La carretera de la muerte lleva hacia Afganist¨¢n
Los camioneros paquistan¨ªes que transportan suministros para la OTAN temen los ataques de los talibanes
"Tengo mucho miedo: cada vez que tomo este camino s¨®lo Dios sabe qu¨¦ va a pasarme. A muchos compa?eros los talibanes los han matado o secuestrado, entre ellos a mi primo". Habla Haji Buzarg, uno de los camioneros paquistan¨ªes que transportan contenedores con suministros para la OTAN. Como Burzag, el resto de conductores son altos, de complexi¨®n fuerte, gente curtida en los caminos. No parece gente que pueda tener miedo de cualquier cosa. Pero mirando en los almacenes de Peshawar (al noroeste de Pakist¨¢n), donde se acumulan los contenedores para el suministro de las tropas de la OTAN en Afganist¨¢n, se entiende f¨¢cilmente su temor. Hay cientos de contenedores quemados en medio de un cementerio de camiones y veh¨ªculos blindados humvee destrozados tras un ataque de los talibanes. S¨®lo quedan restos de metal retorcidos por los cohetes y un intenso olor a caucho quemado que desprenden las ruedas de los veh¨ªculos, convertidos ahora en un cad¨¢ver con esqueleto de metal. Dos camioneros murieron en el ataque. En total, seis han perdido la vida desde comienzos de mes tras el recrudecimiento de las hostilidades.
El 80% de los env¨ªos para las tropas llega por tierra desde Pakist¨¢n
"S¨®lo Dios sabe qu¨¦ va a pasar cada vez que tomo el camino", dice un ch¨®fer
"Cada uno de estos camiones con suministros es nuestro objetivo. La OTAN y Estados Unidos est¨¢n transportando todo lo necesario, incluido el armamento, para matar a nuestra naci¨®n, a nuestros ni?os". As¨ª expresa sus razones con voz furiosa, en un ingl¨¦s entrecortado, por tel¨¦fono desde un lugar desconocido en las monta?as, Muslim Khan, representante de los talibanes en Pakist¨¢n.
Para los camioneros las cosas son mucho m¨¢s simples. "?Qu¨¦ podemos hacer sino trabajar? Somos muy pobres y ¨¦sta es la ¨²nica forma de ganarnos la vida. Tengo una deuda y tengo que pagarla", explica Buzarg. Su trabajo no es demasiado lucrativo: unas 30.000 rupias (272 euros al mes). "Con el precio del di¨¦sel tan alto a causa de la inflaci¨®n, cuando llegamos a casa casi ya no tenemos nada de dinero", dice, mientras intenta tapar un agujero en su tradicional salwar kameez. Aunque modesta, esta vestimenta tribal le da un aspecto solemne. Los camioneros no saben lo que transportan porque les dan los contenedores sellados. "Llevamos todo lo necesario para la vida de las tropas, desde comida, hasta toallas o televisores, pero tambi¨¦n hay armas", seg¨²n fuentes de las compa?¨ªas transportistas.
Entre el 70% y 80% de los suministros, incluyendo el combustible, para las tropas de EE UU y la OTAN en Afganist¨¢n llegan por tierra desde Pakist¨¢n. La gran mayor¨ªa proceden del puerto paquistan¨ª de Karachi y luego son transportados por tierra hasta Peshawar, desde donde contin¨²an hacia Afganist¨¢n por el legendario paso de Khyber. Normalmente, los env¨ªos llegan en tres d¨ªas, pero tras el recrudecimiento de la violencia un convoy puede tardar hasta diez d¨ªas a causa de las paradas que tienen que hacer los camioneros en los sucesivos puestos de control.
"En esta carretera estamos completamente a merced de los talibanes", cuenta otro camionero, Shahid Khan. Hay otro paso por tierra hacia Afganist¨¢n, el que lleva de Queta a Kandahar. Todav¨ªa no es tan peligroso como el paso de Khyber, pero se teme que los ataques golpeen pronto esta zona.
Los ch¨®feres aseguran que, una vez en Afganist¨¢n, los ataques de talibanes son menos frecuentes. "Sin embargo, la polic¨ªa afgana nos tiene hartos con sus extorsiones y por las palizas que nos dan", reclama Khan. "Nosotros no entendemos de pol¨ªtica, s¨®lo sabemos que los pobres somos los que sufrimos estas represalias. S¨®lo queremos seguridad en nuestro trabajo", grita enfurecido uno de sus compa?eros.
El pasado 8 de diciembre, de madrugada, entre 400 y 500 hombres armados rodearon el ¨¢rea donde se concentran los transportistas, dos o tres se pusieron frente a la puerta de cada edificio y, mediante altavoces, avisaron de que nadie deb¨ªa salir, recuerda Shah Iran, uno de los vigilantes del ¨¢rea atacada de Peshawar, cerca de la regi¨®n tribal de Pakist¨¢n. "Al grito de ?Allahu Akbar! (?Al¨¢ es el m¨¢s grande!) sacaron gasolina de una estaci¨®n de servicio vecina y la esparcieron sobre los contenedores. Luego prendieron a tiros las llamas. Ten¨ªan mucha coordinaci¨®n y sab¨ªan lo que hac¨ªan", dice. Seg¨²n los testigos del ataque, ten¨ªan todo tipo de armas, entre ellas fusiles AK-47, metralletas, lanzacohetes y granadas.
