Una lecci¨®n desde Marruecos
La cr¨®nica de su corresponsal en Rabat del pasado s¨¢bado 20 de diciembre informa de la decisi¨®n de las autoridades marroqu¨ªes de "convertir los antiguos centros de detenci¨®n en lugares de la memoria hist¨®rica" de los a?os de plomo de la represi¨®n pol¨ªtica durante el reinado de Hasan II (1936-1999).
Resulta coherente con la defensa de los derechos humanos y el respeto a la historia, y por eso coincide con el tratamiento dado a otros emblemas de la infamia como la conversi¨®n de los campos de exterminio de la Alemania nazi en memoriales; la ESMA argentina en Espacio para la Memoria y la defensa de los Derechos Humanos; o Robben Island en Sur¨¢frica, hoy Patrimonio de la Humanidad y museo de la represi¨®n; por citar s¨®lo los m¨¢s conocidos.
La decisi¨®n de Marruecos debe provocarnos particular admiraci¨®n, incluso algo de envidia, en Espa?a, donde muy recientemente se ha frustrado, por la insensibilidad coincidente del Gobierno central y municipal, la reivindicaci¨®n ciudadana en favor de la conservaci¨®n de la c¨¢rcel de Carabanchel como testimonio edificado de la represi¨®n franquista. Aunque ¨¦sta concluy¨® m¨¢s de 20 a?os antes que el reinado de Hasan II, aqu¨ª a¨²n no disponemos de ning¨²n lugar que rinda honor a la resistencia antifranquista y al sufrimiento de tantos miles de represaliados.
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