Oportunidades en la crisis
Las recesiones no agotan todas las posibilidades de crecimiento de los mercados; sobre todo, suelen afectar con especial sa?a a aquellos negocios que durante los periodos previos de bonanza han sido especialmente pr¨®speros o han cometido m¨¢s excesos de oferta. En el caso de esta recesi¨®n, el mercado inmobiliario y el del autom¨®vil ocupan el primer lugar entre los damnificados; completa el podio de la crisis el mercado de las vacaciones y el ocio, casi por razones obvias. Pero, al margen de ellos, casi todas las empresas de cualquier mercado pueden controlar sus da?os si aplican pol¨ªticas de ajuste adecuadas. La suposici¨®n de que incluso en los momentos m¨¢s crudos de una depresi¨®n es posible encontrar negocios florecientes responde a la mera l¨®gica estad¨ªstica. Como adelant¨® George Soros en un libro reciente, ahora mismo se est¨¢n fabricando las burbujas de los productos agr¨ªcolas destinados a la alimentaci¨®n o el agua. Eclosionar¨¢n a su debido tiempo.
Lo que produce una sensaci¨®n de extra?eza es la percepci¨®n de que algunos mercados gravemente afectados por la recesi¨®n no siguen las reglas del juego para sobrevivir a la crisis de 2008. Muchos negocios est¨¢n respondiendo con bastante flexibilidad a la crisis. Por ejemplo, los restaurantes que han moderado los precios o han construido men¨²s al lado de sus car¨ªsimas cartas sobreviven; por el contrario, han cerrado los que, por estructura de costes, no pod¨ªan moderar los precios. Sin embargo, no est¨¢ claro que en todos los mercados se est¨¦ aplicando esta t¨¢ctica elemental de supervivencia. Por ejemplo, la evoluci¨®n de los precios de la vivienda es confusa. Parece que los precios de la vivienda nueva se resisten a bajar, lo cual podr¨ªa significar que los promotores no aplican los ajustes que requiere el mercado o bien sencillamente que las estad¨ªsticas de los precios de la vivienda son deficientes; o ambas razones pueden ser correctas. En cualquier caso, cuanto m¨¢s tarde el mercado de la vivienda en bajar los precios hasta disolver el stock de pisos sin vender, m¨¢s tardar¨¢ en reanudarse el pulso inmobiliario en Espa?a. Y resulta que no existen hoy en la econom¨ªa espa?ola actividades con suficiente arrastre como para sustituir al ladrillo en la generaci¨®n de riqueza, y menos en un entorno de liquidez restringida hasta la agon¨ªa por la voluntad de las entidades financieras de restaurar sus balances.
A efectos pr¨¢cticos, la evoluci¨®n del mercado burs¨¢til durante los primeros meses de 2009 desvelar¨¢ cu¨¢les son los mercados en los que ser¨¢ m¨¢s c¨®modo invertir y obtener rentabilidad. Pero las tareas principales de la pol¨ªtica econ¨®mica siguen siendo hoy recuperar o normalizar el cr¨¦dito -interbancario y entre bancos y empresas- y gestionar con ¨¦xito un programa de gasto p¨²blico, a trav¨¦s de los ayuntamientos seg¨²n ha marcado el Gobierno, para estimular el empleo y el consumo. En el primer caso, porque los bancos y las cajas est¨¢n reteniendo la liquidez que los mecanismos de rescate de la deuda les han prestado, dicho sea con toda la sencillez posible. En el segundo caso, porque aprobar el plan de 8.000 millones de euros para invertir a trav¨¦s de los ayuntamientos es bastante m¨¢s f¨¢cil que conseguir que ese dinero se aplique r¨¢pidamente y con provecho. No todo es pol¨ªtica; tambi¨¦n hay que gestionar.
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