La cultura gratis gana adeptos
Los ciudadanos de Barcelona se vuelcan masivamente en los actos en los que no hay que pagar o que tienen el precio de entrada muy reducido
El fen¨®meno es digno de ser estudiado. Aunque el precio no sea estratosf¨¦rico, lo cierto es que hay mucha gente que prefiere hacer m¨¢s de una hora de cola antes que pagar por ver una exposici¨®n.Volvi¨® a confirmarlo el viernes la noche de puertas abiertas celebrada en el Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) para festejar su cuarto aniversario. Fueron 2.205 los visitantes, frente a los 854 registrados durante el d¨ªa, cuando se cobraba entrada. Otra prueba. El domingo 18 de noviembre la Fundaci¨®n Godia inaugur¨® sede y ofreci¨® una jornada de puertas abiertas. Hubo 2.500 personas y la mayor¨ªa tuvieron que soportar una larga cola a la intemperie. El s¨¢bado y el domingo siguientes, ya de pago (seis euros), s¨®lo 600 personas se acercaron a conocer el nuevo centro. "El fin de semana de apertura, muchas personas que acudieron el s¨¢bado al enterarse de que al d¨ªa siguiente era grautito se fueron y prefirieron volver al d¨ªa siguiente, pese a que algunos ten¨ªan derecho a entrada reducida", comenta una empleada de la fundaci¨®n. En el MNAC cada primer domingo de mes es gratuito y la diferencia casi es de cuatro a uno. "El r¨¦cord se alcanz¨® con la exposici¨®n dedicada al rom¨¢nico del pasado a?o: el domingo gratuito hubo 5.500 visitas, y el de pago, 1.500", explica el administrador del museo, Joan Linares.
La proporci¨®n de visitas al MNAC el d¨ªa gratuito es de cuatro a una
"El precio de la entrada no hace m¨¢s socialmente importante el acto"
Seg¨²n la gerente del Instituto de Cultura de Barcelona, Marta Clari, es una visi¨®n que cada vez gana m¨¢s adeptos. "Algunos expertos defienden todav¨ªa que si a la cultura no se le pone precio, el usuario no reconoce su valor, pero es un argumento que se o¨ªa hace un tiempo que ahora es minoritario", explica. "En la actualidad nadie discute el valor de la cultura y el precio de la entrada no es lo que la hace socialmente importante". Para Clari, la tendencia actual en el Ayuntamiento de Barcelona es incrementar esta l¨ªnea y, si no hacerlo totalmente gratuito, s¨ª ir ofreciendo cada vez m¨¢s ofertas y precios reducidos a mayores capas de ciudadanos.
"Las actividades gratuitas pretenden atraer tambi¨¦n a nuevos p¨²blicos", indica. ?Se consigue? "En la pasada Nit dels Museus hicimos una encuesta para saber qu¨¦ tipo de visitantes acud¨ªa. El 50% reconoc¨ªa que no iba nunca a un museo o que lo hac¨ªa muy pocas veces. Por lo tanto, una actividad como ¨¦sta les descubre instalaciones que desconoc¨ªan". Falta por saber es si este tipo de propuestas consiguen finalmente fidelizar al p¨²blico. "Tenemos que hacer estudios, pero es necesario esperar a que las experiencias se asienten. Creo que s¨ª consiguen ganar p¨²blico para la cultura: el crecimiento de inscritos en las bibliotecas me lo hace pensar".
El Centro de Cultura Contempor¨¤nea de Barcelona (CCCB) y Caixaf¨°rum son dos de los lugares que atraen a mayor p¨²blico en busca de propuestas de calidad y gratuitas. El pasado fin de semana, el CCCB acog¨ªa La Marat¨® del Dia dels Festivals de Cinema, una selecci¨®n de 24 pel¨ªculas de diferentes festivales catalanes por s¨®lo dos euros la jornada. Pasaron m¨¢s de 400 personas por la sala y en algunas sesiones el auditorio estaba repleto, de manera que los nuevos espectadores ten¨ªan que esperar en la puerta a que se fuera desalojando la sala.
En opini¨®n de Juan Ins¨²a, responsable de actividades del CCCB, el tema de la gratuidad es m¨¢s complejo y "delicado" de lo que parece. "Soy partidario de la gratuidad siempre que sea posible, sobre todo en los centros p¨²blicos, que cumplen as¨ª parte de su funci¨®n social. No obstante, ciertas propuestas, como festivales o iniciativas musicales y de teatro emergente, tienen un determinado coste. Eso obliga a poner un precio m¨ªnimo, aunque sea simb¨®lico".
