Gogol Bordello arrasa en su segunda visita a Galicia en un a?o
Los neoyorquinos agotaron entradas con su punk balc¨¢nico discotequero
Los Mano Negra de la generaci¨®n que no pudo ver a Mano Negra. En un espejo as¨ª parec¨ªan mirarse los Gogol Bordello que, el pasado jueves, organizaron una de las noches m¨¢s tumultuosas que recuerda la compostelana Sala Capitol. Con un lleno de p¨²blico s¨®lo equiparable al que asisti¨® a la doble sesi¨®n de Los Planetas o a la presentaci¨®n del In-komunikazioa del Ferm¨ªn Muguruza, la ¨²ltima sensaci¨®n emergente del Lower East Side neoyorquino arrasaron, literalmente, en su segunda visita a suelo gallego.
Comandados por el vitam¨ªnico Eugene H¨¹tz, un cruce entre Peret y Joe Strummer que apunta maneras de celebridad, la entente Bordello la componen ocho miembros. Esencialmente r¨ªtmicos -violinista y acorde¨®n, dos tipos aparentemente rescatados de entre los m¨²sicos callejeros de una ciudad de la Europa oriental, cargan todo el peso mel¨®dico-, la banda de expatriados funciona como una apisonadora. Y aunque, por momentos, pequen de cierto pi?¨®n fijo musical, a la audiencia de Santiago no le import¨®: en las primeras filas del concierto el pogo salvaje no ces¨® durante m¨¢s de hora y media.
Los Gogol Bordello de finales de 2008 bordean los balcanic beats. A pesar de que proceden del punk, su deriva conduce a una especie de combat disco, aireado con fanfarria, an¨¢loga al combat rock de The Clash. Y ya forman parte, junto a propuestas dispares y descaradas como la cingalesa M.I.A. o los puertorrique?os Calle 13, de una m¨²sica bailable pero atenta al mundo, cr¨ªtica, para la ¨¦poca que viene despu¨¦s del neoliberalismo.
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