Ley de educaci¨®n y 'sociovergencia'
El proyecto de ley de educaci¨®n se ha convertido para CiU en una interesante oportunidad de romper la mayor¨ªa de izquierdas gobernante en Catalu?a. CiU se ha ofrecido al PSC para ensayar en esta delicada materia la f¨®rmula del centro izquierda, conocida como sociovergencia en el argot pol¨ªtico catal¨¢n. El l¨ªder de CiU, Artur Mas, ha asegurado al presidente Jos¨¦ Montilla que est¨¢ dispuesto a unir sus votos en el Parlament con los del PSC en este proyecto si los socialistas deciden abandonar algunas de las posiciones que hasta ahora han defendido conjuntamente con Esquerra e Iniciativa en materia educativa. Y en principio, el PSC no ha cerrado la puerta a nada.
Lo que est¨¢ en juego es, entre otras cosas, el peso y la autonom¨ªa que el potente sector privado religioso vaya a tener en el futuro en el sistema catal¨¢n de ense?anza. En el balance de los cinco a?os de gobiernos de la izquierda formulado la semana pasada por CiU, puede verse con claridad el porqu¨¦ de la oferta de Mas a Montilla. "S¨®lo se potencia la escuela p¨²blica, en detrimento de la escuela concertada", acusan los nacionalistas, "a pesar de que el peso en el sistema educativo global p¨²blico concertado es aproximadamente del 40% al 60%".
?sta es la cuesti¨®n. Los gobiernos de Jordi Pujol mantuvieron esa relaci¨®n en torno al 50%, una proporci¨®n que CiU siente la imperiosa necesidad de recuperar. El ¨¢mbito social, profesional, econ¨®mico e ideol¨®gico de la escuela privada y religiosa concertada ha sido y es un universo muy af¨ªn a CiU, aunque no en exclusiva, por supuesto. La coalici¨®n encabezada por Mas necesita mantener esa afinidad y quiere evitar que el sector concertado sea sometido por ley a las exigencias generales del sistema educativo p¨²blico. Grosso modo, el modelo escolar de la ¨¦poca pujoliana consist¨ªa en formular un elogio ret¨®rico de la escuela p¨²blica mientras se subvencionaba a la privada concertada sin cuestionar para nada su condici¨®n de coto para las clases medias.
El principal objetivo de CiU en esta batalla es eliminar la pretensi¨®n inicial del proyecto de ley de crear una red escolar p¨²blica ¨²nica, integrada por los centros de la Generalitat y los colegios privados concertados, que pasar¨ªan a tener que asumir la parte que les correspondiera en la atenci¨®n de las necesidades generales del sistema educativo de acuerdo con unos objetivos fijados por la Administraci¨®n. Es decir, las escuelas privadas que aspirasen a las subvenciones p¨²blicas deber¨ªan dejar de ser un coto social con l¨ªmites y puerta de entrada controlados exclusivamente por sus propietarios. Este privilegio quedar¨ªa reservado s¨®lo a los colegios privados no subvencionados.
La tramitaci¨®n que acaba de comenzar en el Parlament puede desembocar tanto en una ley con los votos del tripartito de izquierdas como en una ley de la sociovergencia. Lo que da verosimilitud a la segunda opci¨®n es que CiU parece haber convencido al PSC de la conveniencia de que la futura ley de educaci¨®n pueda ser aplicada por ambos partidos.
Puede que la inc¨®gnita tarde unos meses en despejarse. Los socialistas est¨¢n en disposici¨®n de inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Su primera preferencia, obviamente, es lograr un acuerdo a cuatro, que sume al tripartito y a CiU. Pero Mas presiona, tanto desde el plano pol¨ªtico como desde el social, para descabalgar a Esquerra e Iniciativa. Si lo consigue, habr¨¢ roto el tripartito de izquierdas en un asunto de particular repercusi¨®n social y fuerte contenido ideol¨®gico. Ser¨ªa un sapo de mal tragar para los dos socios menores del Gobierno catal¨¢n. Tendr¨ªa su gracia que fuera la izquierda la que garantizara por ley el mantenimiento del coto social educativo mimado de facto por CiU durante 23 a?os. El PSC puede llegar a creer, sin embargo, que ¨¦sta es precisamente una forma de penetrar en este coto clasista y de demostrar a sus usuarios y propietarios, entre los que se cuenta la Iglesia cat¨®lica, que nada tienen que temer del socialismo. Una tentaci¨®n.
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