Camps patinador

El conseller de Econom¨ªa y Hacienda, Gerardo Camps, es un pol¨ªtico bromista y simp¨¢tico. Pese a la exagerada seriedad de su cargo, tiene un punto de facundia que a veces se le dispara y le confiere una apariencia de persona divertida, e incluso un tanto c¨®mica. Probablemente en las tertulias que celebraba en el bar El Agujero con Esteban Gonz¨¢lez Pons y con Francisco Camps, cuando eran estudiantes de Derecho, ¨¦l era el m¨¢s animado. Ahora no s¨®lo no ha perdido la sonrisa, sino que, adem¨¢s de continuar siendo el m¨¢s animado, se ha convertido en el m¨¢s animoso miembro del Gobierno valenciano. Lo cual en estos tiempos de crisis, adem¨¢s de ser ciertamente meritorio, constituye todo un misterio. M¨¢xime teniendo en cuenta que, se supone, la principal misi¨®n de su cargo es decir no. Pues no, ¨¦l siempre dice s¨ª.

Y es que a este hombre le ponen a explicar econom¨ªa, la ciencia (?) l¨²gubre por definici¨®n, y la convierte en la alegr¨ªa de la huerta. Por lo visto lo del Agujero imprime car¨¢cter, porque si no, es dif¨ªcil compaginar tanta alegr¨ªa con un boquete de m¨¢s de 25.000 millones de euros, que es la deuda que arrastraba la Generalitat, seg¨²n la Sindicatura de Cuentas, a principios de 2007. Al punto de que el Consell ostenta el curioso honor de tener la deuda m¨¢s alta de todas las comunidades aut¨®nomas en relaci¨®n al PIB. Como dir¨ªa el president, "somos pioneros"... tambi¨¦n en esto.

Ahora sale Jorge Alarte reclamando a Francisco Camps que se deje de jeremiadas y se arremangue frente a la crisis y zas, Gerardo Camps se saca de la manga un comod¨ªn en forma de nuevo plan anticrisis. O puede que lo de Alarte no tenga tanto que ver y haya pesado m¨¢s el malestar de los empresarios y de los sindicatos, que por cierto, dicho sea de paso, acusan al Gobierno de Camps de tener la manga muy ancha a la hora de aceptar los expedientes de regulaci¨®n de empleo.

Lo cierto es que, en apenas unas horas, Gerardo Camps se puso manos a la obra, dispuesto a servirle en bandeja al president un nuevo plan anticrisis, dotado con 330 millones de euros adicionales para incentivar a los sectores productivos. ?De d¨®nde van a salir esos dinerillos? Ah, eso es mucho preguntar. Y si insisten mucho, pues que pague Zapatero y as¨ª luego ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil acusarle, como hace Rajoy, de hipotecar a los espa?oles.

Con tantas inc¨®gnitas da la impresi¨®n de que este conseller es uno de esos personajes de los que dec¨ªa Tierno Galv¨¢n que confunden la agitaci¨®n con el movimiento. Y es dif¨ªcil no acordarse de la vieja pel¨ªcula Charlot Patinador (The Rink, 1916), en la que Chaplin encarna a un camarero que tiene una extra?a habilidad para agitar su cuerpo con denodada furia mientras la coctelera que sostiene entre sus manos permanece absolutamente inm¨®vil. Una coctelera por cierto que, tras los trasiegos previos a los que le somete nuestro h¨¦roe, est¨¢ casi tan vac¨ªa como las arcas del Consell. Al final de la pel¨ªcula todos, h¨¦roes y villanos, acaban patinando en una curiosa met¨¢fora de la vida.

As¨ª las cosas, entre la tristeza metodol¨®gica de Pedro Solbes y la alegr¨ªa misteriosa de Gerardo Camps, uno opta por el Charlot verdadero, accesible, por cierto en YouTube. Uf, menos mal que, por fin, hoy llega Obama.