La pel¨ªcula que no rod¨® Billy Wilder

Nacieron las tres islas de N¨¢poles, Capri, Isquia y Pr¨®cida, del mismo arrebato tel¨²rico, causado por el vecino y malhumorado Vesubio. Su suerte, en cambio, ha sido diversa. Capri fue de siempre la ni?a mimada, desde la ¨¦poca de los c¨¦sares romanos, mientras que Isquia, al otro lado del golfo de N¨¢poles, y su edec¨¢n Pr¨®cida han permanecido en un plano m¨¢s discreto.

Injustamente. Porque Isquia es mucho mayor que Capri, y, por tanto, multiplica sus bellezas naturales. Pero tuvo la mala fortuna de sufrir un terremoto en 1883, cuando Capri se pon¨ªa de moda. Habr¨ªa que esperar al final de los a?os cuarenta para que empezaran a llegar algunos transgresores -por llamarlos de alguna forma-: el desenfadado Roger Peyrefitte, Tennessee Williams, Truman Capote, Auden...

Tambi¨¦n fue descubierta Isquia por la far¨¢ndula del cine, de mano del editor y productor cinematogr¨¢fico Angelo Rizzoli (la mansi¨®n que compr¨®, Villa Arbusto, es ahora Museo Arqueol¨®gico de Lacco Ameno y lieu de m¨¦moire del magnate). En realidad, la vocaci¨®n peliculera le ven¨ªa a Isquia de lejos; en los a?os treinta y cuarenta ya se hab¨ªan rodado all¨ª casi una decena de pel¨ªculas, pero fue en el 52 cuando un seductor Burt Lancaster encarn¨® a El corsario de Isla Verde (Crimsom Pirate) en los acantilados de Scarrupata; uno de los seducidos fue Visconti, veraneante asiduo, que dar¨ªa al actor algunos de los mejores papeles de su vida en El Gatopardo y Confidencias (Gruppo di famiglia in un interno).

Se filmaron por entonces pel¨ªculas dom¨¦sticas y de f¨¢cil consumo (Vacanze ad Ischia, Appuntamento a Ischia, Suor Letizia, ¨¦sta con gui¨®n de Cesare Zavattini y una Anna Magnani encarnando el equivalente femenino al c¨¦lebre cura don Camilo), pero tambi¨¦n algunas consideradas de culto. Como A pleno sol (1959), con un Alain Delon deslumbrante. El tema, basado en una novela de Patricia Highsmith, dar¨ªa pie al reciente remake de Anthony Minghella El talento de Mr. Ripley, donde Matt Damon hace mucho m¨¢s expl¨ªcita la fijaci¨®n homosexual del protagonista, y resultan m¨¢s palpables tambi¨¦n las bellezas de Isquia.

Dos hijos, dos padres

Otra cinta notable de 1972 mostraba al mundo un para¨ªso mediterr¨¢neo arquet¨ªpico, esenciado en la iglesia del Socorro de Forio: ante ella se mov¨ªan los protagonistas de Avanti (?Qu¨¦ pas¨® entre mi padre y tu madre?), con un hilarante Jack Lemon. Pero el director, Billy Wilder, no qued¨® contento, porque la censura norteamericana le oblig¨® a cambiar la trama; seg¨²n el gui¨®n original, quienes se encuentran en la isla para recoger los cuerpos de sus padres respectivos, muertos en el mismo accidente, no eran el hijo de un padre y la hija de una madre, sino dos varones que descubren que sus padres, tambi¨¦n dos varones, se reun¨ªan secretamente cada verano en la isla, cosa que seguir¨¢n haciendo sus v¨¢stagos, tan gays como los padres.

Isquia, lugar de encuentros. Y muy en especial para Luchino Visconti, un asiduo de la isla desde 1945. Por entonces conoci¨® all¨ª a un joven pescador, Giuseppe Boccanfuso, y se lo llev¨® a Roma como empleado; su amistad con la familia del chico fue duradera. Visconti alquil¨® al principio una casa, muy cerca del pueblo de los Boccanfuso. Luego estuvo un tiempo aloj¨¢ndose en hoteles. Uno de ellos fue el Regina Isabella, donde se hospedaban actores como Chaplin, Liz Taylor (algunas escenas de Cleopatra fueron rodadas en Isquia), Romy Schneider y muchos otros. Otros encuentros felices para Visconti (y m¨¢s para los encontrados) fueron los que tuvo con Alain Delon (a quien enseguida har¨ªa protagonista de Rocco y sus hermanos) y con Romy Schneider, que estaba rodando la en¨¦sima gazmo?er¨ªa de Siss¨ª (Scampolo o Siss¨ª en Ischia) y obtendr¨ªa de Visconti papeles m¨¢s complejos en tres filmes, sobre todo en Ludwig. Visconti acabar¨ªa compr¨¢ndose una casa en Isquia, La Colombaia, que a su muerte fue adquirida por el municipio y convertida en centro cultural abierto al p¨²blico.

A s¨®lo un par de kil¨®metros de La Colombaia, en la misma monta?a de Forio, instal¨® su casa otro famoso, el m¨²sico William Walton. El compositor brit¨¢nico se cas¨® con una argentina, Susana, 25 a?os m¨¢s joven que ¨¦l; en Londres no aceptaron eso bien, s¨®lo Lawrence Olivier les mostr¨® afecto. Olivier visit¨® con frecuencia La Mortella, la casa isle?a de Walton, y ¨¦ste compuso la banda sonora del filme de Olivier Ricardo III (aparte de otras muchas). En La Mortella vivi¨® Walton 35 a?os, y a¨²n sigue all¨ª su viuda. Ambos convirtieron lo que era una pir¨¢mide de roca en uno de los mejores jardines de Italia. La Mortella y sus jardines permanecen abiertos a las visitas, all¨ª se celebran conciertos y all¨ª se entregan los galardones del Festival de Cine de Isquia, que va por su sexta edici¨®n y sella el romance de la isla con la pantalla.

El cine ha explotado bien las bellezas de Isquia, que son muchas -sobre todo, el castillo Aragon¨¦s (pintado por Arnold B?klin en La isla de los muertos y otros lienzos), la pen¨ªnsula de Sant'Angelo, los farallones de Cava Grado o las playas de Casamicciola, que ponen decorado a las pel¨ªculas citadas. Pero el mayor fil¨®n tur¨ªstico de Isquia no son, curiosamente, sus paisajes, sino sus recursos termales. La hija de las furias del volc¨¢n tiene 115 manantiales de aguas termales. Eso ha hecho crecer los hoteles, 321 por ahora (frente a los 64 de Capri); 70 de ellos cuentan con su propio manantial salut¨ªfero, y unos 200, con spa. Algunas termas, como Afrodita o Poseid¨®n, son de un lujo pagano.

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