Los t¨¦cnicos discutieron durante meses sobre si una fuga de agua fue la responsable de perforar una tuber¨ªa del gas.
La tarde del martes, el barrio de Ca n'Espin¨®s ya ol¨ªa a gas. Eso afirmaron, al menos, diversos vecinos, quienes aseguraron que avisaron a la compa?¨ªa. Tras inspeccionar la zona, los t¨¦cnicos explicaron que todo estaba en orden, siempre seg¨²n esa versi¨®n. Gas Natural desminti¨® que hubiera recibido el aviso y asegur¨® que, en la ¨²ltima revisi¨®n de las tuber¨ªas de la calle (entre octubre y noviembre) se comprob¨® que la instalaci¨®n era "correcta".
"En el barrio nadie revisa nada. No vienen ni las ambulancias, estamos dejados de la mano de Dios. S¨®lo viene la polic¨ªa, y para coger cuatro bolas de hach¨ªs", explicaba, a la puerta de urgencias del hospital Vall d'Hebron, un hombre que tiene "a una sobrina y a una prima" entre las heridas. No fue la ¨²nica queja que lanzaron los vecinos del degradado barrio de Gav¨¤, que criticaron la excesiva tardanza de las emergencias. "Si no llega a ser por nosotros, de aqu¨ª no sale nadie vivo. La ambulancia ha venido tarde", remach¨® Paulo Lucas.
La Generalitat defendi¨®, por el contrario, que las ambulancias tardaron s¨®lo 11 minutos en llegar al barrio, que est¨¢ alejado tres kil¨®metros del centro de Gav¨¤, tiene un ¨²nico acceso por carretera y est¨¢ en la falda de una monta?a. Los bomberos, por su parte, llegaron ocho minutos despu¨¦s de recibir la llamada de alerta, siempre seg¨²n la versi¨®n oficial.
A la espera de ayuda, hubo quien actu¨® por su cuenta y llev¨® a los heridos hasta los hospitales de Barcelona. Ayer por la tarde, cinco heridos recibieron el alta, pero otros 23 continuaban ingresados. De los ocho ni?os implicados, siete est¨¢n "muy graves" y se teme por su vida. Lo mismo ocurre con 11 de los 15 adultos.
A medida que avanzaba la ma?ana, los familiares iban conociendo la verdadera dimensi¨®n de lo ocurrido. Hubo momentos de tensi¨®n en las urgencias: un cristal acab¨® roto de un pu?etazo de rabia.
El drama oblig¨® al presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, a cancelar su visita a Bruselas para gestionar de cerca el episodio. La Administraci¨®n ha puesto a disposici¨®n de los afectados un hotel y pisos para que se alojen los pr¨®ximos d¨ªas.
Solidaridad en medio del desastre
Los 450 vecinos que habitan en el barrio de Ca n'Espin¨®s se conocen muy bien. De hecho, a muchos les unen lazos familiares. Por eso no extra?a que, minutos despu¨¦s de la explosi¨®n, muchos de ellos se agolparan a las puertas del edificio afectado, escalera en mano, para socorrer a los heridos. "Hemos subido nosotros a rescatarlos; el edificio estaba en llamas, incluso alguien salt¨® desde el balc¨®n", recordaba Carmelo Exp¨®sito, uno de los vecinos de la zona.
Hasta que llegaron los primeros veh¨ªculos de bomberos, fueron los propios vecinos quienes, con medios precarios, rescataron a todo aquel que pudieron. Dos agentes de la Guardia Urbana que se hallaban en la zona entraron tambi¨¦n en el edificio, que estaba en llamas.
Tras sacar de sus pisos a los heridos m¨¢s graves, los vecinos los llevaron al hospital en sus propios coches. "Muchos de los que conduc¨ªamos no tenemos carn¨¦, pero la prioridad era salvar a los m¨¢s quemados", reconoc¨ªa un habitante de la zona.
La ola de solidaridad no s¨®lo se vivi¨® entre los vecinos de Gav¨¤, sino tambi¨¦n entre los trabajadores del hospital de Vall d'Hebron, a donde fueron trasladadas las v¨ªctimas. Angustiado ante la avalancha de heridos y la gravedad, el jefe de las urgencias recibi¨® una ayuda inesperada: personal de otros departamentos se desplaz¨® hasta all¨ª para ayudar. "Han venido m¨¦dicos, enfermeras, celadores y hasta se?oras de la limpieza", explicaron fuentes del centro hospitalario.
Un barrio marginal, sin escuela ni centro sanitario
Hasta ayer, el barrio de Ca n'Espin¨®s era conocido ¨²nicamente por ser un peque?o supermercado de droga de la comarca: el lugar al que se desplazan numerosos drogadictos para comprar sus dosis de hach¨ªs, hero¨ªna o coca¨ªna. Su condici¨®n marginal favorece el narcotr¨¢fico.
Desde la madrugada del mi¨¦rcoles, adem¨¢s, el barrio tiene el dudoso honor de haberse situado en el mapa por la explosi¨®n que ha herido a 28 de sus vecinos y que obligar¨¢ a derribar totalmente el edificio en el que viv¨ªan.
Ubicado en una ladera, est¨¢ rodeado de bosque y desde sus edificios, en la lejan¨ªa, se contempla el mar y el atareado ir y venir de los aviones del aeropuerto de El Prat. Desgajado de la poblaci¨®n de Gav¨¤, de cuyo centro urbano le separan tres kil¨®metros, en ¨¦l viven unas 450 personas, la mayor parte de etnia gitana, aunque en los ¨²ltimos tiempos acoge tambi¨¦n a inmigrantes extranjeros, preferentemente magreb¨ªes. En Ca n'Espin¨®s, castigado por el paro y con un alto ¨ªndice de analfabetismo, todo el mundo se conoce.
El barrio naci¨® espont¨¢neamente en los a?os cincuenta, cuando el propietario de la mas¨ªa que da nombre a la zona vendi¨® de forma irregular unas parcelas que fueron urbanizadas sin ning¨²n tipo de licencia de obras y se fueron poblando a lo largo del tiempo por familias con pocos recursos, que empezaron a construirse sus casas pegadas unas a otras y con graves deficiencias.
Hasta 1991, Ca n'Espin¨®s no ten¨ªa ni alumbrado p¨²blico, ni agua corriente ni alcantarillas. Fue aquel a?o cuando el Ayuntamiento, que siempre ha estado en manos socialistas, comenz¨® a urbanizar las calles y a ordenar los servicios de luz y agua. Despu¨¦s, el consistorio compr¨® los terrenos y el Departamento de Bienestar Social construy¨® 60 pisos distribuidos en cinco bloques ¡ªen uno de los cuales se registr¨® ayer la explosi¨®n¡ª para erradicar la autoconstrucci¨®n y en chabolismo.
Se trata de pisos de entre 70 y 80 metros cuadrados con tres dormitorios, cocina, ba?o, galer¨ªa y balc¨®n, en r¨¦gimen de protecci¨®n oficial de alquiler, con contratos de cinco a?os prorrogables, por los que sus inquilinos pagan entre 300 y 400 euros mensuales.
El barrio carece de escuela y de centro sanitario, no tiene plan de mejora urbana y s¨®lo dispone de un centro c¨ªvico con unas instalaciones deportivas.
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