"Me siento abrumado por los retos que nos aguardan"

En v¨ªsperas de su toma de posesi¨®n como presidente de Estados Unidos, Barack Obama rechaza los excesos de confianza, pero apuesta por medidas audaces para "evitar lo peor". En la entrevista, concedida el mi¨¦rcoles pasado, repasa los principales puntos calientes de su programa econ¨®mico.

Pregunta. Una de las cosas a las que m¨¢s dinero va a destinar en cuanto tome posesi¨®n de su cargo de presidente es al paquete de est¨ªmulos econ¨®micos. Alrededor de 775.000 millones de d¨®lares, seg¨²n parece.

Respuesta. En efecto.

P. Sus asesores repiten que el peligro es quedarse cortos en la financiaci¨®n de esos est¨ªmulos, no pasarse...

R. S¨ª.

P. Entonces, ?por qu¨¦ 775.000 millones? ?Por qu¨¦ no llegar a los 1,2 billones de d¨®lares como han recomendado algunos economistas? ?Cree que la cifra del bill¨®n de d¨®lares tiene demasiada carga pol¨ªtica para rebasarla? ?O que un mayor gasto s¨®lo beneficiar¨ªa a grupos especiales, en lugar de servir de est¨ªmulo? ?O cree que ha descubierto exactamente el volumen de est¨ªmulo que se necesita?

"Hay consenso entre economistas sobre la necesidad de un plan de recuperaci¨®n"

"Voy a mantener una comunicaci¨®n regular con los actores del mercado"

"Wall Street no ha funcionado como deb¨ªa y tampoco el sistema regulador"

"Quiero poder tener una relaci¨®n real con la gente de fuera de la Casa Blanca"

"Vigilaremos que las normas se cumplan, la supervisi¨®n y la transparencia"

"Mi actitud con los recortes fiscales y la inversi¨®n es que sea dinero bien gastado"

R. En primer lugar, hay que resaltar que todos los economistas, tanto conservadores como progresistas, est¨¢n de acuerdo hoy en que necesitamos un plan de recuperaci¨®n importante para ayudar a poner en marcha de nuevo la econom¨ªa, que a corto plazo va a costar mucho dinero, pero que siempre ser¨¢ mucho menos que el que nos supondr¨ªa el dejar que la econom¨ªa prosiga en la espiral de deterioro que ha emprendido. Hemos visto cantidades que van desde los 800.000 millones hasta 1,3 billones, y nuestra postura es que, dado c¨®mo es el proceso legislativo, es mejor comenzar por abajo y ver c¨®mo evoluciona la situaci¨®n. Estamos preocupados...

P. Van a aumentar las dotaciones.

R. No lo sabemos todav¨ªa. Lo que nos preocupa ahora es asegurarnos de que el dinero se gaste con prudencia, que est¨¦ supervisado, que haya transparencia. Vamos a emplear este dinero para dar un impulso temporal a la econom¨ªa, para crear o salvar tres millones de puestos de trabajo, pero tambi¨¦n para hacer los pagos iniciales de cosas que se deber¨ªan haber hecho en los ¨²ltimos decenios y que pueden ayudar a crear una econom¨ªa m¨¢s competitiva en Estados Unidos.

Ejemplos: asegurarnos de multiplicar por dos las energ¨ªas alternativas y hacer que nuestros edificios y nuestros transportes sean mucho m¨¢s eficientes, asegurarnos de reducir el coste de la sanidad mediante el empleo de tecnolog¨ªas de la informaci¨®n sobre salud, construir unas escuelas de primera categor¨ªa para que nuestros hijos se beneficien de ellas y puedan competir en la econom¨ªa mundial. Es decir, lo que queremos hacer es asegurarnos de que todo el dinero se gaste, primero, en crear empleo, en estabilizar la econom¨ªa, pero tambi¨¦n que se utilice con prudencia para que, cuando salgamos de esta racha en la que estamos, podamos ver una econom¨ªa m¨¢s fuerte, mejor, m¨¢s eficaz.

