La conjura de los jueces para salvar a Tirado
Algunas reuniones secretas y tres horas de debate para una decisi¨®n escandalosa
Los despachos del rehabilitado edificio que alberga al Consejo General del Poder Judicial, usado como gran Teatro L¨ªrico de Madrid hasta 1920, cuando sucumbi¨® a un incendio, asistieron el pasado viernes 19 de diciembre a un fren¨¦tico trasiego de conversaciones con sordina donde cada actor desempe?aba un incierto papel. Faltaban cuatro d¨ªas para que los 20 vocales del Consejo (13 jueces, dos fiscales, cuatro abogados y un secretario judicial) reci¨¦n llegados a un organismo vapuleado por el descr¨¦dito, se reunieran en pleno para dirimir el caso Tirado, el dilema judicial m¨¢s explosivo del ¨²ltimo a?o.
El juez Rafael Tirado, encargado de ejecutar una condena de c¨¢rcel contra el pederasta Santiago del Valle, castigado a casi tres a?os de prisi¨®n por abusar de su propia hija, no se enter¨® durante m¨¢s de dos a?os de la negligencia de su propio juzgado que manten¨ªa en libertad al peligroso delincuente. S¨®lo descubri¨® el colosal error cuando Del Valle fue detenido como autor del supuesto asesinato en Huelva de la ni?a Mari Luz. Y entonces, Tirado dict¨® su orden de busca y captura m¨¢s in¨²til.
La investigaci¨®n del caso destap¨® un rosario de graves negligencias en la tramitaci¨®n judicial del expediente de Del Valle. Tanto fallo injustificado (retrasos indebidos, comunicaciones inadecuadas, olvidos incre¨ªbles...) termin¨® con una dura sanci¨®n del Ministerio de Justicia a la secretaria del juzgado (dos a?os de suspensi¨®n de funciones) y con una multa de 1.500 euros del Consejo General del Poder Judicial al juez.
SANCI?N POCO EJEMPLAR El fiscal recurre
El fiscal recurri¨® el castigo y pidi¨® para Tirado tres a?os de suspensi¨®n. Los pol¨ªticos, del Gobierno y del PP, avalaron con sus declaraciones la petici¨®n fiscal. Los padres de Mari Luz fueron recibidos en los principales despachos del poder. Reclamaron con insistencia una sanci¨®n ejemplar para el juez que dej¨® libre al supuesto asesino de su hija y les dieron buenas palabras, pero los pol¨ªticos estaban en manos de los jueces.
El nuevo Consejo General del Poder Judicial, que lleg¨® con la intenci¨®n de ahuyentar el fantasma de la politizaci¨®n que campaba a sus anchas por el viejo edificio rehabilitado, se encontr¨® con una patata caliente e intent¨® enfriarla durante un tiempo. Pero el viernes de la semana pasada, el dilema judicial m¨¢s explosivo del a?o ten¨ªa la mecha encendida.
LAS REUNIONES PREVIAS Compromisos difusos
En las reuniones previas y secretas que se celebraron desde el lunes, los jueces, tanto progresistas como conservadores, se conjuraron para salvar a su compa?ero Tirado. El resto de los vocales, al tanto de la conjura, desplegaron por distintos escenarios toda su elocuencia para intentar romper al homog¨¦neo y mayoritario grupo judicial. Buscaban al menos tres o cuatro adhesiones que equilibrasen la balanza y dejasen la decisi¨®n final en manos del voto de calidad del presidente Carlos D¨ªvar. Encontraron muchas vagas palabras y alg¨²n compromiso incierto. "Bueno, vale, quiz¨¢s, lo estudiar¨¦ este fin de semana". Y esperaron al martes con una difusa esperanza.
PROPUESTA SALOM?NICA Suspensi¨®n o multa
En esa situaci¨®n de fractura inevitable, el encargado de hacer la propuesta de sanci¨®n, el juez F¨¦lix Az¨®n, opt¨® por una v¨ªa intermedia que escribi¨® en un folio y present¨® a las ocho de la tarde del viernes en el registro del Consejo General del Poder Judicial. La propuesta era doble: mantener la multa de 1.500 euros a Tirado o castigarle por una falta muy grave a la suspensi¨®n de funciones entre uno y cinco meses.
El martes, los 20 vocales se sentaron a primera hora de la ma?ana en torno a una larga mesa a cuyo frente estaba Carlos D¨ªvar. Todos se miraban las caras sin conocer el resultado final de la primera decisi¨®n comprometida del mandato. El voto iba a ser secreto y algunos optaron por el silencio para no descubrir sus cartas y evitar la exposici¨®n p¨²blica.
