El uranio de And¨²jar, en los juzgados
Afectados piden que se reconozcan sus dolencias como enfermedad profesional
Despu¨¦s de dos d¨¦cadas de luchas infructuosas en los ¨¢mbitos pol¨ªtico y judicial, los ex trabajadores de la F¨¢brica de Uranio de And¨²jar (FUA) no est¨¢n dispuestos a tirar la toalla para que se les reconozca como enfermedad profesional sus dolencias por distintas patolog¨ªas asociadas a su exposici¨®n al uranio durante 22 a?os.
El pasado mes de junio, la asociaci¨®n que re¨²ne a antiguos empleados y a las viudas -ya han fallecido 55 de los 126 miembros de la plantilla, muchos de ellos por distintos tipos de c¨¢ncer- recibi¨® un jarro de agua fr¨ªa a sus aspiraciones tras las resoluciones desfavorables del Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (Ciemat) y del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), dependiente del Ministerio de Trabajo e Inmigraci¨®n.
Un informe se?ala da?os en el aparato respiratorio y en los ri?ones
Tras cerrar la f¨¢brica se enterraron hasta los ¨¢rboles cercanos
Ahora buscan un ¨²ltimo cartucho para hacer realidad sus reivindicaciones a trav¨¦s de la v¨ªa laboral. Los juzgados de lo Social de Ja¨¦n han se?alado hasta el pr¨®ximo 19 de febrero un total de 45 demandas planteadas por ex trabajadores y viudas y que, en caso de estimarse, supondr¨ªa revalorizar sus pensiones en una media de 500 euros al mes.
La FUA estuvo abierta entre los a?os 1959 y 1981 gestionada por la extinta Junta de Energ¨ªa Nuclear. Trataba mineral de uranio para la obtenci¨®n de concentrado de ¨®xido de uranio con una pureza del 80% al 90%, que, posteriormente, se transportaba en bidones a Francia o Estados Unidos para su utilizaci¨®n en los reactores de las centrales nucleares.
El abogado de los ex trabajadores, Manuel ?ngel V¨¢zquez, hab¨ªa solicitado del Ciemat historias m¨¦dicas e informes radiol¨®gicos de los empleados desde 1959, pero ese organismo dependiente del Ministerio de Educaci¨®n e Innovaci¨®n ha circunscrito los informes a a?os posteriores. Seg¨²n unos an¨¢lisis de orina de 1964, los empleados ten¨ªan en torno a 116 microgramos de uranio por litro, cuando el l¨ªmite de seguridad estaba en 0,8 microgramos. Pero los trabajadores no eran conscientes del peligro que corr¨ªan, pues el dos¨ªmetro personal que portaban cada uno de ellos siempre estaba defectuoso, seg¨²n apuntan. As¨ª fue hasta que, una vez cerrada la f¨¢brica, comprobaron c¨®mo se enterr¨® todo, desde las mesas y las sillas que ellos utilizaban hasta los ¨¢rboles de los alrededores.
El Ciemat desestim¨®, por haber prescrito, la reclamaci¨®n patrimonial de la asociaci¨®n de ex trabajadores de la FUA, por la que ped¨ªan al Estado una indemnizaci¨®n de 12 millones de euros por da?os y perjuicios, resoluci¨®n que no han recurrido los antiguos empleados.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo emiti¨® otro informe en el que concluye que sus patolog¨ªas "no tienen su origen en la contingencia de enfermedad profesional". S¨®lo se han hecho, hasta el momento, cuatro excepciones, las de dos viudas y un antiguo empleado de And¨²jar y la de un antiguo directivo de Madrid.
Sin embargo, la resoluci¨®n de la Seguridad Social contrasta con el informe "cient¨ªfico t¨¦cnico", suscrito por el subdirector de Inspecci¨®n de Servicios Sanitarios de la Junta de Andaluc¨ªa, Juan de Dios Villar Doncel, en el que indica que de las pruebas practicadas a los ex trabajadores se desprende que "han existido da?os en aparato respiratorio, en ri?ones y aparato excretor, da?os inmunol¨®gicos, hematol¨®gicos, metab¨®licos y una mala percepci¨®n de la calidad de vida asociada al estado de salud".
Y se concluye en que "hay una evidencia entre la exposici¨®n prolongada al polvo de uranio y una determinada constelaci¨®n de patolog¨ªas, e inclusive no se pueden descartar posibles da?os tard¨ªos sobre el DNA con latencia prolongada, que hayan provocado una mayor incidencia de neoplasias (tumores) en esta poblaci¨®n, aunque el principal efecto negativo del uranio es el t¨®xico".
A ese informe y a otros de peritos expertos en medicina nuclear se agarran ahora los 45 ex trabajadores y viudas que no pierden la esperanza de que se les d¨¦ la raz¨®n. "M¨¢s que una cuesti¨®n econ¨®mica, es una raz¨®n de justicia social y algo que debemos a todos los que ya no est¨¢n con nosotros", justifica Jos¨¦ Soto, presidente de la asociaci¨®n que re¨²ne a este colectivo, cuyos integrantes est¨¢n desolados por las continuas promesas incumplidas que han recibido de numerosos pol¨ªticos. Su reclamaci¨®n ha llegado tambi¨¦n al Parlamento Europeo donde, de la mano de Izquierda Unida, han pedido amparo a sus reivindicaciones.
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