Cascarrabias 2009
Empiezo bien el a?o: me ha llegado a tiempo la nueva entrega de Luces de Cultura, la iluminadora revista del ministerio que dirige CAM (no confundir con las siglas del Combat Air Museum, sito en Topeka, Kansas), impresa en papel no reciclado a pesar de las recomendaciones de Presidencia. Teniendo en cuenta que para fabricar 3.000 postales navide?as se necesita un ¨¢rbol crecidito y que el papel para envolver regalos que hemos arrojado a la basura tras las fiestas podr¨ªa equivaler a la superficie de media Barcelona, lo cierto es que lo de las 44 p¨¢ginas de Luces de Cultura es peccatum minius, pero me llama la atenci¨®n que un ministro que lo est¨¢ haciendo razonablemente bien se empecine, en plena era Internet y con una web institucional bastante mejorable y mucho m¨¢s aprovechable, en publicar seis veces al a?o una revista que leen pocos m¨¢s que los que llenan el tiempo en las antesalas de los despachos de su ministerio. A este paso sus responsables van a conseguir peor imagen que la que tiene (sobre todo entre los j¨®venes) la SGAE, cuyo departamento de comunicaci¨®n (en el hipot¨¦tico caso de que exista) deber¨ªa tomarse unas largas vacaciones para repensar su estrategia y aprender a vender mejor la te¨®rica de la propiedad intelectual. En fin, no quisiera cascarrabiar demasiado. S¨®lo me gustar¨ªa, para completar este desahogo neoanual, a?adir dos peque?as notas. La primera es acerca de la felicitaci¨®n navide?a, dibujada por el maestro -porque lo es- Mingote, que este a?o ha enviado la Real Academia Espa?ola. Me importan una higa las convicciones religiosas y pol¨ªticas de don Antonio, pero a estas alturas resulta improcedente ese dibujo en el que los tres Reyes Magos le regalan a Pap¨¢ Noel (San Nicol¨¢s de Bari, no lo olvidemos) un diccionario de la "docta casa" para que se vaya "enterando de lo que la palabra Navidad significa". Estar¨¢n contentos los acad¨¦micos agn¨®sticos (creo que queda alguno). Lo cierto es que el sentido de la felicitaci¨®n est¨¢ en sinton¨ªa con esa muy leg¨ªtima -pero sorprendente- campa?a roucovareliana en la que se propone a los fieles colocar en el balc¨®n un tapiz con una imagen flotante del ni?o Jes¨²s, para que todos nos enteremos de lo que se trata. La otra nota es una humilde sugerencia para acabar de una vez con la crisis del ladrillo y enderezar la p*** econom¨ªa: construir los nuevos bloques -incluso en Sese?a- con las toneladas de vol¨²menes procedentes de las devoluciones postnavide?as. Algo que me trae a la cabeza esa estupenda tira c¨®mica de Liniers (en Macanudo 3, Reservoir Books) en la que Enriqueta le explica al gato Fellini que le gusta mirar su biblioteca porque est¨¢ llena de universos. Claro que estos d¨ªas hay muchos universos que se meten en cajas y se env¨ªan de vuelta al almac¨¦n.
