V¨ªctimas de una rentabilidad fabulosa

"Es dif¨ªcil tomar el bol¨ªgrafo para comunicar cosas no agradables, sobre todo cuando en nuestras relaciones jam¨¢s hubo un motivo para ello". Cuando en abril de 2008 Francisca (nombre ficticio) ley¨® las primeras l¨ªneas de la carta con el membrete de Sudesa no intu¨ªa que los ahorros de toda su vida estaban en peligro. La misiva anunciaba que, debido a la crisis, la entidad de "servicios jur¨ªdicos y financieros" que durante cuatro a?os le hab¨ªa dado puntualmente una rentabilidad del 11% por su inversi¨®n de 54.000 euros, se ve¨ªa obligada a no entregarle el sobre en efectivo con el que todos los meses Francisca redondeaba su magra pensi¨®n.

Lo peor vino despu¨¦s. Francisca, que se uni¨® a Sudesa por recomendaci¨®n de un familiar y apenas si dej¨® en el banco "el dinero justo para pagar los recibos", no s¨®lo se quedaba sin los fabulosos intereses, sino que no pod¨ªa recuperar el capital invertido. Tras intentar, sin ¨¦xito, negociar por tel¨¦fono, carta y burofax con la empresa, esta pensionista malague?a es ahora una de los 11 firmantes de una querella por estafa y apropiaci¨®n indebida que se present¨® el pasado diciembre contra la financiera. "La ¨²nica intenci¨®n es recuperar el dinero y quedarme en paz. Ahora s¨®lo duermo con pastillas", asegura Francisca. Los querellantes reclaman un total de 467.619 euros, seg¨²n el abogado Jos¨¦ Ignacio Franc¨¦s, que los representa.

Para ofrecer tan alta rentabilidad, Sudesa vend¨ªa o ced¨ªa pr¨¦stamos hipotecarios sobre bienes inmuebles a los clientes. Cuando los acreedores de las hipotecas dejaron de pagar por la crisis, la empresa se qued¨® sin liquidez, aunque con una extensa cartera de fincas en su poder. "Para pagar los intereses hasta abril he tenido que poner dinero de mi propio bolsillo", se defiende Nicol¨¢s Guerrero, due?o de Sudesa. La empresa tiene algo menos de 200 inversores.

Guerrero, de 74 a?os, asegura que lleva 22 en el negocio de la inversi¨®n hipotecaria y "jam¨¢s ha fallado a nadie". El due?o de la financiera niega que se haya quedado con dinero de los inversores, como se le acusa en la querella. "No tenemos dinero, pero s¨ª fincas e inmuebles que ponemos a disposici¨®n de los clientes como forma de pago. Siempre he actuado de buena fe y he figurado con mi nombre y apellidos en las escrituras", asegura.