P. Se han mencionado muchos paralelismos entre usted y John F. Kennedy, que tambi¨¦n hizo historia, lleg¨® con una familia joven y atractiva, como la suya, y reuni¨® a un mont¨®n de cerebros de Harvard al comenzar su mandato.

R. Es verdad.

P. Durante los a?os sesenta aprendimos que los mejores y m¨¢s brillantes no siempre aciertan.

R. Hay que tener cuidado con esos tipos de Harvard. Se quedan siempre contigo.

P. ?Hasta qu¨¦ punto conf¨ªa en que su plan va a funcionar, y c¨®mo evita el peligro de cre¨¦rselo demasiado?

R. Creo que la estrategia que hemos adoptado es no hablar s¨®lo con los de siempre, sino tambi¨¦n con personas que tradicionalmente no est¨¢n de acuerdo conmigo. Cuando hay antiguos asesores econ¨®micos de Ronald Reagan, antiguos asesores econ¨®micos de John McCain y antiguos asesores econ¨®micos de George Bush que dan consejos similares a los de los asesores de Bill Clinton y Jimmy Carter, da la impresi¨®n de que existe cierto consenso en todo el espectro pol¨ªtico.

Las cosas no van a solucionarse de la noche a la ma?ana. Es una situaci¨®n dif¨ªcil y sabemos que, por mucho que hagamos en materia de reinversi¨®n y recuperaci¨®n, vamos a tener que hacer otras cosas para mejorar la econom¨ªa. Una de las cosas fundamentales ser¨¢ reformar el modo de funcionamiento de nuestros sistemas financieros. Necesitamos que el cr¨¦dito vuelva a circular. Eso significa restablecer la confianza, restaurar la transparencia del sistema. Significa reformar por completo nuestros marcos reguladores, y ¨¦se ser¨¢ un gran paquete de medidas que dar¨¦ a conocer durante los pr¨®ximos meses. Significa que tenemos que abordar con mucha m¨¢s seriedad la crisis inmobiliaria y estabilizarla. Significa que vamos a tener que pensar en c¨®mo abordar la responsabilidad fiscal.

Por eso he anunciado hoy la designaci¨®n de un supervisor que llevar¨¢ a la pr¨¢ctica mi compromiso de campa?a de examinar el presupuesto federal partida por partida, p¨¢gina a p¨¢gina, para ver qu¨¦ programas funcionan y cu¨¢les no y eliminar los que no est¨¦n funcionando y mejorar el rendimiento de los que tenemos. Es decir, se trata de un ataque en muchos frentes contra la tremenda crisis que estamos viviendo.

El objetivo a largo plazo es asegurarnos de que estamos salvando y protegiendo puestos de trabajo, que las empresas y las familias estadounidenses pueden volver a beneficiarse de los cr¨¦ditos. No quiero intensificar la intervenci¨®n del gobierno a largo plazo. Preferir¨ªa que fuera el sector privado el que estuviera haciendo todo esto. Pero tengo la impresi¨®n de que existe un consenso, incluso entre gente que no lo manifest¨® as¨ª con su voto, de que necesitamos emprender medidas audaces para evitar que ocurra lo peor.

P. ?Le preocupa pecar de exceso de confianza?

R. No, me siento abrumado por los retos que nos aguardan. En lo que s¨ª tengo confianza es en que s¨¦ escuchar, se me da bien sintetizar los consejos que me llegan desde puntos de vista muy distintos y desde luego vamos a tomar las mejores decisiones posibles desde la perspectiva de beneficiar al ciudadano de la calle.

P. Ayudas al ciudadano de la calle y a sectores como el autom¨®vil, los seguros y el financiero como las que se han dado en los ¨²ltimos tiempos... ?Cu¨¢ndo cree que llegar¨¢ el momento de empezar a pensar en la responsabilidad fiscal a largo plazo?

