"Contador es el mejor del mundo"

Antes que nada, Lance Armstrong es un maestro en el arte de la comunicaci¨®n, el de transmitir a la sociedad la imagen deseada de s¨ª mismo, uno capaz de convertir incluso en positiva la pr¨¢ctica m¨¢s anticomunicativa aparentemente, la de cerrar a todo su equipo a cal y canto en un hotel de cinco estrellas -vigilantes en la puerta reclamando identificaci¨®n antes de dejar pasar incluso a los corredores, mec¨¢nicos y masajistas- en las laderas del Teide, anular todas las concesiones de entrevistas individuales y convocar a m¨¢s de un centenar de enviados especiales de medio mundo en el sal¨®n social de un club de golf para hacerles llegar la buena nueva.

Y all¨ª, con todo el mundo silencioso y expectante, proclamar desde su carisma, el aura que se superpone a su mirada de hielo, a su media barba, a su gorra Livestrong: "No vuelvo para ganar el octavo Tour. Con siete me vale. Vuelvo por la pasi¨®n del ciclismo. Vuelvo para que todo el mundo conozca mi mensaje, la importancia de la lucha contra el c¨¢ncer. Y si, acabado el a?o, analizo y veo que he terminado 18? en el Giro, 23? en el Tour o as¨ª, no me sentir¨¦ mal si el mensaje de la lucha ha llegado claro a todos. Los resultados no tendr¨¢n efectos negativos sobre lo que m¨¢s deseo".

"Ser¨¦ leal a Alberto, al equipo, a las leyes del ciclismo", afirma el estadounidense

Las gentes de coraz¨®n sencillo se emocionaron, los c¨ªnicos dijeron ya primer asalto de la dial¨¦ctica, de la oposici¨®n con Alberto Contador, la pelea por convertirse en el macho dominante del equipo no est¨¢ en los genes de ning¨²n campe¨®n, y los dos lo son, renunciar al liderato... Como hab¨ªa sentenciado Ivan Basso, otro que retorna: "Armstrong no es un ciclista que vuelve, es una estrella del deporte que mueve al mundo".

Y Armstrong, consciente de su capacidad y de la bondad de sus intenciones, tan contradictorias con aquellas iniciales, las que sellaron el anuncio de su segundo (el primero fue el de 1998, tras superar un c¨¢ncer de test¨ªculos) retorno al ciclismo, continu¨®: "Soy un ganador, y eso es importante, pero hay que ser realistas. Es muy sencillo: aqu¨ª, sentado a mi izquierda, est¨¢ el mejor ciclista del mundo. Y yo ser¨¦ leal a Alberto, al equipo, a las leyes del ciclismo, har¨¦ lo que Johan [Bruyneel, el director] mande. No he venido para quitarle el sitio a nadie".

All¨ª, a su izquierda, estaba sentado Alberto Contador, tambi¨¦n con su gorra personal -una mano en el gesto de disparar, la se?al con la que celebra el de Pinto sus victorias-, tambi¨¦n con su mirada propia -negra, profunda, dura: ten los ojos bien abiertos, le dicen sus amigos, e intenta aprender de todo lo positivo de la convivencia con Armstrong, que lo hay, en vez de pensar s¨®lo en lo negativo; aprende, aprende-, tambi¨¦n con su discurso. Es de Pinto, no de Austin, Tejas; es un chaval -"?qu¨¦ edad tendr¨ªas t¨² en el 92, cuando empec¨¦ yo en el ciclismo profesional?", le pregunt¨® Armstrong, que ya fue campe¨®n del mundo en el 93; "?diez?"-, no un veterano de 37 a?os y 20 vidas vividas, y parece m¨¢s simp¨¢tico, y m¨¢s accesible, incapaz de matar una mosca, pero tambi¨¦n es un crack y por eso un periodista belga, quiz¨¢s apiad¨¢ndose, le pregunt¨® si no ten¨ªa miedo de que le arrollara la personalidad exagerada del tejano, su car¨¢cter tremendo, a ¨¦l, que parec¨ªa tan buen chico. Y Contador respondi¨®: "Es pronto para decir si temo que me aplaste, pero yo tambi¨¦n tengo mi car¨¢cter. Hay que tenerlo fuerte, pero hay que saber sacarlo y utilizarlo en su justo momento".

A¨²n no es el momento -el primer entrenamiento conjunto de ambos, que tanta expectaci¨®n hab¨ªa levantado, qued¨® en nada por la diferencia de preparaciones: Armstrong, que ya compite en enero y necesita demostrar al equipo que no vuelve para ser un secundario, est¨¢ fuerte como un toro y Contador acaba de salir de una operaci¨®n de narices y no puede estar a tope-. Para eso habr¨¢ que esperar al Tour, la primera carrera de 2009 en la que previsiblemente -a¨²n no est¨¢n cerrados sus calendarios- coincidan. Y Contador ya ha avisado: "Mi objetivo en 2009 es intentar ganar el Tour. As¨ª me lo ha pedido el equipo, a ello est¨¢ enfocado mi calendario y por ello me voy a sacrificar. Y la aportaci¨®n de Lance ser¨¢ grand¨ªsima...".

Contador y Armstrong escenifican la paz