La noche m¨¢s fr¨ªa de Julia y Jos¨¦
Las 1.659 plazas de acogida no bastan y algunos indigentes pasaron la noche al raso - El Ayuntamiento contrat¨® 12 camas de hotel
Julia y Jos¨¦ apenas sacan la nariz fuera de la manta atigrada que les protege del fr¨ªo en un soportal de la plaza de Espa?a. Despu¨¦s de haber pasado as¨ª el viernes, rodeados de lascas de hielo, dormitaron en la misma posici¨®n todo el s¨¢bado. "Yo es que estoy muy chunga y no me puedo mover. Mejor intentar conservar calor", explica Julia. Afirman que desde hace tres d¨ªas intentan sin ¨¦xito conseguir plaza en un centro de acogida: "Llamamos los dos al 112, pero nos dicen que imposible. Est¨¢ todo lleno", explica Jos¨¦.
La nieve que se acumulaba en las aceras y las temperaturas, dos grados bajo cero, empujaron la noche del viernes a cientos de indigentes a los albergues y centros de acogida de la ciudad. La ocupaci¨®n de las 1.659 plazas disponibles oblig¨® al Ayuntamiento a cerrar 12 reservas en hoteles. Julia y Jos¨¦ no tuvieron la suerte de conseguir una cama.
"El fr¨ªo es una cuchilla. Te corta la cara, el cuerpo", dice una sin techo
Los centros de la Campa?a contra el Fr¨ªo abren este fin de semana 24 horas
A las 1.302 plazas de la Red Estable de Atenci¨®n Social disponibles todo el a?o, se suman en la Campa?a contra el fr¨ªo municipal, entre el 25 de noviembre y el 30 de marzo, 357 huecos adicionales en centros de acogida. Aun as¨ª, para un sintecho resulta casi imposible encontrar refugio. "Olv¨ªdalo, estos d¨ªas ni de co?a", advierte un hombre sin dientes y con larga barba cuando le preguntan por la direcci¨®n de un centro de acogida. Su compa?ero, un europeo del Este elegantemente peinado hacia atr¨¢s y con un abrigo roto, le da la raz¨®n: "En ning¨²n albergue".
A causa de las condiciones "extremas", como las ha definido el Consistorio, los centros de la Campa?a contra el fr¨ªo, de horario nocturno, abren este fin de semana 24 horas. Son los pabellones de la Casa de Campo, con 87 plazas, el prefabricado de la campa?a, con 120, el CEMUS, con 30, y el centro de inmigrantes, con 50. Adem¨¢s, se incrementan las plazas en establecimientos hoteleros de la propia campa?a.
El despliegue municipal no ha significado que el viernes desaparecieran de muchos puntos de la ciudad las habituales construcciones de cart¨®n de los sintecho. "Hab¨ªa en la calle de la Ballesta, el cine Luna, el parking de ?pera, la esquina de Callao...", enumera un polic¨ªa nacional que patrull¨® el centro. Para asistir a los indigentes que permanec¨ªan a la intemperie, el Samur Social intensific¨® sus intervenciones y sac¨® a la calle ocho unidades m¨®viles.
Muchos de estos indigentes rechazan pasar la noche en un albergue. "?Nunca!", se indigna Sara mientras sacude un par de zapatos de gamuza corinto que ha encontrado en un callej¨®n de la Gran V¨ªa. "Yo no soy una miserable: vivo vendiendo lo que encuentro, y si no tengo para una pensi¨®n, me quedo en la calle", explica la mujer, de unos 60 a?os, con marcado acento extranjero. Si est¨¢ en la calle, no puede dormir; s¨®lo espera acurrucada al d¨ªa. La madrugada del viernes fue dura. La pas¨® en un sitio cerca de la plaza de la Luna que no quiere desvelar. Toma m¨¢s precauciones, como no revelar si guarda mantas en su carrito de la compra. "Manta, no manta: es igual. El fr¨ªo es una cuchilla. Te corta la cara, el cuerpo". Completamente entumecida, el s¨¢bado por la ma?ana no se pod¨ªa levantar. "El fr¨ªo estaba dentro de los huesos".
M¨¢s afortunado, Fernando Seti¨¦n, de 48 a?os, durmi¨® el viernes en el centro de acogida municipal San Isidro, en Pr¨ªncipe P¨ªo. Es su domicilio habitual desde hace dos a?os; durante el d¨ªa mendiga junto a una pasteler¨ªa de la Puerta del Sol. Las 270 plazas estaban, como siempre en invierno, cubiertas, pero Fernando tiene su forma de medir el aumento de la afluencia. "Para cenar, el comedor estaba hasta la bandera. Se terminaron las alitas de pollo y tuvieron que sacar jam¨®n serrano. ?Me cago en san Judas!: lo llego a saber y me espero, porque las alitas me machacan los dientes". Una empleada de San Isidro niega que hubiera ninguna ruptura con la normalidad el viernes: "Estamos bien provistos. S¨ª se ha visto que hay mucha gente esperando, pero es el Samur Social quien los distribuye. Como nosotros en invierno siempre estamos llenos, no han derivado a nadie aqu¨ª", explica. Luego se vuelve y va recibiendo por su nombre a los indigentes que llegan para pasar la noche del s¨¢bado: "Hola, Lucian; hola, Lin".
A menos de 15 minutos a pie, Julia y Jos¨¦ contin¨²an abrazados d¨¢ndose calor. Frente a su cama en la calle, una caja con un euro y cinco c¨¦ntimos admite donativos. "?Esta noche qu¨¦ haremos? Pues aqu¨ª, ?qu¨¦ remedio!".
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