R. Lo primero, decir que no vamos a hacer una cosa despu¨¦s de otra, sino que vamos a seguir v¨ªas paralelas. Voy a elaborar un presupuesto que se presentar¨¢ al Congreso en febrero y ese presupuesto incluir¨¢ proyecciones a medio y a largo plazo, adem¨¢s de las m¨¢s inmediatas, de las previstas para el corto plazo.

P. ?No le preocupa el incremento que estas medidas van a aportar a un d¨¦ficit que ya es muy elevado?

R. S¨ª, sin duda. Pero lo que me interesa destacar es que no vamos a esperar hasta dentro de dos a?os y entonces empezar a preocuparnos de lo que vamos a hacer con el d¨¦ficit. Queremos ver qu¨¦ podemos hacer ahora y empezar a invertir la tendencia hacia un d¨¦ficit menor. Mi principio esencial es que cuando empecemos a ver que el sector privado vuelve a prestar dinero, que el cr¨¦dito empieza otra vez a circular hacia las familias y las empresas, cuando veamos que pueden obtener pr¨¦stamos para comprar el coche, respaldar las hipotecas, y que el mercado de trabajo se ha estabilizado, entonces estaremos dispuestos a retirarnos. Y por eso va a ser muy importante vigilar con atenci¨®n los progresos que hagamos.

Pero debe quedar claro que los c¨¢lculos m¨¢s precisos de los que disponemos en estos momentos dicen que, pese a todo el enorme esfuerzo que vamos a hacer, la perspectiva de desempleo va a seguir siendo muy alta. Salvo que no ser¨¢ de dobles cifras, como podr¨ªa ser si no hici¨¦ramos absolutamente nada. Y quiz¨¢ tenga que pasar la mayor parte del pr¨®ximo a?o antes de que la econom¨ªa empiece a recuperar el rumbo debido.

P. ?Crecer¨¢ la econom¨ªa de EE UU en la segunda mitad de 2009?

R. Bueno, no tengo una bola de cristal. Pero hay algo de lo que estoy seguro. Si no hacemos nada, las cosas ir¨¢n mucho, mucho peor. Con el plan que tenemos, saldremos mejor parados que sin ¨¦l. Y tengo confianza en que podemos crear o salvar tres millones de puestos de trabajo. Ya hemos perdido por lo menos dos. Y, si empezamos a ver la p¨¦rdida de tres, cuatro, cinco millones m¨¢s el pr¨®ximo a?o, ¨¦sta ser¨¢ una crisis como no hemos visto desde hace mucho, as¨ª que vamos a cortarla de ra¨ªz.

P. En junio dijo que quiz¨¢ estar¨ªa dispuesto a aplazar algunos aumentos fiscales que hab¨ªa propuesto como respuesta a las actuales circunstancias econ¨®micas.

R. S¨ª.

P. Sabemos que tiene previstos 300.000 millones de d¨®lares, m¨¢s o menos, de recortes fiscales...

R. S¨ª.

P. Lo dice en su programa econ¨®mico, pero ahora admite que est¨¢ dispuesto a no revocar r¨¢pidamente los recortes fiscales del presidente Bush para personas que ganan m¨¢s de 250.000 d¨®lares y que va a dejar que expiren, en 2010, esas reducciones.

R. La verdad es que no puedo darle una respuesta clara e inmediata a lo que plantea. Lo que he dicho es que me preocupa menos que se haga la revocaci¨®n de esas medidas este a?o o el que viene. Lo que me preocupa de verdad es el principio b¨¢sico de que debemos restablecer el equilibrio y la justicia en el sistema fiscal. Y por eso hemos incluido en nuestro paquete una serie de recortes fiscales selectivos. El 95% de las familias trabajadoras obtendr¨ªa un respiro fiscal. Queremos descubrir otras formas de llevar m¨¢s deprisa ese dinero a los bolsillos de la gente, sin tener que esperar hasta que presenten su declaraci¨®n el a?o que viene, porque, si no, no servir¨¢ de est¨ªmulo como pretendemos. Pero tambi¨¦n queremos estar seguros de vigilar el d¨¦ficit. Y en cuanto a las personas como usted y como yo, que ganamos m¨¢s de 200.000 o 250.000 d¨®lares al a?o, creemos que los recortes fiscales de Bush eran innecesarios, creemos que siguen siendo innecesarios, y vamos a asegurarnos de que no formen parte de nuestras leyes fiscales a largo plazo.

