Bush busca ayuda urgente para evitar la bancarrota del autom¨®vil
El Senado veta el fondo especial de 14.000 millones pedido por la Casa Blanca - General Motors y Chrysler consideran declararse en suspensi¨®n de pagos
El futuro de la industria automovil¨ªstica en EE UU est¨¢ en el limbo despu¨¦s de que el ala republicana levantara un muro en el Senado para impedir que el dinero p¨²blico fluya hacia los tres gigantes empresariales de Detroit, Chrysler, General Motors y Ford. El tiempo juega en contra, y tanto General Motors como Chrysler consideran la posibilidad de la bancarrota si no les llega pronto un bal¨®n de ox¨ªgeno. La Casa Blanca intenta dar con una soluci¨®n alternativa que evite lo peor.
La situaci¨®n era calificada ayer en Wall Street de surrealista, mientras en Washington y Detroit se se?alaban los unos a los otros como los culpables de que se tumbara el cr¨¦dito puente de emergencia de 14.000 millones de d¨®lares (10.449 millones de euros) al sector. Las dos empresas automovil¨ªsticas est¨¢n pr¨¢cticamente sin efectivo. GM necesita 4.000 millones (2.985 millones de euros) antes de que acabe el mes, y otros m¨¢s en enero. Chrysler pide 7.000 millones (5.225 millones de euros) para seguir.
GM dejar¨¢ de producir 250.000 veh¨ªculos y cerrar¨¢ 20 plantas
Sin la autorizaci¨®n para conceder esta ayuda a tiempo, la liquidez que necesita Detroit para mantenerse a flote s¨®lo podr¨ªa llegar de dos partes: o bien del masivo fondo de estabilidad del sector financiero que gestiona el Departamento del Tesoro, o a trav¨¦s de un pr¨¦stamo temporal de la Reserva Federal (Fed). Tanto la Casa Blanca como el banco central se mostraron contrarios a abrir esta v¨ªa al sector, por el precedente que puede crear.
Pero ante la gravedad de la situaci¨®n, la Administraci¨®n que preside George Bush opt¨® por reconsiderar su postura inicial. Le preocupa el impacto que puede llegar a tener la bancarrota desordenada de GM o de Chrysler en una econom¨ªa ya muy debilitada por la crisis. Por eso busca una alternativa que le permita inyectar dinero en las empresas y mantenerlas a flote hasta que el Congreso retome la actividad en enero y rompa con el bloqueo.
"En condiciones econ¨®micas normales, preferir¨ªamos que fuera el mercado el que determinara en ¨²ltima instancia la suerte de las empresas privadas", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino. Entre las opciones posibles, Perino mencion¨® recurrir al controvertido fondo de estabilizaci¨®n. "Estamos listos para prevenir el inminente colapso", afirma Brookly McLaughlin desde el Departamento del Tesoro.
El Tesoro tiene autorizaci¨®n para manejar a conveniencia la mitad de los 700.000 millones (522.466 millones de euros) aprobados en octubre por el Congreso. Para poder acceder a los 350.000 millones (261.000 millones de euros) restantes necesita la luz verde del legislativo, que puede imponerle nuevas condiciones para su uso. Sin embargo, en ese primer tramo del paquete quedan 15.000 millones (11.195 millones de euros) sin comprometer, a los que podr¨ªa recurrir la Administraci¨®n.
Este "plan B", como lo calific¨® la l¨ªder de los dem¨®cratas, Nancy Pelosi, ayud¨® a contener la ansiedad que durante la ma?ana domin¨® en el parqu¨¦ neoyorquino y en las plantas de ensamblaje en Motor City. "Por el amor de Dios, espero que el presidente act¨²e", exclam¨® el alcalde de Lansing (Michigan), Virg Bernero. Lo que est¨¢ por ver es lo que se movilizar¨¢ y las condiciones que impondr¨¢ la Casa Blanca para acceder al cr¨¦dito.
Esos requisitos podr¨ªan ser parecidos a los incluidos en la legislaci¨®n que se rechaz¨® la pasada madrugada, como limitar las retribuciones a los ejecutivos, eliminar el dividendo y que los receptores de la ayuda garanticen que devuelven el dinero.
Rick Wagoner, consejero delegado de GM, sigue creyendo que la compa?¨ªa no deber¨ªa declararse en bancarrota, a pesar del "decepcionante" desenlace en el Congreso. Por eso ayer anunci¨® que durante el primer trimestre har¨¢ un dr¨¢stico ajuste de costes, con lo que dejar¨¢ 250.000 veh¨ªculos fuera de producci¨®n y cerrar¨¢ temporalmente una veintena de plantas en EE UU, Canad¨¢ y M¨¦xico.
Los tres grandes de Detroit emplean a cerca de 250.000 personas, que se elevan al mill¨®n con las empresas de componentes. El presidente del sindicato United Auto Workers, Ron Gettelfinger, repiti¨® ayer insistente durante una rueda de prensa que la suspensi¨®n de pagos "no es una opci¨®n" para el sector. Tanto el presidente en funciones como el electo, Barack Obama, urgieron a sus respectivos partidos para que autorizaran el cr¨¦dito, porque no pueden permitirse el derrumbe de una industria a la que est¨¢n vinculados tres millones de empleos.
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