"?Eres tambi¨¦n hija de Mohammed?"
Dos hermanos saharauis se conocen en C¨®rdoba tras 32 a?os separados
Las vidas de Rachid Mohammed Ahmed y su hermana Fatma han sido, como las de miles de saharauis, atropelladas por la triste historia de su pa¨ªs. Separados el uno del otro en 1976 a causa de la ocupaci¨®n por parte de Marruecos y Mauritania de la antigua colonia espa?ola del Sahara Occidental, Fatma y Rachid nunca se conocieron. Fatma huy¨® con otros cuatro hermanos a los campamentos de refugiados en Argelia, donde actualmente viven m¨¢s 125.000 saharauis, seg¨²n Human Rights Watch. Mientras que Rachid que, seg¨²n sus papeles, naci¨® el a?o de la invasi¨®n, creci¨® en el territorio ocupado, en la ciudad de Villa Cisneros, hasta que en 2001 recal¨® en Espa?a.
Pero el drama de estos dos hermanos tiene un final feliz. Una ma?ana de abril de 2008, a las puertas del Registro Civil de C¨®rdoba -donde cientos de saharauis tramitaban sus expedientes para consolidar la nacionalidad espa?ola- Rachid observ¨® a una mujer cuyos rasgos le recordaron enormemente a los de una de sus hermanas. "Yo llevaba gafas de sol y pude mirarla detenidamente sin que ella se diera cuenta ni se molestara. Estaba asombrado de c¨®mo se parec¨ªan. Entonces vinieron unas personas y la saludaron, llam¨¢ndola por sus apellidos, que son los m¨ªos". Cuando Rachid los escuch¨®, no aguant¨® m¨¢s y se acerc¨® a la mujer. "Le pregunt¨¦ si era hija de Mohammed Ahmed, mi padre. Y tambi¨¦n de si ten¨ªa un hermano peque?o que se llamaba Rachid. Entonces le cambi¨® el gesto, porque me mir¨® y reconoci¨® en m¨ª la cara de nuestro padre. Rachid soy yo, le dije. Y ella rompi¨® a llorar", recuerda.
El padre de ambos perteneci¨® a la Polic¨ªa Territorial de Espa?a en la colonia
Rachid lleg¨® hace siete a?os a las Islas Canarias en una patera
Los dos hermanos lo son por parte de padre. Fatma, que tiene 52 a?os, es hija de un matrimonio anterior, mientras que Rachid es el pen¨²ltimo de los ocho hijos fruto de las terceras nupcias de su padre, por lo que guarda una gran diferencia de edad con sus hermanos mayores. Toda la familia se qued¨® en Villa Cisneros, bajo ocupaci¨®n mauritana primero y marroqu¨ª despu¨¦s. Pero cinco hermanos de Rachid, tres mujeres -entre ellas Fatma- y dos hombres lograron escapar a Argelia y nunca m¨¢s vieron a su padre.
Pasa a la p¨¢gina 2Mohammed Ahmed, el padre de Fatma y Rachid, hab¨ªa sido, durante 42 a?os, miembro de la Polic¨ªa Territorial que Espa?a tuvo en la colonia "y lleg¨® al grado de sargento", cuenta su hijo. Tras la invasi¨®n, pudo mantener a su mujer y a sus hijos gracias al negocio de ganado de camellos que pose¨ªa. Mientras, luch¨® durante a?os para cobrar la pensi¨®n que el Estado espa?ol le adeudaba por los servicios prestados en el cuerpo armado. Lo logr¨® finalmente en 1987, aunque s¨®lo pudo disfrutarla dos a?os, puesto que en 1989 muri¨®. "El recuerdo que guardo de mi padre es el de una persona triste. Los mayores me han contado que de joven era alto, fuerte y orgulloso, pero la separaci¨®n de sus hijos le marc¨®. Y m¨¢s todav¨ªa saber que un hijo suyo muri¨® en 1982 quemado en su coche por la polic¨ªa. Otro hermano m¨ªo, que luchaba con el Frente Polisario, muri¨® durante la guerra", relata Rachid. En los d¨ªas y meses que siguieron a su primer encuentro, Rachid y Fatma pudieron reconstruir la historia de su extensa familia que, en parte, conoc¨ªan s¨®lo a retales.
De los cinco hermanos refugiados en los campamentos, tres terminaron viviendo en Espa?a, y una de las mujeres nunca quiso abandonar el duro desierto argelino. "Fatma, que contaba con el pasaporte argelino, iba y ven¨ªa desde los campamentos a Espa?a porque ten¨ªa a sus hijos viviendo en este pa¨ªs. Ahora, est¨¢ tramitando su expediente de nacionalidad en Alicante, donde vive", explica Rachid.
La vida del joven tambi¨¦n fue complicada. "Crecer en el Sahara ocupado es como hacerlo en una especie de c¨¢rcel en libertad. Puedes hacer cosas normales como ir a ver a tu familia y tomar el t¨¦. Pero siempre est¨¢s controlado por la polic¨ªa marroqu¨ª, que es muy numerosa y no deja de atosigar", dice. A los 17 a?os, Rachid decidi¨® actuar por primera vez contra un s¨ªmbolo de Marruecos. "Yo siempre he querido un Sahara libre, por eso quit¨¦ el retrato del rey Hassan II de mi clase del instituto. Cuando supieron que fui yo, me separaron de mis compa?eros y durante 27 d¨ªas, en el instituto, me interrog¨® el director, en compa?¨ªa de polic¨ªas acerca de qui¨¦n me hab¨ªa incitado. No me pegaron, pero fue duro". A partir de entonces, le prohibieron estudiar en centros p¨²blicos, "por lo que me tuve que poner a trabajar en compa?¨ªas pesqueras", recuerda. Durante este periodo, su madre, que como viuda hab¨ªa luchado para sacar adelante a su familia, enferm¨® y termin¨® muriendo en El Aai¨²n en 1998, si haber podido cobrar la pensi¨®n espa?ola de viudedad.
Tres a?os m¨¢s tarde, Rachid debi¨® de huir definitivamente de su casa, tras un enfrentamiento con la polic¨ªa. "Vi a un agente agredir a una mujer saharaui. Fui con unos amigos a defenderla y todo deriv¨® en una pelea con el polic¨ªa. Esa misma tarde me march¨¦ de Villa Cisneros porque me buscaban".
Tras un a?o escapado, cruz¨® en patera hasta Fuerteventura, donde con ayuda de un hermano, logr¨® llegar a Espa?a. Siete a?os despu¨¦s, se encontrar¨ªa con Fatma, su hermana perdida.
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