Todo empez¨® en Baladia
Como si no hubiese aprendido nada despu¨¦s de seis guerras y dos Intifadas, Israel ha optado nuevamente por las armas. Su brutal superioridad en todos los ¨®rdenes le garantiza que no ser¨¢ eliminado por la fuerza, pero tambi¨¦n sabe que nunca lograr¨¢ sus objetivos por esa v¨ªa. Sin embargo, se ha embarcado ahora en una campa?a que une a la violaci¨®n del derecho internacional, la cr¨ªtica internacional y el error de poner sus ej¨¦rcitos al servicio de intereses electorales, todo ello sin posibilidad real alguna de eliminar a Ham¨¢s ni pol¨ªtica ni militarmente.
Tiene de su lado a EE UU y un absoluto dominio militar que incluye armas nucleares y qu¨ªmicas nunca declaradas. Le favorece asimismo la experiencia reciente de su confrontaci¨®n con Hezbol¨¢ y su desprecio por las normas que regulan la guerra.
Las milicias de Ham¨¢s, por el contrario, parten de una innegable inferioridad militar, pero no por eso dejan de tener bazas considerables para mantener el envite. Adem¨¢s de su propia experiencia en la guerra irregular, disponen de los arsenales capturados a los cuerpos de seguridad de la Autoridad Palestina en junio de 2007. Tienen asimismo el apoyo de Hezbol¨¢, incluyendo el reciente env¨ªo de asesores y combatientes desde L¨ªbano, y mantienen abiertos, pese a Israel y Egipto, canales de suministro de armas con financiaci¨®n iran¨ª desde Sud¨¢n. Eso les permite contar con una incipiente capacidad contracarro y un notable arsenal de cohetes que ya no son rudimentarios ingenios. Ahora a?ade los cohetes BM-21 Grad (de 122 mm) y, sobre todo, los iran¨ªes Fajr-3 (de 240 mm), con un alcance que en poco tiempo podr¨ªa poner a tiro a Tel Aviv e incluso al complejo nuclear de Dimona. Todo ello en un terreno que conocen como nadie y en el que pueden contrarrestar, si las incursiones israel¨ªes se atreven a entrar en el cuerpo a cuerpo, la te¨®rica ventaja de su oponente.
Dada esa relaci¨®n de fuerzas y sabiendo que las acciones a¨¦reas (con los F-16 y los Apache) nunca producen resultados definitivos, era previsible que Israel se aventurara en incursiones terrestres, aunque no en una reocupaci¨®n. Si quieren da?ar seriamente a Ham¨¢s, saben que tendr¨¢n que entrar en los n¨²cleos urbanos donde la superioridad de los Merkava y otros blindados se reduce muy considerablemente.
Las Fuerzas de Defensa israel¨ªes llevan instruy¨¦ndose en ese tipo de combate desde mediados de 2007, cuando el Cuerpo de Ingenieros del Ej¨¦rcito estadounidense termin¨® de construir Baladia. Bajo el nombre oficial de Israel's National Urban Training Centre, Baladia es una r¨¦plica de una ciudad palestina, creada de la nada en el desierto del Negev. El apoyo de Washington va m¨¢s all¨¢ del dinero: hay una colaboraci¨®n operativa que trata de aprovecharse de las experiencias mutuas (como ya se vio tras la invasi¨®n de Irak). Baladia es un paso equivocado tanto por parte de EE UU como de Israel. No ser¨¢ as¨ª como se logren detener los diarios cohetes de Ham¨¢s. Israel no lograr¨¢ garantizar su propia seguridad mejorando su capacidad para matar m¨¢s palestinos. Por cierto, ?qui¨¦nes hacen de violada poblaci¨®n palestina en Baladia?
Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde es codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria.
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