Para la mayor¨ªa de los que se acercaron estos d¨ªas al marat¨®n de cine en el centro, "la gratuidad no es un factor determinante a la hora de escoger una actividad, pero s¨ª influye", resum¨ªan Beatriu y Carlota . "No me importa pagar si la oferta es buena", a?ad¨ªa N¨¦stor, otro espectador. "Yo, en cambio, a conciertos pagando no voy", explicaba Ana, quien considera que las entradas son muy caras y prefiere ver a sus grupos favoritos en locales o festivales que los ofrecen sin cobrar. El problema es que esa posibilidad no siempre existe. En dar con descuentos o actividades gratis hay aut¨¦nticos especialistas. "El s¨¢bado vimos El burdell, en el Lliure, en la sesi¨®n de tarde; encontramos las entradas por Internet a cinco euros", dice Ana.
Es curioso porque en artes esc¨¦nicas, en general, s¨®lo son gratuitos o a precio reducido los festiales de calle. Y no todos. Un ejemplo es el festival Escena Poblenou, dedicado a la comicidad y los nuevos lenguajes. Naci¨® como una iniciativa gratuita y ahora la mitad de los espect¨¢culos son de pago, aunque a un precio simb¨®lico de tres euros. "Nos dimos cuenta de que cobrar una peque?a entrada era beneficioso para todos", opina Ada Vilar¨®, una de sus directoras. "No se hizo por razones econ¨®micas, sino porque de este modo el p¨²blico escoge mejor lo que quiere ver y se evita el tr¨¢fico de espectadores una vez iniciada la funci¨®n". Vilar¨® opina que la cultura no debe ser de acceso libre porque los espectadores valoran m¨¢s un producto de pago, pero est¨¢ convencida de que la democratizaci¨®n va ligada a los precios reducidos.
Informaci¨®n elaborada con datos de Israel Punzano, Roberta Bosco, Bel¨¦n Ginart, Ferm¨ªn Robles y Jos¨¦ ?ngel Monta?¨¦s.

Barcelona, ?la m¨¢s cara?
Con el precio que cuesta una entrada para ver una pel¨ªcula de cine (7,14 euros de media), los barceloneses pueden viajar 10 veces, en una semana laborable, en transporte p¨²blico. Barcelona es, un a?o m¨¢s, la ciudad espa?ola m¨¢s cara para ir al cine (la media espa?ola es de 5,75 euros, y los fines de semana, 6,10 euros), tal como ha puesto de manifiesto un informe de la organizaci¨®n de consumidores FACUA tras analizar 128 salas de 33 ciudades espa?olas.
De hecho, en general es una ciudad cara, seg¨²n el informe anual que realiza el Observatorio Barcelona (Ayuntamiento de Barcelona y C¨¢mara de Comercio). De las 143 ciudades estudiadas en el ¨²ltimo informe, Barcelona ascendi¨® al puesto 31 en el a?o 2007, mientras que en 2006 ocupaba el 56. En la capital catalana, entrar en los m¨¢s importantes museos, como el Macba (7,5 euros), el MNAC (8,5 euros) y el Museo Picasso (museo m¨¢s entrada temporal, nueve euros), cuesta m¨¢s que visitar un gran museo de Madrid: el Reina Sof¨ªa, el Prado o el Museo Thyssen (seis euros). El teatro, en general, tambi¨¦n es m¨¢s caro en Barcelona. Mientras que ir al Teatre Nacional de Catalunya tiene un coste medio de entre 32 y 28 euros, ir a los teatros del Centro Dram¨¢tico Nacional, tambi¨¦n en Madrid, cuesta como m¨¢ximo 18 euros.
En la m¨²sica pop, aunque las caracter¨ªsticas del montaje, el transporte y el local son factores determinantes, Barcelona tampoco es superada por otras ciudades espa?olas. Un ejemplo: en la gira del grupo El Canto del Loco, los asistentes al concierto de Barcelona en el Palau Sant Jordi del d¨ªa 23 de diciembre tendr¨¢n que pagar entre 28,38 y 37,7 euros. En cambio, para los dos conciertos que est¨¢n programados en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid cinco d¨ªas despu¨¦s, la entrada m¨¢s cara es de 28,38 euros.
Lo que puede resultar m¨¢s econ¨®mico para los barceloneses con respecto a Madrid es acudir a la ¨®pera. Asistir a un estreno en el Liceo cuesta entre 9 y 186 euros, mientras que en Madrid ir al Real est¨¢ entre 19 y 262 euros. Lo mismo ocurre con los d¨ªas posteriores al estreno, cuando el precio es de 71 euros como m¨¢ximo en Barcelona, frente a los 151 de Madrid.
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