La edici¨®n se concentrar¨¢ en la b¨²squeda de ficciones globalmente vendibles. Con un "motivo": los a?os ochenta
Fragancias
Aunque seg¨²n algunos de mis topos en Cegal (Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros) el ¨²ltimo trimestre ha sido bastante desastroso (con descensos en algunas grandes librer¨ªas de hasta el 6% respecto a la facturaci¨®n del pasado a?o), durante las ¨²ltimas semanas decembrinas hubo m¨¢s alegr¨ªas de las esperadas. La verdad es que la oferta ha sido espectacular, pero no hace falta consultar los exclusivos informes de Nielsen para llegar a la conclusi¨®n de que -como ya ven¨ªa sucediendo, pero ahora a lo bestia- se han vendido muchos ejemplares de un n¨²mero limitado de t¨ªtulos. ?Cu¨¢les? Piensen un poquito y recuerden -aunque sean hombres que no aman a las mujeres o chicas que sue?an con cerillas y bidones de gasolina- cu¨¢les formaban pilas de dif¨ªcil equilibrio durante el ¨²ltimo medio a?o. Lo que no es ¨®bice para que algunos editores hayan querido exprimir demasiado la naranja: ah¨ª tienen, por ejemplo, esa incre¨ªble caja de galletas ("edici¨®n coleccionista") con la que Planeta ha pretendido re-sobreexplotar a su estrella Ruiz Zaf¨®n, y que inclu¨ªa (por 50 eurillos de nada) dos novelas del eximio Midas literario (La sombra del viento y El juego del ¨¢ngel), un folletillo de 46 p¨¢ginas (a doble interlineado) con dos cuentos "in¨¦ditos" y -atenci¨®n, atenci¨®n- ?"un pin exclusivo del drag¨®n que identifica al autor"! Todo ello, claro, empaquetado en la citada caja de hojalata (muy ¨²til, lo reconozco, para guardar sobres de t¨¦ y hierbas medicinales). Lo ¨²nico que les ha faltado a los genios de la mercadotecnia planetaria para completar la panoplia era un perfume Ruiz Zaf¨®n con olor a Barcelona, ahora que est¨¢n de moda las fragancias de autor/a (por cierto, si hasta Rosario Flores tiene la suya, ?para cu¨¢ndo una recia y viril de Sabina?).
Tendencias
Me alegro retrospectivamente del Premio Libro Europeo concedido al estupendo Postguerra: una historia de Europa desde 1945 (Taurus), del historiador brit¨¢nico Tony Judt (Londres, 1948). Y me alegro por partida doble, porque acababa de terminar bastante irritado el poco satisfactorio cap¨ªtulo que su m¨¢s joven colega Michael Burleigh dedica al terrorismo alem¨¢n de los setenta en su m¨¢s bien neocon y sensacionalista Sangre y rabia, una historia cultural del terrorismo, publicado tambi¨¦n por Taurus. Nada que ver, en lo que se refiere a comprensi¨®n de los procesos hist¨®ricos, con la perspectiva mucho m¨¢s amplia y contextualizada de la que hace gala Judt en las breves p¨¢ginas que dedica al tremendo asunto en su muy recomendable libro. Y, encima, Burleigh -cuyo El tercer Reich (Taurus) no le llega a la suela del zapato (a pesar de los premios obtenidos) a la estupenda trilog¨ªa sobre el mismo asunto de Richard Evans (Pen¨ªnsula)- se permite despotricar contra Judt en una nota de su libro (la 26 del cap¨ªtulo 6?) llam¨¢ndole "marxista de sal¨®n" y "engre¨ªdo". Por cierto que, seg¨²n la opini¨®n de importantes analistas editoriales anglosajones, 2009 no ser¨¢ un a?o propicio al ensayo. Y, de hecho, las divisiones de non-fiction de algunos grandes grupos norteamericanos est¨¢n sufriendo "reestructuraciones", es decir, despidos. Continuar¨¢, claro, la moda de libros sobre la crisis, la "reinvenci¨®n" del capitalismo (?glup!) y cierto resurgir de la literatura cr¨ªtica de izquierda. Pero los esfuerzos se concentrar¨¢n en la b¨²squeda de ficciones globalmente vendibles. Con un "motivo": los a?os ochenta. Y una explicaci¨®n: los que crecieron en esa d¨¦cada han llegado a la edad de adquirir libros masivamente. Y, adem¨¢s, como a los editores les fascinan los aniversarios, habr¨¢ novelas con tel¨®n de fondo de colapso del comunismo y ambientes reaganianos-thatcheritas. Y continuar¨¢ la moda del libro electr¨®nico: Amazon acaba de reconocer que estas Navidades las peticiones para su kindle fueron tantas que no dieron abasto, mientras Nintendo anuncia por 19,99 libras esterlinas (poco m¨¢s de 20 euros) un "cartucho" con 100 grandes novelas completas de Dumas, Dickens, Austen, Twain "y muchos otros" (de derecho p¨²blico, claro). Y nosotros, aqu¨ª, con estos pelos gutenbergianos que nos impiden ver el bosque tecnol¨®gico que avanza hacia nosotros m¨¢s veloz que el macbethiano de Birnam en su camino hacia Dunsinane.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.