Puntualizaci¨®n
Con alguna frecuencia, la realidad no acaba por desanimar las visiones m¨¢s tremendistas, por m¨¢s inciertas que ¨¦stas sean. As¨ª es el caso de la carta del se?or Crespo Zorita, que m¨¢s parece fundarse en rumores previos a conocerse la reforma de la legislaci¨®n de extranjer¨ªa que en una mirada, siquiera general, de la misma cuando fue aprobada por el Consejo de Ministros. Despacharse con el calificativo de "represiva", es sencillamente desconocer, o no querer conocer, una reforma que ampara los derechos fundamentales de todas las personas, que permite el acceso de las organizaciones sociales a los centros de internamiento, que facilita el acceso de los reagrupados al mercado de trabajo y otras mejoras que f¨¢cilmente se descubren con s¨®lo repasar el texto. Y, para mayor desconcierto habla de "retorno forzado" (sencillamente, falso), y de "bandazos insoportables", claro est¨¢ d¨¢ndolos por supuesto, sin necesidad de explicaci¨®n. Verdades reveladas.
No contento con ello, abre otro frente, esta vez con los emigrantes (que para el Gobierno son todos, se?or Crespo, no s¨®lo los que votan), precisamente cuando acaba de concluir una legislatura (comenzando otra en los mismos t¨¦rminos) especialmente fruct¨ªfera para este importante colectivo de espa?oles: una ley expresa para garantizar el ejercicio de sus derechos, pr¨¢cticamente se han duplicado el n¨²mero de mayores emigrantes beneficiarios de pensiones y tambi¨¦n de asistencia sanitaria, se ha ampliado el acceso a la nacionalidad de los descendientes superando agravios hist¨®ricos, mantenido el presupuesto pese a la situaci¨®n de crisis y puesto en marcha otras pol¨ªticas de bienestar que ser¨ªa imposible resumir en unas l¨ªneas.
Como del tono de la carta deduzco que el se?or Crespo no escribe desde la derecha, me ha venido a la memoria aquella vieja trampa pol¨ªtica en la que tantas veces se incurre desde las filas progresistas (en las que, por supuesto, me inscribo) a la que se refer¨ªa en sus memorias el presidente Clinton y que presenta "lo perfecto como enemigo de lo bueno". Pero conf¨ªo en que, finalmente, la realidad se abra paso, desterrando los t¨®picos al uso y permitiendo el debate pol¨ªtico, sin trampas.
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