P. No s¨¦ qu¨¦ quiere decir deprisa, pero da la impresi¨®n de que no va a tratar de conseguir la revocaci¨®n acelerada este a?o.

R. Todav¨ªa no he tomado una decisi¨®n definitiva. Entrar¨¢ en nuestras consultas con el Congreso.

P. Querr¨ªa que me hable de la colaboraci¨®n entre los dos partidos. Parece que hay, al menos por el momento, un nivel de di¨¢logo diferente al que hemos visto otras veces entre ellos. ?Hasta qu¨¦ punto es importante para usted el bipartidismo en s¨ª? Es decir, ?estar¨¢ dispuesto a aceptar ideas del otro lado del hemiciclo, aunque no le parezcan tan buenas como otras a las que podr¨ªan sustituir?

R. S¨ª.

P. ?S¨®lo para tener un consenso m¨¢s amplio y no limitarse a aprobar un paquete con el voto de tres o cuatro republicanos?

R. Claro. Lo m¨¢s importante es qu¨¦ es lo que ayuda a que las cosas salgan adelante. ?se es el prisma que aplico a todo. ?Est¨¢ creando o salvando tres millones de puestos de trabajo? ?Estamos preparando el terreno para la independencia energ¨¦tica o reduciendo nuestros costes sanitarios, que va a ser un aspecto clave para abordar nuestro d¨¦ficit a largo plazo? ?Estamos creando un sistema educativo de primera categor¨ªa? ?sa es mi primera prioridad. No creo que el Partido Dem¨®crata tenga el monopolio de las buenas ideas. Creo que los republicanos tienen mucho que ofrecer. Y lo que voy a hacer es escuchar y aprender de mis colegas republicanos. Y siempre que logren convencerme de que es algo que va a beneficiar a los estadounidenses. Que no se les haya ocurrido a los dem¨®cratas y sean los republicanos los que lo est¨¦n promoviendo, no es una buena raz¨®n para no hacerlo.

Ahora bien, habr¨¢ ocasiones en las que no vamos a estar de acuerdo. Y, si alguien me presenta un plan y lo defiende por motivos ideol¨®gicos pero no me puede convencer de que va a ser verdaderamente positivo para la econom¨ªa, entonces no lo haremos. Y habr¨¢ ocasiones en las que tendremos disputas. Pero yo no voy a buscar pelea, y s¨ª voy a buscar toda la cooperaci¨®n posible, y estoy abierto a cualquier idea que me presenten.

P. ?Cree que la parte de su plan que afecta a los recortes fiscales se extender¨¢ en las consultas con los republicanos del Congreso, cuando intente obtener m¨¢s apoyos para su programa?

R. La actitud que voy a tener respecto a los recortes fiscales es la misma que aplico al paquete de inversiones. Es decir, ?es dinero bien gastado? Es dinero de los contribuyentes, que va a contribuir al d¨¦ficit a corto plazo. Y, si no podemos justificarlo, entonces no vamos a gastar decenas o cientos de miles de millones de d¨®lares s¨®lo para que alguien est¨¦ contento, si no va a ser bueno para la econom¨ªa. ?sa es la regla que voy a aplicar a todo.

P. Existe un consenso de que la vivienda es la ra¨ªz de los problemas econ¨®micos que ahora sufrimos.

R. S¨ª.

P. Su equipo ha indicado que Sheila Bair va a permanecer al frente de la FDIC

[Corporaci¨®n Federal de Seguros de Dep¨®sitos]. ?Qu¨¦ va a proponer aparte del plan que ha presentado ella para intentar mitigar las ejecuciones hipotecarias? Y, cuando lo proponga, ?cree que la m¨¢xima prioridad ser¨¢ volver a estimular la compra de vivienda, tal vez mediante cr¨¦ditos fiscales, o limitar las ejecuciones?