"No sabemos qui¨¦nes son los talibanes. No son gente de aqu¨ª. Se comunican en past¨²n y urdu, pero tambi¨¦n en ingl¨¦s. Y tienen hasta equipos de comunicaci¨®n", asegura el guarda. ?l fue el ¨²nico vigilante que regres¨® al d¨ªa siguiente de los ataques. "Tengo dos hijos llorando en casa para pedir comida y no puedo dejar el trabajo", confiesa. Gana el equivalente a 80 euros al mes, y no es f¨¢cil conseguir otro empleo.
La polic¨ªa no ha podido hacer nada porque todos los ataques se produjeron de madrugada, seg¨²n los testigos. Ahora ya hay patrullas formadas por 10 ¨® 15 polic¨ªas, pero ?qu¨¦ pueden hacer frente a 400 talibanes bien armados?
Sin embargo, Malik Naveed, jefe policial de la Provincia de la Frontera del Noroeste, de la que es capital Peshawar, no acepta que los talibanes est¨¦n ganando fuerza en Pakist¨¢n, y concretamente en esa zona. Seg¨²n sus propios n¨²meros, en esa provincia ha habido 533 muertos por terrorismo en lo que va del a?o, frente a los 359 muertos de 2007. Tambi¨¦n han perdido la vida 154 polic¨ªas. Pero sostiene que los ataques se deben a que "los talibanes est¨¢n desesperados porque est¨¢n debilitados y bajo presi¨®n".
Un alto cargo de una empresa transportista, que prefiere quedar en el anonimato, acepta que reciben constantemente cartas y llamadas amenazantes. "Tal vez tenga que renunciar pronto. La guerra est¨¢ llegando a nuestro pa¨ªs y no es nuestra guerra. El odio [contra las fuerzas extranjeras] est¨¢ creciendo d¨ªa a d¨ªa a causa de los ataques de Estados Unidos. Vivimos con el alma en vilo", asegura.
Mientras tanto, en la ¨²ltima semana miles de personas han participado en protestas en las principales ciudades del pa¨ªs para pedir que se corte la ruta de suministros de la OTAN. El partido islamista Jamat-e-Islami las ha convocado. Su presidente, Qazi Hussain, afirma: "Queremos que Afganist¨¢n tenga paz y no ser¨¢ as¨ª hasta que las fuerzas extranjeras se vayan. Tambi¨¦n sabemos que esas armas que transportan est¨¢n siendo usadas contra Pakist¨¢n, para bombardear las zonas tribales".
Tambi¨¦n la gente que vive cerca de las ¨¢reas de transporte tiene cada vez m¨¢s miedo. Como dice Mohamed Rehan, testigo de uno de los ataques: "Queremos que se vayan de aqu¨ª. Vivimos en continuo peligro: la semana pasada un cohete cay¨® sobre el centro de reuniones del pueblo".
"Si paramos los convoyes EE UU dejar¨¢ de atacar"
"La situaci¨®n est¨¢ empeorando d¨ªa a d¨ªa y est¨¢ ya totalmente fuera de control", reconoce Shakir Ullah Afridi, presidente de la asociaci¨®n de transportistas del paso de Khyber, que enlaza Peshawar con Kabul. Casi todas las ¨¢reas de transporte de la regi¨®n han sido atacadas. "No me importan los contenedores que han sido quemados, porque son de EE UU, pero s¨ª me importan mis remolques y mis camiones: hemos pedido pr¨¦stamos para comprarlos y los camioneros pierden su trabajo por los da?os a estos veh¨ªculos", dice.
Afridi ha pedido que los transportistas dejen de llevar suministros a la OTAN. Estos d¨ªas s¨®lo cruzan la frontera unos 60 camiones, cuando antes pasaban m¨¢s de 300. Su asociaci¨®n reclama mayor seguridad para los ch¨®feres. "Los ataques a¨¦reos de EE UU han enfurecido a la gente de las ¨¢reas tribales y creemos que no debemos ignorar esta violaci¨®n del territorio paquistan¨ª. Dicen que est¨¢n atacando a Al Qaeda, pero en realidad est¨¢n matando a inocentes".
El representante de los camioneros cree que si se paran todos los convoyes de suministro, al menos por un mes, "Estados Unidos se arrodillar¨¢ y cesar¨¢ sus ataques a Pakist¨¢n, porque necesita much¨ªsimo estos suministros".
Las ¨¢reas de transporte est¨¢n siendo trasladadas a la provincia paquistan¨ª de Punjab, donde la ruta se desviar¨¢ unos 25 kil¨®metros. Sin embargo, el camino hacia Afganist¨¢n tendr¨¢ que seguir siendo el mismo, s¨®lo cambiar¨¢ el lugar donde se almacenar¨¢n los contenedores y donde se cambiar¨¢ de camiones.
En total, desde que comenzaron a transportarse bienes para la OTAN desde Pakist¨¢n, 60 conductores han muerto en ataques insurgentes.
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