Pron¨®sticos
The Economist es uno de los medios informativos m¨¢s prestigiosos del mundo. Se puede estar en desacuerdo con su r¨ªgido liberalismo (aunque ahora exige a los gobiernos que suelten la pasta), con su pedanter¨ªa o con cualquiera de los rasgos que lo caracterizan, pero se trata de un semanario interesante y con gran influencia entre las ¨¦lites. Sus previsiones son consideradas altamente fiables. ?Recuerdan lo que The Economist vaticinaba para 2008, en enero de este mismo a?o? Hillary Clinton iba a ser presidenta de Estados Unidos, la econom¨ªa espa?ola iba a mantener un crecimiento del 3,7% y el gran tema iba a ser el calentamiento clim¨¢tico. Cito estas tres previsiones como ejemplo: las otras estaban igualmente equivocadas.
Esta modesta columna deber¨ªa aprender la lecci¨®n de The Economist y evitar aventurarse en pron¨®sticos. Aqu¨ª no sabemos siquiera si el Duque de Sin tetas no hay para¨ªso acabar¨¢ muriendo o besando. ?C¨®mo atreverse con vaticinios m¨¢s lejanos? Ayer mismo, por ejemplo, d¨¢bamos por supuesto que despu¨¦s del ERE de Radiotelevisi¨®n Espa?ola y de otros menos fara¨®nicos, como los aplicados en diarios gratuitos, habr¨ªa m¨¢s expedientes de regulaci¨®n de empleo en los medios de comunicaci¨®n espa?oles. En realidad, podr¨ªa ser que no. Podr¨ªa ser que las empresas no tuvieran dinero para financiarlos.
Prudencia, pues. ?Se acentuar¨¢ el desamor entre Zapatero y Gabilondo? ?Volver¨¢n a quererse? No lo sabemos. ?Se someter¨¢n al control antidopaje los guionistas de F¨ªsica o qu¨ªmica? No lo sabemos. ?Podr¨¢ mantener el informativo de Pedro Piqueras su extraordinario ritmo de incendios y siniestros varios, sin destruir el planeta entero? No lo sabemos.
Como mucho, este columnista se atreve a predecir, cautelosamente, que el mejor programa que se realiza en Espa?a, Callejeros, seguir¨¢ teniendo menos audiencia que el peor programa, La noria.
?Se lo han cre¨ªdo? No, por favor, no sean tan cr¨¦dulos. Ma?ana, esta columnita ofrecer¨¢ sus pron¨®sticos para 2009. Tan rigurosos como los de The Economist.
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