Dios no existe, pero ha muerto
Mientras desayunaba, vio pasar el 201, que es la l¨ªnea de la EMT donde los evang¨¦licos han puesto un anuncio que dice que Dios existe, y mientras lo ve¨ªa perderse por Arturo Soria, rumbo a Hortaleza y la Gran V¨ªa, se dijo: "Claro que s¨ª, no faltar¨ªa m¨¢s, si existen el okapi, la ONU y la onyanga, por qu¨¦ no iba a existir Dios, sobre todo para quien pueda pag¨¢rselo, como hace la gente de esa asociaci¨®n llamada Alternativa Espa?ola (AES), cuyos responsables han afirmado que por cada autob¨²s ateo que salga a la calle, ellos contratar¨¢n dos". El okapi es ese animal de las selvas del Congo que parece una mezcla de jirafa, caballo y canguro; la ONU es ese organismo internacional que mira para otra parte cuando los genocidios los cometen sus amigos; y la onyanga, que significa "cebolla del desierto", es una flor del periodo jur¨¢sico que crece en Namibia, vive hasta 1.200 a?os, tiene aspecto de molusco con las pinzas rojas y puesto boca arriba y se come asada. Pero, ?y Dios? ?C¨®mo es y d¨®nde est¨¢? ?Por qu¨¦ no le tir¨® un rayo a Nietzsche, que lo acus¨® de haberse muerto? Para entretenerse y dar tiempo a que se enfriara el caf¨¦, Juan Urbano se hizo el cura, levant¨® las manos y se respondi¨®: "?Pero es que no te das cuenta, hijo m¨ªo, de que reconocer su muerte es reconocer su existencia? ?Y no ves que si reconoces que existe reconoces que no puede morir, puesto que es inmortal?". Claro, claro, se dijo, volviendo a ser ¨¦l, y por eso quieren que la religi¨®n se imparta en los colegios y las matem¨¢ticas en las iglesias: para decir que Dios existe y que dos m¨¢s dos es igual a depende.
Alternativa Espa?ola dice que contratar¨¢ dos 'buses religiosos' por cada 'bus ateo' que salga a la calle
A Juan le divert¨ªa mucho la guerra de los autobuses, y estaba descubriendo un mont¨®n de cosas m¨¢s raras que el okapi y la onyanga, por ejemplo la existencia de todas esas asociaciones que combat¨ªan por el m¨¢s ac¨¢ tir¨¢ndole a Dios de la t¨²nica, a un lado la Alianza Evang¨¦lica Espa?ola, el Centro Cristiano de Reuni¨®n o el Observatorio Antidifamaci¨®n Religiosa, y al otro, la Uni¨®n de Ateos y Librepensadores; unas poniendo en los autobuses que Dios existe y otras, que no; y las de los creyentes quej¨¢ndose de que la publicidad de sus enemigos es agresiva, ofende a millones de cristianos y usa de manera intolerable el espacio p¨²blico y los transportes municipales para avasallarlos. Naturalmente, no se les habr¨¢ ocurrido que, por esa regla de tres, a lo mejor otras cosas como las procesiones de Semana Santa y las misas multitudinarias del Papa o de los obispos en las plazas p¨²blicas de Madrid y de otras ciudades tambi¨¦n atropellan cada dos por tres a los no creyentes, por no hablar de los millones de euros que le da el Estado a la Conferencia Episcopal para que tengan suelto. A lo mejor es que siempre es m¨¢s sencillo creer algo con los ojos cerrados que con ellos abiertos, y que por eso hay quienes de tanto mirar al cielo terminan por no entender la realidad, pero en cualquier caso, nunca sobra recordar que si hay una palabra en todo el diccionario de la RAE que no sea de una sola direcci¨®n esa palabra es respeto. Imag¨ªnense, si ya es dif¨ªcil lograr el respeto mutuo en la vida normal, c¨®mo ser¨¢ en la espiritual. Ser¨¢ porque si hay una cosa que no se pueda entender ni pueda tolerarse desde la fe es la falta de fe.
Pero Juan Urbano es un hombre que cree en el poder educativo de la experiencia, y decidi¨® que quer¨ªa saber desde dentro c¨®mo eran los autobuses al Para¨ªso; as¨ª que despu¨¦s de hacer unos recados, se puso en la parada del 493, que le llevar¨ªa por Fuenlabrada, Legan¨¦s y Aluche como la ballena a Jon¨¢s por el r¨ªo Tigris, en un veh¨ªculo con un cartel que dice "Dios s¨ª existe. Disfruta de la vida en Cristo". Pues eso, Dios existe y en los r¨ªos hay ballenas, Dios es para algunos la evidencia invisible, como escribi¨® Victor Hugo, y para otros es un invento, aunque estos ¨²ltimos arriesgan poco, la verdad, porque si al final s¨ª que existe, y dado que es misericordioso, los perdonar¨¢, mientras que a los otros, los que aceptando que existe le traicionan, les puede meter una condena de la eternidad y un d¨ªa en el infierno. Si ya lo dijo Heine: "No hay que preocuparse: Dios me perdonar¨¢; es su oficio".
Por cierto, que los pasajeros del 493 eran tan normales como cualquier otros. No ten¨ªan halo, ni nada.
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