La detenci¨®n de un 'tory' enfrenta al Parlamento brit¨¢nico con la polic¨ªa
Scotland Yard allan¨® la oficina de un diputado sin orden de registro - Los agentes le aplicaron la ley antiterrorista por filtrar documentos a la prensa
La detenci¨®n durante nueve horas, la semana pasada, del diputado conservador brit¨¢nico Damian Green alcanz¨® ayer el grado de enfrentamiento institucional al saberse que Scotland Yard allan¨® la oficina del portavoz tory sobre Inmigraci¨®n en los Comunes sin presentar una orden de registro. El speaker o presidente de la C¨¢mara baja del Parlamento brit¨¢nico, Michael Martin, acusado por los conservadores de haber permitido el registro, aclar¨® ayer que ¨¦l no autoriz¨® personalmente la entrada de Scotland Yard en la sede del Parlamento, e insinu¨® que la persona que dio el visto bueno fue enga?ada por la polic¨ªa porque en ning¨²n momento present¨® una orden judicial.
El caso estall¨® el pasado jueves, cuando el diputado Green fue interrogado bajo arresto durante nueve horas al tiempo que se registraban sus oficinas en los Comunes y en su circunscripci¨®n electoral. La polic¨ªa le aplic¨® la legislaci¨®n antiterrorista por considerarle sospechoso de haberse ganado la confianza de un funcionario del Ministerio del Interior, que durante dos a?os le hizo llegar informaci¨®n comprometedora para el Gobierno laborista.
Los conservadores denuncian "pr¨¢cticas estalinistas propias de un Estado policial"
Las investigaciones fueron alentadas por el Gobierno, alarmado por las informaciones que se filtraban directamente desde el entorno de la ministra del Interior, Jacqui Smith, y en la creencia de que se enfrentaba a un topo que pod¨ªa poner en peligro la seguridad nacional. Los investigadores localizaron a un funcionario de segundo rango llamado Christopher Galley, que reconoci¨® que hab¨ªa pasado informaci¨®n a Green.
En realidad se trata de informaciones m¨¢s bien de poca monta, como un correo electr¨®nico que demostraba que la ministra quer¨ªa ocultar que hab¨ªa dado licencias de guardias de seguridad a inmigrantes indocumentados, un memorando que reconoc¨ªa que un inmigrante sin papeles hab¨ªa sido contratado para el servicio de limpieza de los Comunes, o el borrador de una carta de Jacqui Smith a Downing Street en la que alertaba de que la crisis econ¨®mica podr¨ªa causar un aumento de la delincuencia.
Pese a la nimiedad de las filtraciones, Scotland Yard utiliz¨® la legislaci¨®n antiterrorista al arrestar a Damian Green para interrogarle y registrar sus oficinas, convirtiendo el caso en una bomba pol¨ªtica. Los conservadores denunciaron que el caso refleja "pr¨¢cticas estalinistas propias de un Estado policial", y constituye una violaci¨®n de los derechos de los representantes pol¨ªticos electos. Sin embargo, hasta ahora no han conseguido implicar directamente al Gobierno en la detenci¨®n de Green, por lo que centraron sus cr¨ªticas en el speaker de los Comunes, Michael Martin, y hab¨ªan amenazado con realizar una protesta ayer durante el discurso de la Reina o en el debate posterior si ¨¦ste no acced¨ªa a que el tema se debatiera en los Comunes.
Martin atemper¨® ayer los ¨¢nimos al anunciar la formaci¨®n de una comisi¨®n para investigar el caso y proponer un debate para el pr¨®ximo lunes. Pero los encendi¨® a¨²n m¨¢s -al tiempo que plante¨® un enorme interrogante sobre su capacidad para ejercer el cargo- cuando descarg¨® la responsabilidad del registro en el llamado Sargento de Armas, un cargo que supervisa la seguridad general del recinto parlamentario, y sobre todo al dar a entender que Scotland Yard le enga?¨®.
La acritud que ha rodeado toda la pol¨¦mica pone de manifiesto la tensi¨®n que enfrenta a conservadores y laboristas en un momento en que los tories avistan su regreso al poder, del que est¨¢n apartados desde 1997, al tiempo que la recuperaci¨®n del primer ministro, Gordon Brown, en los ¨²ltimos dos meses hace pensar que la batalla electoral ser¨¢ dur¨ªsima.
Los conservadores sit¨²an en el primer plano del debate la inviolabilidad del privilegio parlamentario que otorga inmunidad a los diputados electos en el ejercicio de su cargo y su obligaci¨®n de controlar al Gobierno, y en los l¨ªmites de intervenci¨®n de la polic¨ªa en la vida pol¨ªtica. Los laboristas admiten esos principios, pero hacen hincapi¨¦ tambi¨¦n en que la inmunidad parlamentaria tiene l¨ªmites, y que cuando esos l¨ªmites se superan los diputados est¨¢n sometidos a la ley como los dem¨¢s ciudadanos, y quieren que se subraye tambi¨¦n la obligaci¨®n de imparcialidad pol¨ªtica de los funcionarios, que est¨¢n obligados a servir al Gobierno de la naci¨®n sean cuales sean sus simpat¨ªas partidarias.
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