La almeja asi¨¢tica invade el Baixo Mi?o y amenaza la calidad del agua

Una especie de almeja procedente del sureste asi¨¢tico ha invadido en los ¨²ltimos veinte a?os el estuario del Mi?o. Desde que en 1989 se document¨® su presencia en la frontera fluvial entre Galicia y Portugal, la Corbicula fluminea se reproduce a tal ritmo que los cient¨ªficos han dado la voz de alarma sobre los da?os ambientales que causa y la afecci¨®n a los moluscos aut¨®ctonos. Con el fin de frenar su crecimiento, el Instituto de Investigaci¨®n da Pesca e do Mar de Portugal (Ipimar) est¨¢ tramitando los permisos para iniciar su comercializaci¨®n en agosto, una medida que, sin embargo, fue descartada en Galicia hace apenas un a?o a trav¨¦s de un estudio subvencionado por la Conseller¨ªa de Industria. La erradicaci¨®n de este molusco invasor, admiten los t¨¦cnicos gallegos, es "imposible", pero los bi¨®logos lusos consideran que convertirla en un nuevo recurso marisquero es "la ¨²nica alternativa viable".

La almeja asi¨¢tica, muy apreciada en la cocina de su zona de origen, se ha extendido por Estados Unidos y Europa a lo largo del siglo XX y en el Baixo Mi?o se han encontrado ¨¢reas con casi 5.000 ejemplares por metro cuadrado, relata la investigadora portuguesa Fernanda Castilho. La bi¨®loga del Ipimar defiende las "propiedades nutricionales" de la Corbicula fluminea y destaca que su comercializaci¨®n ser¨¢ una "buena manera de controlar su presencia" en el Mi?o.

En el Centro Tecnol¨®xico do Mar (Cetmar) de Vigo no lo tienen tan claro. La Conseller¨ªa de Industria subvencion¨® entre 2005 y 2007 un estudio "sobre la posibilidad de convertir a esta especie en un nuevo recurso marisquero alternativo a los existentes sin que vaya en detrimento de los mismos". Bi¨®logos de la Universidad de Santiago comandados por Fernando Cobo realizaron un informe biol¨®gico sobre las caracter¨ªsticas de esta almeja pero investigadores del Cetmar, dirigidos por Julio Maroto, dictaminaron que la comercializaci¨®n que ahora impulsa Portugal era inviable.

Los cient¨ªficos dirigidos por Maroto apreciaron demasiados "inconvenientes como para que una empresa se deje seducir por esta especie a nivel comercial". Entre las desventajas que cuestionan la rentabilidad de la almeja invasora del Mi?o, el estudio cita la necesidad de "rigurosos controles" por la posible presencia de biotoxinas, su "bajo rendimiento en carne" y el hecho de que se precisen depuradoras de agua dulce para limpiar las capturas. Los investigadores del Cetmar, que probaron el bivalvo al natural y con salsa de vieiras, ponen en duda que lo que es un manjar para los asi¨¢ticos pueda agradar el paladar de los europeos y limitan su comercializaci¨®n a la conserva para "enmascarar" su sabor, olor y aspecto. El precio, a?ade el documento, tendr¨ªa que ser bajo para poder competir con otras especies.

Riqueza nutricional

En Portugal, por el contrario, conf¨ªan en que la Corbicula fluminea sea un ¨¦xito gastron¨®mico, aunque admiten los riesgos. "La comercializaci¨®n es un asunto pol¨¦mico", apunta Carlos Antunes desde Oporto. "Existe el peligro de que fomente la extensi¨®n de este molusco por su rentabilidad econ¨®mica". Por esa raz¨®n este bi¨®logo, director del Aquamuseu do Rio Minho de Vilanova da Cerveira, aboga por explotar la almeja asi¨¢tica pero "con limitaciones" y dando "mucha informaci¨®n". Y lo tiene claro: "Con la comercializaci¨®n no se erradicar¨¢ su presencia".

El Instituto de Investigaci¨®n da Pesca e do Mar de Portugal (Ipimar) ultima los muestreos, an¨¢lisis y certificaciones para lograr el permiso definitivo de la Uni¨®n Europea y poder comercializar las almejas asi¨¢ticas de la zona de Vilanova da Cerveira a partir de agosto de 2009 con garant¨ªas de salubridad. Seg¨²n explica Fernanda Castilho, los moluscos se someter¨¢n a un proceso de depuraci¨®n de hasta dos d¨ªas antes de ser vendidos. Este requisito, opina la bi¨®loga, no mermar¨¢ su inter¨¦s comercial porque el bivalvo tiene importantes valores nutricionales, ya que es rico en hierro, calcio y vitaminas B2 y B12. Si los marineros gallegos quieren participar en las capturas, advierte Castilho, deber¨¢n pedir autorizaci¨®n a la Comisi¨®n Permanente Internacional del R¨ªo Mi?o.