Ruedo ib¨¦rico
El a?o 2009 tendr¨¢ en lo pol¨ªtico, previsiblemente, a dos mujeres protagonistas. Rosa D¨ªez y Esperanza Aguirre. Son dos vidas paralelas. Y no s¨®lo en el sentido algo mal¨¦volo en que nos permitimos citar ahora aqu¨ª al prologuista italiano de Plutarco, cuando se refiere a otro gran d¨²o hist¨®rico, Demetrio y Marco Antonio: "Due modelli non da imitare, ma da cui guardarsi". Las dos son muy ambiciosas, no lo ocultan, e incluso presentan un rasgo estil¨ªstico de la ambici¨®n. Cuando hablan del rival pol¨ªtico, no ponen mala cara sino que su sonrisa se ensancha con fat¨ªdica infinitud parab¨®lica. Me refiero, por supuesto, a la sonrisa "pol¨ªtica". Es un modelo de sonrisa demoledor, patentado por Aznar, O Terror dos A?ores. Aparece un enigma. ?Qui¨¦n es ahora el rival? Si Mariano, a quien los suyos ya han puesto el mote hist¨®rico de El Pobre, sobrevive este a?o a estas tres sonrisas amigas habr¨¢ que declararlo "exotismo hist¨®rico", como ha hecho Aznar con Obama. D¨ªez encabeza un partido que irrumpi¨® con dos grandes urgencias. La primera, impedir que Espa?a se rompa, que es una urgencia que ya tiene por lo menos cinco siglos. Del segundo reclamo ya no me acuerdo y Rosa, tampoco. ?Ah, s¨ª! Era la defensa inequ¨ªvoca del Estado laico frente al marcaje clerical. En esa parte del programa creo que figura como asesor mi humorista preferido, Federico Jim¨¦nez Losantos, que es tambi¨¦n fan de D¨ªez, a quien ya ha coronado con los atributos imprescindibles. Ella, afirma Federico, s¨ª que tiene "un par". Tambi¨¦n Esperanza tiene "un par". He ah¨ª uno de los paralelismos. A las dos les sonr¨ªe la fortuna. Mientras al desdichado Mariano le "crecen los complejos", a Rosa le crecen los columnistas futuristas. Por su parte, Aguirre ha descubierto el m¨¢s fabuloso think tank para desenvolver un liberalismo chino en Madrid y, de paso, liberar Espa?a: la Caja de Ahorros, antiguo Monte de Piedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.