Barajas cerr¨® cinco horas por la nevada

M¨¢s de cinco horas estuvo cerrado ayer el aeropuerto de Barajas por la nieve, en una jornada en la que estaban previstos 1.200 vuelos. La mayor¨ªa tuvieron que ser retrasados o cancelados. Ante las cr¨ªticas, AENA y la ministra de Fomento, Magdalena ?lvarez, salieron a la palestra para aseguraron que se hab¨ªa tomado esa decisi¨®n por motivos de seguridad y centraron el tiro en el fallo de las previsiones meteorol¨®gicas. Seg¨²n Fomento, a las 6.00 se recibi¨® un parte con previsi¨®n de "nevada d¨¦bil" por lo que las alertas no se dispararon. Ya a las 7.30 empezaron a ponerse en marcha los medios contra las nevadas, pero era tarde: a las ocho la nevada en Barajas era muy importante.

Durante unas horas, el aeropuerto funcion¨® a medias: se limpiaban dos pistas mientras se utilizaban las otras dos. Al final, a las 11.30, no s¨®lo por la nieve y las placas de hielo, sino sobre todo por la escasa visibilidad, se cerr¨® el aeropuerto. Hasta las 16.00 no se abri¨® una pista para despegues, aunque se hac¨ªan con cuentagotas por la necesidad de descongelar las alas de los aviones antes de partir, y hasta las 17.40 no se autorizaron los primeros aterrizajes. Iberia asegur¨® que hab¨ªa tenido que cancelar "decenas de vuelos". Ante las cr¨ªticas por una posible imprevisi¨®n, Fomento insisti¨® en que la nevada hab¨ªa sido excepcional -"he visto en la tele que es la mayor desde hace 10 a?os", asegur¨® Magdalena ?lvarez- y sobre todo record¨® que el cierre de un aeropuerto por cuestiones meteorol¨®gicas es algo relativamente normal en otros pa¨ªses europeos. Como ejemplo, la ministra cit¨® que en los ¨²ltimos d¨ªas, cuando el temporal ha arreciado en Europa, han cerrado los de Burdeos, Marsella, Manchester, Mil¨¢n, Par¨ªs (CDG), Bruselas, Stuttgart o Munich.

El corte de los accesos oblig¨® a los viajeros a caminar hasta las terminales

Pero eso al viajero le consuela poco. "He visto a gente caminando por la autopista, arrastrando maletas sobre la nieve, con la idea de llegar a pie al aeropuerto. ?A pie, cuando les quedaban cinco kil¨®metros! Y la Guardia Civil no hac¨ªa nada por ayudarlos, estaban parados en los arcenes como los dem¨¢s, esperando a que pasara la quitanieves que nunca lleg¨®". Amancio Gonz¨¢lez, taxista, fue uno de los ¨²ltimos valientes que se arriesgaron a llegar a la Terminal 4 de Barajas sin cadenas y sin esqu¨ªs, poco antes de que las carreteras colapsaran y fuera imposible el acceso por tierra.

En su camino recogi¨® a Eva, una joven que esperaba volar ayer a Ecuador para reunirse con su hermano, al que no ve¨ªa desde hac¨ªa tiempo. "Le coment¨¦ a la clienta que llevaba en mi taxi si le parec¨ªa bien que la recogi¨¦semos, porque aquella chica iba sola por la carretera nevada, arrastrando dos maletas gigantes con la que estaba cayendo...".

Por lo visto nadie se hab¨ªa parado a ayudarla desde que su novio la dej¨® en medio de la carretera porque no pod¨ªa avanzar m¨¢s con el coche. Pese a la aventura, Eva lleg¨® tarde a la T-4 y perdi¨® su vuelo. Y como ella otros miles de viajeros que, atrapados por los atascos, llamaban desesperados a las compa?¨ªas para intentar cambiar sus billetes y reservar vuelos para m¨¢s tarde. De poco les sirvi¨®. A partir de las 11.30, el aeropuerto de Barajas se cerr¨® a cal y canto, dejando maletas en bodegas de aviones, viajeros a las puertas de facturaci¨®n y familiares que esperaban en vano ante la puerta de Llegadas.

De las 1.205 operaciones previstas por AENA para la jornada de ayer hasta el cierre de las pistas a media ma?ana s¨®lo se hicieron 268 operaciones. Enseguida saltaron los avisos en los mostradores de facturaci¨®n: "Vuelos con c¨®digo 46 y c¨®digo 47". Es decir, al retraso por condiciones climatol¨®gicas se a?ade el retraso por la falta de tripulaci¨®n y la supuesta huelga de celo de los pilotos. La primera previsi¨®n de hacer 35 vuelos a la hora (en lugar de los 45 habituales) result¨® demasiado optimista, y a partir de las cuatro de la tarde, cuando se reanud¨® la actividad en dos pistas de salida y una de aterrizaje, los movimientos se hicieron con cuentagotas en medio del caos informativo.

Barajas intenta recuperar la normalidad