Hillary Clinton anuncia una nueva "diplomacia inteligente" de EE UU
La pr¨®xima secretaria de Estado apuesta por "un mundo con m¨¢s aliados"
En su primera gran exhibici¨®n como secretaria de Estado, Hillary Clinton mostr¨® ayer, ante el Comit¨¦ del Senado que debe confirmar su nombramiento, su gran potencial como nueva responsable de la pol¨ªtica exterior norteamericana y anticip¨® el desarrollo de lo que ella llam¨® "una diplomacia inteligente", a medio camino entre el uso arbitrario del enorme poder de este pa¨ªs y la c¨¢ndida creencia de que el di¨¢logo lo arregla todo.
"Queremos construir un mundo con m¨¢s aliados que enemigos. La diplomacia ser¨¢ la vanguardia de nuestra pol¨ªtica, pero sabemos que el uso de la fuerza ser¨¢ necesario en ocasiones", declar¨® la ex candidata presidencial y la figura que el presidente electo, Barack Obama, ha escogido como imagen internacional del cambio que llega.
La contabilidad de la fundaci¨®n de su marido deber¨¢ ser transparente
Clinton se enfrent¨® -el intercambio de opiniones fue, en realidad, bastante amistoso- a un Comit¨¦ de Relaciones Exteriores presidido, por primera vez, por otro ex candidato presidencial dem¨®crata, John Kerry, que se ha tenido que conformar con este puesto de consolaci¨®n despu¨¦s de no haber encontrado hueco en el Gabinete de Obama. El comit¨¦ tiene previsto votar la confirmaci¨®n ma?ana, pero, por lo visto ayer, no parece que Clinton, senadora ella misma hasta ahora, vaya a encontrar dificultades.
Sus cualidades son de sobra conocidas por todos, y ayer hizo gala ampliamente de ellas al analizar con un lenguaje prudente y convincente las principales crisis que afectan al mundo. Tambi¨¦n sus limitaciones son bastante conocidas. Especialmente, el problema que representa la actividad de su marido, el ex presidente Bill Clinton, que dirige una fundaci¨®n humanitaria de implantaci¨®n internacional y que ha hecho una fortuna pronunciando discursos en medio mundo y asesorando a algunos personajes de controvertida conducta.
El senador republicano de m¨¢s rango en el Comit¨¦ de Exteriores, Richard Lugar, aludi¨® a ese problema de Clinton en su intervenci¨®n de ayer. Se trata de una "complicaci¨®n particular" que requiere "especial cuidado y transparencia", advirti¨®. "La Fundaci¨®n Clinton es una tentaci¨®n", a?adi¨® Lugar, "para todo Gobierno o entidad extranjera que crea que puede conseguir favores por medio de una donaci¨®n. Tambi¨¦n constituye un problema potencial para cualquier acci¨®n que la secretaria de Estado emprenda en el ¨¢rea internacional".
Lugar dijo, no obstante, que, por el momento, se da por satisfecho con el acuerdo alcanzado entre Clinton y Obama, hecho p¨²blico el pasado 5 de enero, por el que el ex presidente se compromete a someter permanentemente a control de los auditores del Departamento de Estado las cuentas de su fundaci¨®n, as¨ª como a facilitar por adelantado al Gobierno el contenido y las condiciones de sus discursos en el exterior.
Este asunto va a estar, probablemente, planeando durante alg¨²n tiempo sobre la gesti¨®n de Hillary Clinton, pero no ha conseguido impedir que la pr¨®xima secretaria de Estado arranque con fuerza en su nueva y dificil¨ªsima misi¨®n.
Clinton no s¨®lo va a tener que lidiar con la complejidad de una retirada en Irak y un refuerzo militar en Afganist¨¢n, donde las perspectivas son cada d¨ªa m¨¢s sombr¨ªas. Llega al cargo coincidiendo con un nuevo estallido de violencia entre israel¨ªes y palestinos, y en plena cuenta atr¨¢s del plazo para que Ir¨¢n pueda fabricar armas nucleares. Todo ello, aderezado con la peor crisis econ¨®mica que se recuerda y en medio de un mundo confuso y falto de liderazgo en el que la violencia y la amenaza terrorista han sobrevivido con renovada vitalidad a la pol¨ªtica de George Bush.
La pr¨®xima secretaria de Estado abord¨® todos esos temas ayer e intent¨® insuflar un nuevo optimismo para su soluci¨®n. Por muchas que sean las dificultades, dijo, "no podemos desmayar en la tarea de buscar la paz" en Oriente Pr¨®ximo. Clinton dijo que el Gobierno de Obama "comprende las razones por las que Israel tiene que defenderse de los cohetes lanzados por Ham¨¢s, pero comprende tambi¨¦n el sufrimiento de los palestinos" y tratar¨¢ de buscar mecanismos para un arreglo.
Pese a la insistencia de los senadores, Clinton no quiso presentar propuestas espec¨ªficas en relaci¨®n con ese u otros conflictos. Se neg¨®, por ejemplo, a confirmar si piensa reunirse personalmente con el Gobierno de Ir¨¢n o a establecer prioridades en cuanto al uso del palo o la zanahoria con ese pa¨ªs. "Obama ha dejado claro que un Ir¨¢n nuclear es inaceptable y ninguna opci¨®n est¨¢ fuera de la mesa para conseguir ese objetivo", se limit¨® a decir.
Clinton se?al¨® la relevancia que su gesti¨®n dar¨¢ a los pa¨ªses emergentes, a ?frica y a crisis humanitarias como la de Darfur. Fue notable, en este sentido, la ausencia de Am¨¦rica Latina entre las preocupaciones de la nueva Administraci¨®n, exceptuando una breve menci¨®n a M¨¦xico, como vecino y socio comercial, y una respuesta a una pregunta sobre el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez.
Clinton introdujo, sin embargo, algunos temas de su agenda m¨¢s particular. Aludi¨®, por ejemplo, a que la consecuci¨®n de un mundo en paz exige acabar con la violencia contra las mujeres. "La violencia contra las mujeres es un crimen, no es cultura o tradici¨®n", proclam¨®.
Confiando en que recibir¨¢ el s¨ª de los que hasta ahora eran sus colegas, Clinton prometi¨® contar con el Congreso en cada paso y asegur¨® que uno de sus principales objetivos es "recuperar el bipartidismo de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos".
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