EL 'CASO TIRADO' Historia de una negligencia
La primera intervenci¨®n que rompi¨® el hielo fue la del ponente, qui¨¦n intent¨® justificar la propuesta de sanci¨®n muy grave con dos meses de suspensi¨®n agarr¨¢ndose a los hechos. Tras la sentencia firme contra Del Valle, el juzgado de Tirado da el primer paso con una citaci¨®n del condenado para que comparezca. No lo hace. Un mes despu¨¦s, se dicta otro auto citando al condenado sin fecha "a los efectos acordados". Y durante los 17 meses siguientes, no se hace nada m¨¢s. S¨®lo atendiendo al mandato constitucional (art¨ªculo 117.3: "El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las Leyes") se produjo una falta muy grave por no dictar las resoluciones necesarias para ejecutar lo dictado, que es una obligaci¨®n inaplazable e indelegable del juez. El ponente a?ade a sus argumentos una causa m¨¢s: la gravedad del delito cometido. Del Valle abus¨® de su propia hija. Los delitos que atentan contra la libertad sexual provocan una gran alarma social. Este tipo de delincuencia reviste una especial problem¨¢tica. Es muy dif¨ªcil la reinserci¨®n del delincuente y hay grave riesgo de que siga cometiendo m¨¢s delitos. Por eso es necesaria incluso una mayor diligencia en la ejecuci¨®n de sentencias contra este tipo de delincuentes.
EL DEBATE EN PLENO La desatenci¨®n en la Ley
Los vocales se enzarzan entonces en la interpretaci¨®n del art¨ªculo 417.9 de la Ley del Poder Judicial que regula las faltas muy graves que acarrean suspensi¨®n: "La desatenci¨®n o el retraso injustificado y reiterado en la iniciaci¨®n de la tramitaci¨®n o resoluci¨®n de procesos o causas en el ejercicio de cualquiera de las competencias judiciales".
El bloque judicial conservador y varios jueces progresistas -otros permanec¨ªan callados ocultando el sentido de su voto- defienden que en este caso s¨®lo ha habido retraso injustificado en una sola sentencia, recuerdan que el juzgado de Tirado estaba sobrecargado de asuntos y que, adem¨¢s, superaba el m¨®dulo de trabajo asignado hasta en un 140%.
Los favorables a la falta muy grave sacan m¨¢s datos para convencer al bloque judicial. En la inspecci¨®n del Poder Judicial de ese juzgado, seis meses antes de que se detenga a Del Valle, el informe no detecta sobrecarga desmesurada de trabajo ni atasco y le dice al juez que la tramitaci¨®n en la ejecuci¨®n de sentencias es muy lenta y muchas est¨¢n paralizadas. Sin embargo, en los seis meses siguientes no se constata que se haya hecho nada para solucionarlo.
La nueva evidencia vuelve a caer en saco roto. La mayor¨ªa se mantiene inalterable.
A LA DEFENSA DEL JUEZ La secretaria, responsable
Los conservadores insisten con nuevos argumentos para buscar un chivo expiatorio: la secretaria del juzgado (ya castigada con dos a?os de suspensi¨®n por el Ministerio de Justicia). El juez no tiene obligaci¨®n de hacer un seguimiento de las ejecutorias, argumenta uno de los vocales para concluir que esa responsabilidad es de la secretaria del juzgado y de los funcionarios. Otro conservador se une al argumento con una invectiva contra la Junta de Andaluc¨ªa, a la que culpa de lo ocurrido por no dotar de los medios humanos y materiales necesarios a los juzgados. Y otro m¨¢s se apunta al carro de eludir la responsabilidad de Tirado recordando que es la secretaria quien tiene que dar cuenta de c¨®mo va la ejecutoria. "Es su trabajo, no el del juez. El juez cumple dictando las sentencias", resumen todos los favorables a salvar a Tirado. Una vocal del grupo conservador llega todav¨ªa m¨¢s lejos y pide que se le retire la multa de 1.500 euros a Tirado porque, seg¨²n defiende, cumpli¨® con su trabajo, no tiene ninguna responsabilidad en lo ocurrido, que es culpa de la falta de funcionarios porque la Junta de Andaluc¨ªa no invierte lo suficiente.
Tanta apelaci¨®n a la responsabilidad de la secretaria del juzgado de Tirado, provoca la reacci¨®n en contra del ¨²nico vocal que pertenece a ese cuerpo de funcionarios, y que fue elegido a propuesta del PP.
Tres horas de debate sin grandes consecuencias. El pacto de los jueces es inamovible. Todos cogen un papel para escribir el sentido de su voto y lo depositan sobre una bandeja. El recuento confirma la victoria de la conjura de los jueces por 14 a 7. El esc¨¢ndalo vuelve al Consejo General del Poder Judicial.
Dos leyes para discutir una sanci¨®n
- Art¨ªculo 117.3 de la Constituci¨®n. "El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las Leyes".
- Art¨ªculo 417.9 de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial. "Ser¨¢n sancionados con falta muy brave (que acarrea suspensi¨®n de funciones de hasta tres a?os con traslado forzoso del juzgado) la desatenci¨®n o el retraso injustificado y reiterado en la iniciaci¨®n de la tramitaci¨®n o resoluci¨®n de procesos y causas en el ejercicio de cualquiera de las competencias judiciales".
- Los hechos. El 30 de diciembre de 2005 llega al juzgado de Tirado la sentencia de casi tres a?os de c¨¢rcel contra Santiago del Valle por abusar de su hija. El 17 de enero y el 20 de marzo de 2006 se intenta localizar al condenado para su ingreso en prisi¨®n. A?o y medio despu¨¦s, intentan averiguar el domicilio de su mujer. El 27 de marzo de 2008 el juez emite orden de busca y captura contra Del Valle, detenido un d¨ªa antes como supuesto asesino de la ni?a Mari Luz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.