Los presuntos "esclavos" de Cartaya declaran ante el juez
Los trabajadores denuncian vejaciones f¨ªsicas y psicol¨®gicas
Cinco trabajadores de origen marroqu¨ª declararon ayer en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Ayamonte (Huelva) por haber sido tratados como "verdaderos esclavos" por un empresario, tambi¨¦n marroqu¨ª, al que definen como "jefe peligroso". Los denunciantes fueron contratados en T¨¢nger para trabajar en labores textiles durante un a?o, pero aseguran que, durante los dos primeros meses, junio y julio, fueron "apaleados, escupidos y humillados" por el supuesto empresario Mohammed Ajbar, quien niega los hechos. Empresario y empleados se vieron ayer las caras en la puerta de los juzgados.
"Hemos vivido una esclavitud. La habitaci¨®n med¨ªa cuatro metros, no pod¨ªamos ir al ba?o y no cobramos dinero", contaba ayer Ahmed Guorevour, antes de declarar. "Muchos insultos, muy fuertes. Y patadas", a?ade Khalid Elhattab en franc¨¦s. Los otros tres (Abdlalh Alomi, Mohammed Acherronk y Chahid Mihammed) asienten a su lado. El empresario Ajbar, de 38 a?os, aunque no estaba citado, tambi¨¦n acudi¨® a Ayamonte. "Cuentan mentiras. Estoy arruinado por su culpa. Y s¨ª les he pagado. Tengo pruebas de que inventan todo", se enfadaba mirando a los denunciantes de reojo.
El acusado: "Estos hombres no saben ni coser, lo demostrar¨¦"
Fernando Osuna, abogado de los trabajadores, calific¨® el asunto como "un juicio contra la esclavitud, una situaci¨®n que se da m¨¢s veces de las que pensamos". El letrado se mostr¨® contundente: "Esta gente trabaj¨® 14 horas al d¨ªa en una cochera sin ventana. Y, tras dos meses, les tir¨® al suelo 200 euros que tuvieron que repartirse". Son cuatro los delitos que Osuna considera evidentes: coacci¨®n, amenazas, delito contra los derechos de los trabajadores y estafa.
Los empleados denunciaron los hechos a la Guardia Civil de Cartaya el pasado noviembre. Su situaci¨®n ahora es de ilegalidad. "S¨®lo tienen permiso para trabajar en labores textiles. Ahora viven como pueden", les disculp¨® su letrado. Ajbar, al que denominan "jefe peligroso", casi las ¨²nicas palabras que los denunciantes saben en espa?ol, se mostraba seguro: "Yo puedo pagar m¨¢s, pero estos hombres no saben ni coser. Me enga?aron y lo demostrar¨¦".
Las declaraciones de ayer finalizaron con un testigo, Mohammed Bouharrak, que dec¨ªa acudir "a echar una mano". Bouharrak hizo de traductor de los cinco marroqu¨ªes cuando denunciaron los supuestos abusos. "Despu¨¦s les fui sonsacando la verdad", explicaba ayer. "No han sufrido tantos maltratos como dicen", a?adi¨®. "Y s¨ª tienen dinero. Se fueron una semana a Marruecos de vacaciones. ?C¨®mo la pagaron entonces?", se preguntaba el testigo voluntario.
El empresario Ajbar lleva ocho a?os en Espa?a, est¨¢ casado con una cartayera y tiene una hija. "Yo soy persona buena. Pagu¨¦ 500 euros a cada uno y despu¨¦s 800", insist¨ªa. Los cinco trabajadores, con la mirada en los pies, pasaban r¨¢pido a su lado. "No tenemos para comer", lamentaba Elhattab. El juicio se celebrar¨¢ el pr¨®ximo junio.
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