No es la religi¨®n
Minuto 40 de partido de Copa del Rey, estadio S¨¢nchez Pizju¨¢n: el delantero Kanout¨¦ marca para el Sevilla el segundo gol al Deportivo, lo celebra y, a pesar del fr¨ªo, se descubre el pecho, se echa la camiseta blanca a la cabeza y deja ver, mientras busca las c¨¢maras, otra camiseta negra sobre la que se lee en cinco idiomas y tres alfabetos la palabra Palestina. Creo que millones de espectadores han sabido inmediatamente, a trav¨¦s de la televisi¨®n y los peri¨®dicos, de qu¨¦ hablaba Frederic Kanout¨¦ con una sola palabra: estaba hablando de la invasi¨®n de Gaza y el castigo militar israel¨ª contra sus habitantes. Ayer mismo dec¨ªa uno de los titulares de primera p¨¢gina de este peri¨®dico: "La ONU denuncia otra matanza de palestinos en la ciudad de Gaza".
Kanout¨¦ se gan¨® una tarjeta amarilla del ¨¢rbitro, m¨¢s 3.000 euros de multa del comit¨¦ disciplinario correspondiente, porque, seg¨²n los reglamentos de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, "el futbolista que exhiba cualquier clase de publicidad, lema o leyren sus contenidos enda, siglas, anagramas o dibujos, sean los que fueo la finalidad de la acci¨®n, ser¨¢ sancionado como autor de una falta grave". Hay quien ha recurrido a motivos religiosos para justificar que Kanout¨¦ se saltara el reglamento: Kanout¨¦ es musulm¨¢n. Pero yo, que no soy musulm¨¢n, comparto el recuerdo de Palestina con Kanout¨¦.
Israel, probablemente el ¨²nico Estado del mundo que tiene su fundamento en una religi¨®n, ha contribuido a la reanimaci¨®n de una especie de supraestado religioso, la naci¨®n musulmana. Es como si los palestinos, que han ido qued¨¢ndose sin tierra, a falta de otra cosa tomaran como suelo y base sus creencias, un libro sagrado que es como un pa¨ªs en el que han encontrado compatriotas de todo el mundo. Pero no creo que sea religiosa la causa ¨²ltima del pleito palestino, una cuesti¨®n b¨¦lica en torno a territorios y posibilidades de vida. Las doctrinas religiosas, como cualquier otra doctrina, sirven de aval ideol¨®gico para guerras y paces. Los Derechos Humanos han servido de pretexto para bombardear pa¨ªses.
En Palestina se pelea por la tierra, por la supervivencia. El escritor israel¨ª David Grossman, que perdi¨® un hijo en la ¨²ltima guerra rel¨¢mpago de su pa¨ªs en L¨ªbano y defiende el entendimiento entre jud¨ªos y palestinos, describi¨® una vez "un Israel min¨²sculo, cuyo tama?o en el mapa no basta ni para escribir su nombre en ¨¦l, con una anchura m¨¢xima en la parte central de apenas once kil¨®metros, rodeado de pa¨ªses y pueblos que le son hostiles, algunos de los cuales se encuentran inmersos en una ola de fundamentalismo isl¨¢mico y pre?ados de un odio a los jud¨ªos por el mero hecho de ser jud¨ªos y declaran abiertamente su voluntad de destruir el Estado jud¨ªo" (La muerte como forma de vida, Seix Barral, traducci¨®n de Ana Mar¨ªa Bejarano). Los palestinos viven a¨²n m¨¢s estrechos y acosados.
Ha habido estos d¨ªas manifestaciones en la calle, en C¨®rdoba, en Sevilla, en Granada, movilizaciones de musulmanes, sobre todo, y un amigo cat¨®lico me dec¨ªa que no iba por miedo a que otros manifestantes lo consideraran un intruso, es decir, de otra religi¨®n. Las religiones siempre han sido particularistas, excluyentes, muy suyas. Un s¨ªntoma peligroso del actual estado del mundo, irreparablemente violento, es la nueva ola religiosa, simult¨¢nea a un nuevo fervor por las banderas y las identidades ¨¦tnico-territoriales. El f¨²tbol es m¨¢s universal que la religi¨®n. El gesto de Kanout¨¦ suma m¨¢s adeptos que ninguna manifestaci¨®n convocada por una particular fe en lo sobrenatural. No hay nada que oponer a la multa, prevista en los reglamentos que supongo que Kanout¨¦ conoc¨ªa. Uno de los jueces de la Federaci¨®n Espa?ola quer¨ªa m¨¢s sanci¨®n contra Kanout¨¦. Piensa ese juez que el recuerdo de Palestina, el solo uso de la palabra Palestina, incita hoy a la violencia. No creo que tenga raz¨®n: a la violencia incita el cerco, el bombardeo, la invasi¨®n de los territorios palestinos.
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