Juez y Tribunal de Cuentas investigan el contrato de la cuarcita del Gai¨¢s
La Xunta del PP encarg¨® el suministro a un ex alcalde del partido antes del concurso
La justicia ha entrado de lleno en el caso de la cuarcita de la Cidade da Cultura, en el monte Gai¨¢s de Santiago. La Xunta de Manuel Fraga encarg¨® la piedra a una empresa del ex alcalde de Ortigueira Antonio Campo, del PP, un a?o antes de sacar a concurso el suministro. Y se lo adjudic¨®, a pesar de que un informe encargado por la propia Fundaci¨®n Cidade da Cultura alertaba de las "incertidumbres" de las reservas para el revestimiento de todos los edificios del complejo cultural. El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 1 de Santiago y el Tribunal de Cuentas investigan los hechos.
La Conseller¨ªa de Cultura se ha visto obligada a buscar en Brasil una cuarcita de caracter¨ªsticas similares a la que se extra¨ªa de Muras (Lugo), debido a que las reservas se confirmaron insuficientes y de mala calidad. La cantera se explotaba sin licencias de ning¨²n tipo, por lo que la Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Territorial acab¨® por dictar su cierre. La UTE formada por la empresa de Campo y otras dos compa?¨ªas ha ingresado dos de los seis millones de euros del presupuesto consignado. La Xunta presentar¨¢ una demanda para recuperar los dos millones y exigir da?os y perjuicios.
La Cidade da Cultura trae la piedra de Brasil para completar la obra
El caso se ha judicializado despu¨¦s de que los hechos fueran incluidos en el informe del Consello de Contas sobre la Cidade da Cultura. El Tribunal de Cuentas ha actuado a instancias del consejo gallego. Mientras, la titular del juzgado n¨²mero 1 de Santiago, Ana L¨®pez Suevos, ha solicitado a la conseller¨ªa toda la documentaci¨®n disponible sobre la adjudicaci¨®n de la cuarcita, en la que est¨¢ centrando sus investigaciones sobre las irregularidades relacionadas con la Cidade da Cultura cometidas durante el Gobierno del PP.
El ex conselleiro de Cultura Jes¨²s P¨¦rez Varela, del PP, fue dejando abundantes pistas de su intenci¨®n de adjudicar la cuarcita del Gai¨¢s a Campo. En agosto de 2001 concert¨® una entrevista de los administradores de la empresa con el arquitecto del proyecto, Peter Eisenman. Un informe de la empresa Proesga iniciado en 2002 y cerrado el 25 de febrero de 2003, adem¨¢s, identificaba con precisi¨®n la piedra que se iba a instalar en el Gai¨¢s, pese a que el anuncio del concurso p¨²blico no se public¨® hasta el 13 de junio de ese mismo a?o. Tal era la seguridad de que esa ser¨ªa la cuarcita elegida que hasta exist¨ªa un informe que advert¨ªa de las previsibles deficiencias de suministro, y recomendaba al Gobierno de Fraga que exigiera alg¨²n tipo de garant¨ªa formal.
"Las incertidumbres en cuanto a las reservas que en estos momentos presenta esta cantera aconsejan que el fabricante ofrezca alg¨²n tipo de garant¨ªa formal que le implique en el suministro", reza una de las recomendaciones del informe. La Xunta hizo caso omiso, pero las previsiones se cumplieron a rajatabla. Desde el primer d¨ªa el suministro fue escaso y deficiente, lo que oblig¨® a rechazar buena parte del material y a ralentizar la ejecuci¨®n de las obras.
La situaci¨®n se agrav¨® con la orden de cierre de Pol¨ªtica Territorial, dictada el 11 de diciembre de 2006 por la inexistencia de licencias municipal y auton¨®mica, aunque hasta el verano del siguiente a?o, Campo sigui¨® con las extracciones. El entonces alcalde incluso ofreci¨® mantener el suministro con un sobreprecio de entre el 135% y el 166%.
La empresa s¨®lo pudo entregar 30.000 de los 50.000 metros cuadrados de cuarcita que le hab¨ªan sido encargados, con los que se cubrieron los edificios del Arquivo Nacional y la Biblioteca. Los restantes ser¨¢n recubiertos total o parcialmente con el material procedente del Estado brasile?o de Minas Gerais. Seg¨²n la conseller¨ªa que dirige ?nxela Bugallo, el color y las caracter¨ªsticas son las mismas que la de la cuartica de Muras, por lo que no se apreciar¨¢ la diferencia.
Esta vez no ha sido la Xunta, sino las empresas que construyen el complejo las que han contratado la piedra, como suele ser habitual en este tipo de obras. Del presupuesto s¨®lo ha trascendido que de momento ya eleva en 400.000 euros el aprobado en 2003. Antonio Campo dimiti¨® sorpresivamente como alcalde de Ortigueira el 4 de octubre de 2007, una semana antes de que comenzaran las comparecencias en la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n de la Cidade da Cultura.
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