La redenci¨®n 'fashion' de Beyonc¨¦
El modisto Thierry Mugler abandona su retiro para vestir a la diva pop
Tras abandonar el tr¨ªo de r&b Destiny's Child, Beyonc¨¦ Knowles se present¨® al mundo como solista. Desde la portada de su ¨¢lbum de debut, la cantante se declaraba peligrosamente enamorada (el disco se titulaba Dangeroulsy in love), mientras posaba con el pelo alborotado por un viento inexistente y llevando una a¨²n menos existente capita de strass que apenas le cubr¨ªa el per¨ªmetro de piel comprendido entre el cuello y la cintura. Era 2003 y ten¨ªa 22 a?os. Un segundo disco, varios premios Grammy y alg¨²n papel en el cine despu¨¦s, Beyonc¨¦ acaba de lanzar su tercer ¨¢lbum, I'm Sasha Fierce, y de anunciar una gira mundial para presentarlo que arranca el pr¨®ximo marzo en Canad¨¢ y la traer¨¢ a Espa?a en mayo. El encargado de vestir a la artista ser¨¢ el dise?ador franc¨¦s Thierry Mugler, quien asume todas las funciones propias de un director creativo y tambi¨¦n se encargar¨¢ de supervisar desde los efectos de luces a las coreograf¨ªas.
La cantante vestir¨¢ 58 modelos de Mugler entre los que est¨¢ el cors¨¦ moto
La alianza surgi¨® a petici¨®n de Beyonc¨¦ y se encuadra en la l¨ªnea de las colaboraciones entre artistas y modistos iniciada con el sujetador (i)c¨®nico que Jean-Paul Gaultier le hizo a Madonna para su Blonde Ambitious Tour. Mugler, que debut¨® en la moda en 1973, lleva desde entonces haciendo incursiones en el mundo del espect¨¢culo. El videoclip Too Funky de George Michel que dirigi¨® en 1992 y en el que visti¨® a la modelo Emma Sj?berg con un cors¨¦ cuya parte frontal era el manillar de una Harley Davidson, es s¨®lo un ejemplo m¨¢s de una pasi¨®n por la puesta en escena cuyo ¨²ltimo cap¨ªtulo se escribe ahora.
Bailar¨ªn de la ?pera del Rhin durante seis a?os, Mugler traslad¨® las maneras que imprime en el cuerpo la disciplina de la danza a sus dise?os, siendo uno de los creadores de una corriente en moda conocida con el nombre de body conscious. Con un pie en lo on¨ªrico, cre¨® una identidad cuyas invariables est¨¦ticas giraban en torno a la sublimaci¨®n del cuerpo. Concibi¨® una mujer amaz¨®nica, autoritaria, con poder¨ªo; una mujer de la que Beyonc¨¦ bien podr¨ªa ser una encarnaci¨®n. Y la visti¨® remodelando su silueta con cors¨¦s y hombreras que hipertrofiaban sus atributos.
Amigo de la ¨¦pica de estadio, sus desfiles siempre han estado m¨¢s cerca de la opereta que del show de moda al uso: en 1984, el Teatro Zenith de Par¨ªs tron¨® con los aplausos de las 6.000 personas que hab¨ªan ido a ver el desfile de oto?o-invierno con el que Mugler celebr¨® su d¨¦cimo aniversario. Actualmente, Mugler lleva retirado de la moda desde 2003, cuando la compa?¨ªa cosm¨¦tica Clarins, propietaria del 83, 5% de su marca, cerr¨® su divisi¨®n de ropa a causa de las p¨¦rdidas. La divisi¨®n perfumera sigue viva.
En la gira, Beyonc¨¦ vestir¨¢ 58 modelos creados por el dise?ador, 58 segundas pieles con connotaciones heroicas entre las que se encuentra el famoso cors¨¦-moto. La cantante con status de diva dejar¨¢, pues, de vestir como eso, como una diva adicta a los vestidos con rajas hasta la ingle, los escotes en v y las lentejuelas, para empezar a hacerlo como un icono de la moda.
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