R. En primer lugar, creo que la FDIC y Sheila Bair han abordado el problema con la sensaci¨®n de urgencia que quiero ver. Todav¨ªa no hemos hecho ninguna declaraci¨®n oficial al respecto, pero creo que, en general, han hecho todo lo posible con los recursos que tienen para intentar apuntalar el sistema. En mi opini¨®n, respecto al mercado inmobiliario, el Consejo de la Reserva Federal ha hecho lo que ha podido para rebajar los tipos de inter¨¦s lo m¨¢s posible. Por eso hemos visto algo de actividad en torno a la refinanciaci¨®n. Aunque eso no resuelve el problema de la p¨¦rdida de valor de la vivienda.

Creo que lo m¨¢s importante, respecto a la ca¨ªda del valor de la vivienda, es evitar nuevas ejecuciones hipotecarias, que disminuyen el valor de la vivienda en todas partes. Y por eso pienso que, desde el punto de vista de los que todav¨ªa estamos pagando una hipoteca, pues a veces, en el campo, uno oye decir a una persona: "Yo me he comportado de forma responsable. ?Por qu¨¦ voy a ayudar a alguien que firm¨® una hipoteca que no pod¨ªa permitirse?" Pues bien, hay que acordarse del dicho de que, si ves que la casa de tu vecino est¨¢ en llamas, lo primero es apagar el incendio, aunque la causa haya sido su irresponsabilidad. En mi opini¨®n, lo mismo pasa con las ejecuciones hipotecarias.

Tenemos que impedir que el mercado de la vivienda siga deterior¨¢ndose. Y eso empieza por las ejecuciones hipotecarias. Eso no significa que no podamos tambi¨¦n ayudar algo. Quiz¨¢ no siempre en forma de ayuda hipotecaria. Una cosa que nos parece muy importante en nuestro plan de reinversi¨®n es proporcionar incentivos para aclimatar las viviendas en todo el pa¨ªs. Es el tipo de inversi¨®n a largo plazo que puede reducir dr¨¢sticamente la factura de energ¨ªa, aumentar la independencia energ¨¦tica y reducir los gases de efecto invernadero. Es decir, hay ciertas ¨¢reas en las que podemos avanzar y aliviar la carga y ayudar a los propietarios de viviendas. Pero tenemos que hacer algo para resolver esta crisis hipotecaria. Tengo previsto exponer nuestros planes para evitar las ejecuciones hipotecarias en consultas con Barney Frank y Chris Dodd, que han trabajado mucho en este asunto, en el pr¨®ximo mes o los pr¨®ximos dos meses.

P. ?Dentro de la siguiente fase del paquete de rescate financiero?

R. Dentro de nuestro ataque multifrontal para abordar la crisis.

P. Se ha especulado mucho que Larry Summers, el ex secretario del Tesoro que encabeza su consejo econ¨®mico nacional, ser¨¢ la persona escogida por usted para sustituir a Ben Bernanke como presidente de la Reserva Federal cuando expire el mandato de este ¨²ltimo, en 2010. ?Tiene esa intenci¨®n, o puede decir que volver¨¢ a nombrar a Ben Bernanke?

R. Larry Summers todav¨ªa no tiene ni siquiera este puesto. Lo he nombrado para ¨¦l, pero a¨²n no gobernamos. Creo que es prematuro que me ponga a especular sobre cargos que habr¨¢ que ocupar dentro de dos a?os cuando ni siquiera tengo a mi equipo actual en sus puestos.

P. D¨ªgame algo sobre regulaciones. Nos encontramos en un edificio que en un tiempo alberg¨® la SEC [la Comisi¨®n del Mercado de Valores].

