Mucha agua y para casa

Han pasado m¨¢s de seis a?os, pero Carmen Pelillo recuerda con claridad lo que oy¨® mientras sub¨ªa a toda prisa las escaleras de casa de sus hermanas Eugenia y Mar¨ªa Dolores: "Vaya metedura de pata". Lo dec¨ªan los sanitarios del 061, ya de camino a la calle tras haber certificado la muerte de Eugenia. En ese momento Carmen lo entendi¨® todo. "Me ca¨ª sentada en la escalera, medio desmayada".

La metedura de pata no era del 061, sino de las urgencias del hospital Cl¨ªnico San Carlos. Los m¨¦dicos hab¨ªan dado el alta a Eugenia, de 69 a?os, tres horas antes. Estaba completamente deshidratada tras pasar todo el d¨ªa vomitando. Aun as¨ª la mandaron a casa. Con recomendaci¨®n de "dieta blanda" y "beber abundantes l¨ªquidos". Hubiera bastado algo tan sencillo como ponerle suero. Un tratamiento rutinario que, seg¨²n una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, le hubiera salvado la vida. Por eso los jueces condenan al Servicio Madrile?o de Salud a pagar una indemnizaci¨®n de 30.000 euros.

Hubiera bastado con ponerle suero intravenoso, dicen los jueces

Un dinero que a Carmen no le dice nada. De hecho, ayer ni siquiera sab¨ªa exactamente cu¨¢nto era, ni le importaba. "La vida de una persona vale m¨¢s que lo que nos vayan a dar. El desconsuelo de mi hermana Mar¨ªa Dolores no tiene precio". Lo dec¨ªa, al tel¨¦fono, desde el hospital de cuidados paliativos Laguna, donde se sienta todas las tardes junto a la cama de Mar¨ªa Dolores. Ella y Eugenia, ambas solteras, compart¨ªan la misma casa. D¨¦cadas viviendo juntas en el distrito de Latina, cerca del puente de Segovia. Las dos trabajaron toda la vida como asistentas. Ahora a Mar¨ªa Dolores, de 78 a?os, "le queda muy poquito". Sufre un c¨¢ncer de p¨¢ncreas terminal. Desde la muerte de Eugenia "no ha levantado cabeza".

Eugenia empez¨® el d¨ªa 1 de marzo de 2002 con v¨®mitos y dolor abdominal. Fue a su m¨¦dico de cabecera, que le recet¨® Primper¨¢n (contra n¨¢useas y v¨®mitos) y Buscapina (contra los calambres intestinales). Al no mejorar, la deriv¨® al Cl¨ªnico, donde ingres¨® a las diez de la noche. Cuatro horas despu¨¦s estaba fuera. El diagn¨®stico: c¨®lico biliar. El tratamiento: mucha agua y la misma medicaci¨®n que no le hab¨ªa servido de nada en todo el d¨ªa. No le hicieron ni un an¨¢lisis de orina, como asegura el informe de la inspecci¨®n m¨¦dica, donde tambi¨¦n consta que sus anal¨ªticas "no pueden considerarse dentro de la normalidad" y que el informe de alta no menciona el estado de hidrataci¨®n de la paciente.

Esa deshidrataci¨®n produjo un "desarreglo hidroelectrol¨ªtico" y un fallo cardiovascular. Algo que, seg¨²n la sentencia, "se hubiera podido evitar con tratamiento hospitalario de sueroterapia por v¨ªa intravenosa y el pertinente control anal¨ªtico". La Comunidad de Madrid intent¨® alegar -sin ¨¦xito- que el error "hab¨ªa prescrito", destaca el abogado Antonio Navarro, de la asociaci¨®n El Defensor del Paciente.

A Eugenia ni siquiera le pusieron una ambulancia para volver a casa. "La llev¨® mi marido en coche", recuerda Carmen. "No le hicieron ni caso". Al rato, ya de madrugada, hubo que llamar al 061. Estaba cada vez peor. Llamaron por tel¨¦fono a Carmen, que sali¨® corriendo de su casa hacia la de su hermana. Pero en la escalera se cruz¨® con los sanitarios, que ya se iban.