Los agujeros negros fueron antes que las galaxias
El hallazgo cuestiona gran parte de las teor¨ªas del nacimiento de los astros
?Qu¨¦ fue antes, la galaxia o el agujero negro supermasivo que est¨¢ en su centro? Esta cl¨¢sica pregunta de "?el huevo o la gallina?" ha empezado a tener respuesta con los nuevos estudios de agujeros negros supermasivos situados muy lejos (en el espacio y en el tiempo) y todo indica que tras la Gran Explosi¨®n que dio origen al universo se formaron muy r¨¢pidamente los agujeros negros, que generaron las galaxias a su alrededor. Una galaxia es un conglomerado enorme de gas, polvo, estrellas y otros cuerpos celestes menores que se mantienen unidos por su atracci¨®n gravitatoria mutua.
Todas las galaxias que tienen la forma aproximada de una esfera, incluida la V¨ªa L¨¢ctea que contiene nuestro Sistema Solar, tienen un agujero negro supermasivo en su centro. ?Cu¨¢l fue el origen de esta asociaci¨®n y c¨®mo se desarroll¨®? Esto todav¨ªa no se sabe, reconocieron ayer los astr¨®nomos de un equipo internacional que ha utilizado, entre otros, el radiotelescopio de Pico Veleta, en Granada, para sus observaciones. Hay muchas teor¨ªas, pero "tenemos que vivir con lo que el universo nos muestra y tratar de explicarlo", coment¨® resignadamente el astr¨®nomo estadounidense Chris Carilli, en conferencia telef¨®nica desde California, donde present¨® el trabajo.
La observaci¨®n del universo muy joven sorprende a los astr¨®nomos
Se sab¨ªa que la masa del bulbo de una galaxia (su zona central y m¨¢s densa) y la masa del agujero negro correspondiente mantienen una relaci¨®n lineal, que no parec¨ªa depender ni de su tama?o ni de su edad. La primera es unas 700 veces mayor que la segunda. El agujero negro de la V¨ªa L¨¢ctea, por ejemplo, tiene una masa de cuatro millones de soles.
Sin embargo, al disponer de instrumentos para observar mejor y m¨¢s lejos, los astr¨®nomos est¨¢n descubriendo que esta proporci¨®n cambia en agujeros negros muy distantes. Observarlos implica que se est¨¢n viendo cuando el universo era muy joven, por lo que tarda la luz en llegar a los telescopios que los observan.
Cuando el universo s¨®lo ten¨ªa 1.000 millones de a?os (ahora tiene unos 13.700 millones de a?os), la proporci¨®n cambia, al menos en los pocos cu¨¢sares observados ahora, con radiotelescopios franceses, alemanes y estadounidenses, en los que se han podido pesar las galaxias. En ellos, la masa del bulbo gal¨¢ctico es s¨®lo de unas 30 veces la del agujero negro, frente al factor com¨²n de 700 veces.
"La relaci¨®n lineal indicaba que el agujero negro y el bulbo gal¨¢ctico se influyen mutuamente en su desarrollo", explic¨® desde California, donde se celebra la reuni¨®n anual de la Sociedad Americana de Astronom¨ªa, el alem¨¢n Dominik Riechers, tambi¨¦n miembro del equipo. "La gran pregunta ha sido si uno surge antes que el otro o si se desarrollan al mismo tiempo, manteniendo la relaci¨®n entre masas durante todo el proceso".
Ahora que se ve que al principio no se mantiene la relaci¨®n, y que todo indica que los agujeros negros empezaron a desarrollarse antes, el gran desaf¨ªo es saber c¨®mo se realimentan los dos a lo largo de su existencia: "No conocemos el mecanismo que act¨²a ni la causa de que, en alg¨²n momento del proceso, se establezca la relaci¨®n que consideramos est¨¢ndar", reconoci¨® Riechers.
Los astr¨®nomos tienen puestas sus esperanzas para resolver ¨¦ste y otros misterios del nacimiento de las estrellas y las galaxias en los nuevos radiotelescopios y telescopios de infrarrojos que se preparan. La ampliaci¨®n del actual Very Large Array en Estados Unidos, la bater¨ªa internacional de radiotelescopios ALMA que se construye en el desierto chileno de Atacama y en la que participa Espa?a, y el telescopio espacial James Webb, que suceder¨¢ al Hubble, son algunos de los instrumentos "que tendr¨¢n mayor sensibilidad y resoluci¨®n para observar el gas en estas galaxias a la peque?a escala necesaria para hacer estudios detallados de su din¨¢mica", explic¨® Riechers.
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