R. S¨ª.

P. ?Hasta qu¨¦ punto va a proponer y apoyar una transformaci¨®n sustancial del aparato regulador financiero? ?Cu¨¢ndo lo har¨¢? ?Y cree que es necesario crear un aparato regulador mundial? En abril se celebrar¨¢ la reuni¨®n del G-20 en Londres.

R. Para cuando se celebre la reuni¨®n del G-20, creo que ya habremos presentado nuestra estrategia en materia de regulaci¨®n financiera. Pienso que hay que poner en marcha cierta coordinaci¨®n internacional. Pero ahora tenemos que cuidar tambi¨¦n estos asuntos dentro de casa. Wall Street no ha funcionado, nuestro sistema regulador no ha funcionado como deb¨ªa.

De modo que habr¨¢ que abordar una transformaci¨®n sustancial. Tendremos una mejor vigilancia del cumplimiento de las normas, una mejor supervisi¨®n, m¨¢s transparencia. Tendremos que examinar el batiburrillo de organismos y tratar de lograr que colabren m¨¢s eficazmente entre s¨ª. Debemos dejar de dividir funciones de tal forma que el capital en una modalidad se trata de una manera y el capital en otra modalidad se trata de otra manera, porque en estos tiempos, en los mercados financieros mundiales, todo se funde. Y existen riesgos estructurales que son posibles, sean en forma de derivados, o de seguros, o de dep¨®sitos bancarios tradicionales. As¨ª que debemos actualizar todo el sistema para hacer frente a las necesidades del siglo XXI. ?sta es una tarea en la que mi equipo ya est¨¢ trabajando y creo que, de aqu¨ª a poco tiempo, tendremos un paquete de medidas que estamos elaborando junto a Barney Frank y Chris Dodd, para present¨¢rselo a los estadounidenses.

P. Le han comparado tambi¨¦n a usted, y a los retos que le aguardan, con Franklin Roosevelt y los que ¨¦l tuvo que afrontar.

R. S¨ª.

P. Porque ¨¦sta es la peor crisis financiera desde la Depresi¨®n. Cuando Roosevelt pronunci¨® su discurso de toma de posesi¨®n, dijo a los estadounidenses: "Lo ¨²nico a lo que debemos tener miedo es al propio miedo".

R. En efecto.

P. Cuando pronuncie su discurso, el 20 de enero, ?cree que va a tener la misma obligaci¨®n de tranquilizar al pueblo estadounidense? ?Y c¨®mo encuentra el equilibrio entre ese mensaje y la necesidad de transmitir al tiempo que es urgente actuar?

R. Como puede imaginarse, ¨²ltimamente he estado leyendo discursos de toma de posesi¨®n, y, si mira el discurso de Roosevelt, la frase que se recuerda es la que usted ha citado. Sin embargo, en realidad, el resto del discurso se centr¨® en la necesidad de actuar y actuar ya. Y creo que explic¨® muy bien la naturaleza de la crisis tanto en ese discurso como en las sucesivas charlas al lado de la chimenea.

Hay un consejo que recib¨ª de uno de los ex presidentes. Me dijo: "Mira, Barack, parte del motivo por el que te est¨¢n yendo bien las cosas es que no hablas a los ciudadanos con condescendencia, hablas claro y explicas lo que ocurre". Tengo mucha confianza en los estadounidenses. Creo que, si se es franco con ellos, si se les explica que tenemos este reto, as¨ª es como hemos llegado hasta aqu¨ª y ahora creo que debemos ir en esta direcci¨®n, tengo enorme confianza en que los estadounidenses responder¨¢n a ese reto. Por consiguiente, mi tarea, tanto en el discurso inaugural como en los pr¨®ximos meses, no es m¨¢s que explicar con la mayor honradez y la mayor sinceridad posibles cu¨¢les son las circunstancias, cu¨¢les son las mejores ideas que circulan para abordar esos retos, y, si consigo hacerlo, estoy seguro de que nos uniremos para resolver estos problemas.

