Navidades de v¨¦rtigo

Se acuerdan de Monstruos, SA? Esta pel¨ªcula de Pixar-Disney pertenece ya a la prehistoria de la animaci¨®n en 3D, pero se basaba en una idea de gui¨®n tan bonita como po¨¦tica: en el mundo de los monstruos, la energ¨ªa la produc¨ªan los gritos de terror de los ni?os del mundo real. Por eso Monstru¨®polis contaba con una pandilla de asustadores profesionales, m¨¢s feos que el hambre, que cada noche se colaban en los cuartos de los ni?os a trav¨¦s de puertas de armarios, para asustarlos.

Podr¨ªamos hacer un paralelo entre el mundo de los monstruos y Disneyland Par¨ªs, donde los gritos de los visitantes tambi¨¦n tienen mucho valor: no producen energ¨ªa, pero... generan una cantidad apreciable de euros. S¨®lo basta con ver la ¨²ltima cuenta de resultados del parque para constatar que el n¨²mero de visitantes se ha disparado durante este ¨²ltimo a?o: 15,3 millones frente a los 14,5 millones del a?o anterior. ?A qu¨¦ se debe esta mejora inesperada? Seg¨²n los equipos de Disney, a la ¨²ltima atracci¨®n del parque, inaugurada en abril: la Torre del Terror. Y hay que reconocer que con este hotel decadente y embrujado, directamente inspirado en la serie americana de los a?os sesenta La dimensi¨®n desconocida (The twilight zone), el grito disneylandiano ha ganado en calidad y en puro terror.

La ¨¦poca navide?a es tambi¨¦n una temporada llena de gritos, emitidos sobre todo por los padres, que, para quitarse el estr¨¦s que produce el viajar con los ni?os, se atreven a tentar su temeridad en alguna de las atracciones m¨¢s adrenal¨ªnicas. Por ello, nada mejor que realizar un peque?o an¨¢lisis del grito en Disneyland. Este grito se escucha principalmente cerca de la Big Thunder Mountain, Indiana Jones y el Templo Maldito, Rock 'n' Roller Coaster, Space Mountain y el Crush Coaster. Las tres primeras son monta?as rusas de lujo, donde uno grita, en general, cuando el vag¨®n que le transporta sube, sube y sube antes de precipitarse al vac¨ªo a toda velocidad. Cl¨¢sico y liberador. En las dos ¨²ltimas atracciones, la monta?a rusa se hace m¨¢s sofisticada. A los movimientos delirantes se une un ingrediente fundamental del terror: la oscuridad. Sea en el espacio (Space Mountain) o debajo del mar (Crush Coaster, inspirado en Buscando a Nemo), la idea es la misma: no se ve casi nada y uno grita m¨¢s por lo que se imagina que por lo que experimenta de verdad -aunque las dos atracciones tengan su cuenta de giros y ca¨ªdas vertiginosas, una variaci¨®n exquisita sobre el miedo a la oscuridad.

Pero con la Torre del Terror, este edificio infernal de 13 pisos y 56 metros de altura -el m¨¢s alto del parque-, pasamos claramente a otra etapa. Una etapa a la cual Disney, tan empe?ado en hacer olvidar a sus visitantes la crueldad de la vida real, nunca se hab¨ªa acercado antes: el miedo anclado en la realidad. Porque m¨¢s all¨¢ de la perfecci¨®n formal de la atracci¨®n -lo que se puede esperar de un megagrupo como Disney-, lo que la hace ¨²nica y terror¨ªfica es que permite vivir en condiciones reales una ca¨ªda de decenas de metros... en un ascensor. Aqu¨ª se trata de una sencilla y brutal ca¨ªda. En condiciones tan reales que en el momento en que se desploma la cabina del ascensor, el cuerpo se queda, algunos instantes, a merced de la gravedad.

Novedades para ni?os

Al margen de los chillidos de terror, conviene no olvidar que en Disneyland Resort Par¨ªs los verdaderos protagonistas, y m¨¢s a¨²n en estas fechas, son los ni?os. A ellos est¨¢n dirigidas las novedades navide?as del parque, empezando por la actuaci¨®n Mickey y la magia del invierno, una comedia musical sobre hielo protagonizada por los personajes de la factor¨ªa (todos los d¨ªas hasta el 8 de marzo de 2009 en el Chaparral Theater de Frontierland). Tambi¨¦n est¨¢n especialmente pensados para ellos la cena navide?a con Mickey (adultos, 55 euros; ni?os de 3 a 11 a?os, 20) que se celebra el 20 de diciembre en el Pavillon, un buf¨¦ con plazas limitadas (se recomienda reservar) en el que tambi¨¦n participan Pluto, Donald y compa?¨ªa, o el Minnie's Jolly Holiday, una actuaci¨®n con baile, regalos y una sorpresa final (en la plaza Central, del 20 de diciembre al 4 de enero, de martes a domingo). El despliegue navide?o se redondea con puntuales nevadas en Main Street o con la participaci¨®n de Pap¨¢ Noel -cuyo taller tambi¨¦n puede visitarse en Frontierland durante las fiestas- en el tradicional desfile Once upon a dream.

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