El 's¨ªndrome de la silla vac¨ªa'
Los psic¨®logos recomiendan introducir cambios en las celebraciones para reducir el dolor por la p¨¦rdida de un allegado - El duelo, sin embargo, no debe aplazarse
A muchas personas que han perdido a un ser muy querido, la llegada de fechas como la Navidad o el aniversario les hunden irremisiblemente en un pozo de tristeza, soledad y ansiedad. Son d¨ªas en los que "ni puedo ver las luces navide?as ni salir a la calle", explica Julia. A esta mujer se le muri¨® el marido hace pocos meses. Quiere evitar la Nochebuena en casa para no ver la silla vac¨ªa de su pareja e intenta convencer a la familia de cenar en un restaurante, para cambiar la escenograf¨ªa, como le ha recomendado su terapeuta. "Al perder a un ser querido se entra en un proceso de duelo. Esto es algo natural y adaptativo, no una enfermedad ni algo raro. Aunque sea dif¨ªcil, es necesario vivirlo", dice Magdalena P¨¦rez, psic¨®loga del Tel¨¦fono de la Esperanza y experta en duelo.
La muerte de un ser querido rompe nuestro mundo interior, "ya no volvemos a ser lo que ¨¦ramos nunca m¨¢s. El duelo, un proceso de despedida de la persona desaparecida, supone volver a reconstruirnos por dentro y reencontrar sentido a la vida, algo duro", a?ade.
Algunas personas deciden recurrir a la "cura geogr¨¢fica" marchando de viaje: "Es algo positivo mientras no signifique una evitaci¨®n constante para no sentir nada y aplazar el duelo, puesto que m¨¢s adelante puede ser m¨¢s dif¨ªcil de elaborar", a?ade P¨¦rez. Algunos se atascan en duelos complicados, "muchas veces por intentar retrasar e incluso anular la experiencia dolorosa", se?ala Jos¨¦ Mar¨ªa Arg¨¹ello, psiquiatra de la Unidad de Estr¨¦s Traum¨¢tico del Hospital Vall d'Hebr¨®n de Barcelona. No es raro manifestar dolores de cabeza y espalda, molestias digestivas, taquicardias o ahogos.
Siempre se habla del duelo individual, cuando tambi¨¦n hay que tener en cuenta el dolor familiar. "Durante estas comidas en familia, es com¨²n que todos los miembros sientan un nudo en la garganta, recordando al ausente en silencio y si alguien empieza a llorar se tapa enseguida", a?ade Magdalena P¨¦rez. Se llega a poner el plato en la plaza del ser querido que ya no est¨¢: "Cada uno necesita su tiempo para ajustarse a la nueva realidad y hay que respetarlo", pero en los talleres terap¨¦uticos que esta psic¨®loga realiza para preparar la Navidad, los participantes tratan de encontrar una forma de compartir su dolor. Por ejemplo, la familia puede introducir un ritual simb¨®lico que suponga un recuerdo agradecido y cari?oso en voz alta de la persona que no va a estar: desde encender una vela a colocar una foto o un peluche en la mesa.
De igual modo que es natural manifestar malestar, tambi¨¦n ayuda a elaborar el duelo "fomentar las emociones positivas, sin sentir culpa", a?ade Arg¨¹ello. ?Y qu¨¦ hacer con los ni?os? "Viven sus propios procesos de duelo. Hay que acompa?arles sin intentar evitarles el sufrimiento, dejar que expresen la tristeza a su ritmo", dice P¨¦rez.
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