P. Hasta ahora no ha tenido muchos comentarios negativos en los medios de comunicaci¨®n ni en los mercados.

R. Seguro que llegar¨¢n. Pero el caso de los mercados, desde luego, es una situaci¨®n ligeramente distinta. En estos momentos, dada su delicada situaci¨®n, tengo que prestar cierta atenci¨®n a la psicolog¨ªa del mercado porque parte de lo que estamos sufriendo ahora es una p¨¦rdida de confianza en el mercado y en el gobierno, y reestablecer esa confianza y esa seguridad va a ser algo muy importante.

Voy a asegurarme de mantener abierta una comunicaci¨®n regular con los actores clave del mercado para explicarles cu¨¢les son exactamente nuestros planes y pedirles que me proporcionen buenas ideas.

En conjunto, no obstante, tengo muy claro que, como presidente, debo mirar hacia el horizonte. No puedo estar pendiente de los titulares de hoy, porque, en ese caso, entonces lo m¨¢s seguro es que no tome decisiones en funci¨®n de lo que conviene m¨¢s al pa¨ªs. Entonces me pasar¨¦ demasiado tiempo preocupado por el d¨ªa a d¨ªa pol¨ªtico, y eso es algo que he tratado de evitar.

P. ?Sigue teniendo una agenda electr¨®nica en el bolsillo?

R. La verdad es que la he sacado para la entrevista, pero contin¨²o apegado a mi BlackBerry. Tendr¨¢n que quit¨¢rmela de las manos.

P. ?Conseguir¨¢ usted vencer esta anacr¨®nica idea de que los presidentes no pueden o no saben utilizar personalmente los dispositivos m¨¢s modernos?

R. Creo que podr¨¦ seguir teniendo acceso a un ordenador en alg¨²n sitio. Quiz¨¢ no en el Despacho Oval. Lo segundo que espero poder hacer es que alguien d¨¦ con la manera de permitirme que siga teniendo acceso a una BlackBerry. S¨¦ que...

P. A d¨ªa de hoy, todav¨ªa tiene su BlackBerry.

R. A d¨ªa de hoy, todav¨ªa la tengo. Tengo que a?adir que esto es algo que preocupa no s¨®lo al Servicio Secreto, sino tambi¨¦n a los abogados. Ya sabe usted que esta ciudad est¨¢ llena de abogados.

P. Estaba diciendo que va a pelear para conservar su BlackBerry.

R. No s¨¦ si ganar¨¦, pero sigo intent¨¢ndolo. Ah, s¨ª, pero esto es lo que quer¨ªa decir: no se trata s¨®lo de recibir informaci¨®n. Quiero decir, alguien me puede imprimir las cosas importantes, puedo leer peri¨®dicos. De lo que se trata es de tener mecanismos para relacionarse de forma real con la gente de fuera de la Casa Blanca. Y tengo que buscar cada oportunidad de hacerlo, formas que no est¨¦n preparadas, que no est¨¦n controladas, formas de hablar con personas que no s¨®lo se limiten a halagarme o ponerse de pie cuando entre en una habitaci¨®n, formas de mantener los pies en la tierra. Y si puedo conseguirlo en estos cuatro a?os, creo que eso me ayudar¨¢ a servir mejor a los ciudadanos, porque oir¨¦ sus voces. No se apagar¨¢n porque yo est¨¦ en la Casa Blanca.

P. Un par de cosas r¨¢pidas antes de terminar. ?Dick Parsons va a ser su secretario de Comercio?

R. No he tomado una decisi¨®n definitiva sobre qui¨¦n va a ser mi pr¨®ximo secretario de Comercio.

P. ?Es uno de los candidatos?

R. No voy a hacer ning¨²n comentario al respecto. Lo ¨²nico que dir¨¦ es que Dick Parsons es un gran tipo, un buen amigo m¨ªo.

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? 2008 New York Times News Service. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia

Entrevista a Barack Obama