Carlo Caracciolo, fundador de 'La Repubblica'
En sus memorias se defini¨® a s¨ª mismo como "el editor afortunado"
Carlo Caracciolo, el editor que fund¨® con Eugenio Scalfari el diario La Repubblica en 1976, muri¨® la noche del lunes pasado en su casa romana a los 83 a?os.
Pr¨ªncipe de Castagneto y duque de Melito, cu?ado de Gianni Agnelli y hombre apasionado de la cultura, Caracciolo se convirti¨® en editor en 1955, cuando Adriano Olivetti le regal¨® las acciones del grupo del semanario L'Espresso. Caracciolo, que hasta entonces se ocupaba del departamento de publicidad, se convirti¨® en presidente honorario y trabaj¨® en ese grupo durante medio siglo.
Hab¨ªa nacido en Florencia el 23 de octubre de 1925. Partisano de joven, se licenci¨® en Derecho y luego complet¨® sus estudios en Harvard. En sus memorias se defini¨® a s¨ª mismo como "el editor afortunado". "Cuando Olivetti decidi¨® retirarse y me regal¨® su participaci¨®n, me qued¨¦ desconcertado", cont¨® sobre su entrada en L'Espresso, "no ten¨ªa una lira, y lo primero que hicimos fue doblar el precio, de 50 liras a 100".
?l y Scalfari libraron la 'guerra de la Mondadori' contra Silvio Berlusconi
Su ¨²ltima aventura fue comprar, a t¨ªtulo personal, el 33% de 'Lib¨¦ration'
A partir de ah¨ª, Caracciolo no dej¨® de divertirse nunca, y decidi¨® abrir La Repubblica en cuanto la revista empez¨® a ganar algo de dinero. La idea era hacer un peri¨®dico escrito como si fuera un semanal. Eugenio Scalfari, que hab¨ªa sido editorialista y redactor jefe de Econom¨ªa en L'Espresso, ser¨ªa el director. El problema era el dinero. "Solos, le dec¨ªa a Eugenio, no podremos lograrlo", contaba Caracciolo en sus memorias. La soluci¨®n fue asociarse con el poderoso grupo editor Mondadori, y sumar al equipo dirigente al empresario Carlo de Benedetti.
Durante 21 a?os, Caracciolo fue presidente y consejero delegado de La Repubblica, y en ese tiempo plasm¨® su pasi¨®n por la informaci¨®n local formando un peque?o imperio de prensa regional, el Grupo Finegil (Tirreno, Piccolo di Trieste, Citt¨¤ di Salerno...).
Al inicio de los a?os noventa, Caracciolo y Scalfari libraron la llamada guerra de la Mondadori contra Silvio Berlusconi, que se hab¨ªa convertido en due?o del grupo Mondadori tras comprar las acciones a la familia Formenton. Caracciolo se bati¨® por la autonom¨ªa y subsistencia de La Repubblica, y el grupo se parti¨® en dos, viviendo un largo y pol¨¦mico proceso judicial. Los libros por una parte, para Berlusconi; y los peri¨®dicos por la otra, con Caracciolo al frente y De Benedetti como accionista mayoritario.
El relato de su primer encuentro con Il Cavaliere fue narrado por Caracciolo as¨ª a Nello Ajello: "Fui conducido a una habitaci¨®n en el piso bajo, llena de pinturas que a primera vista no parec¨ªan brillar por su autenticidad. Despu¨¦s de algunos minutos aparecieron Berlusconi y Fedele Confalonieri. Agotados en poco tiempo los saludos, Il Cavaliere me dijo: 'Carlo, te debo dar una noticia importante. Esta tarde hemos cerrado el acuerdo. Hemos comprado la parte de los Formenton'. Me enfurec¨ª, media hora antes los Formenton me hab¨ªan dicho lo contrario. Ataqu¨¦ a Berlusconi dici¨¦ndole todo lo que me dictaba el coraz¨®n. 'T¨² eres un mascalzone (brib¨®n)', le dije".
Caracciolo era uno de esos editores que jam¨¢s pisan la Redacci¨®n, seg¨²n contaba anoche en su web La Repubblica. Pero su curiosidad era infinita, y su mirada viajaba lejos. Su ¨²ltima aventura fue comprar, a t¨ªtulo personal, el 33% del hist¨®rico diario de izquierda franc¨¦s Lib¨¦ration, por cinco millones de euros. Caracciolo ten¨ªa ya casi 82 a?os, pero le dio tiempo a reanimar el peri¨®dico, impulsar su sitio web y divertirse hasta el ¨²ltimo momento.
El editor principesco se ve¨ªa y defin¨ªa a s¨ª mismo con iron¨ªa florentina. Bromeaba sobre sus t¨ªtulos y hablaba de manera franca de su pasi¨®n por las mujeres. "Lo del principado serv¨ªa sobre todo para ligar con las americanas", dijo una vez.
Su relaci¨®n con Gianni Agnelli, L'Avoccato, fue siempre mucho m¨¢s intensa que un simple lazo familiar. Fueron amigos toda la vida. Su hermana Marella se cas¨® con Agnelli en 1953. Caracciolo siempre admir¨® de ¨¦l su "deseo de placer".
Adem¨¢s, le gustaba el p¨®quer, fue retado a duelo por alg¨²n marido celoso, y dec¨ªan de ¨¦l que era c¨ªnico, fr¨ªo y malicioso. Cuando se lo preguntaron, dijo: "No es verdad. Soy bueno".
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