La actividad al aire libre previene la miop¨ªa en ni?os predispuestos
Dos horas diarias en espacios abiertos reducen el riesgo desde el 60% al 20%
Dejar que los ni?os pasen m¨¢s tiempo en la calle, que hagan m¨¢s actividades al aire libre, que su vista deambule fuera de las cuatro paredes de un recinto cerrado. Por fin parece haber una primera recomendaci¨®n consistente y consensuada para prevenir la miop¨ªa en los ni?os cuyos padres son miopes y tienen, por tanto, un elevado riesgo de serlo. Los estudios realizados en los ¨²ltimos a?os apuntan en esta direcci¨®n y los investigadores han hallado un punto de acuerdo en un campo en el que la controversia era la norma.
Seis de cada 10 ni?os con ambos padres miopes desarrollar¨¢n tambi¨¦n miop¨ªa si no realizan m¨¢s de cinco horas semanales de actividades al aire libre; en cambio, si pasan m¨¢s de dos horas diarias (m¨¢s de 14 semanales), el riesgo desciende al 20% (s¨®lo 2 de cada 10 ni?os ser¨¢n miopes), seg¨²n revela el estudio CLEERE, realizado durante 10 a?os con 633 ni?os miopes y 617 no miopes en la Universidad Estatal de Ohio (EE UU) por el grupo de Lisa A. Jones.
Se ignora por qu¨¦ pasar m¨¢s tiempo en la calle beneficia a los chicos
Las personas con mala visi¨®n de lejos aumentar¨¢n un 50% en 2020
Pero lo importante de este trabajo es que no es una investigaci¨®n aislada. As¨ª, el estudio Orinda, realizado en esa ciudad de California, ha mostrado que los ni?os predispuestos gen¨¦ticamente a hacerse miopes, si pasan un tiempo suficiente al aire libre, tienen una probabilidad de desarrollar miop¨ªa s¨®lo ligeramente mayor que la de hijos de padres sin este defecto visual.
Asimismo, el estudio de miop¨ªa de Sidney, realizado con m¨¢s de 4.000 escolares de origen europeo, muestra que pasar m¨¢s tiempo al aire libre puede compensar el riesgo asociado a las tareas escolares y al trabajo visual pr¨®ximo. Este efecto protector de las actividades al aire libre se ha comprobado tambi¨¦n en ni?os originarios de China, India y Malaisia, seg¨²n indica el estudio SCORM de Singapur.
Todos ¨¦stos y otros trabajos se presentaron en julio de 2008 en el ¨²ltimo congreso internacional de miop¨ªa, y ahora se publican en el n¨²mero de enero de 2009 de la revista Optometry and Vision Science. "La mayor¨ªa de los estudios, incluyendo el nuestro, sugieren que pasar un par de horas al aire libre puede ser beneficioso para reducir el riesgo de desarrollar miop¨ªa", afirma a EL PA?S Jane Gwiazda, directora de investigaci¨®n de The New England College of Optometry y coautora de uno de los trabajos.
Sus resultados muestran que los ni?os miopes dedican, de media, 8,3 horas semanales a actividades al aire libre, frente a las 12,6 horas de los no miopes. Sin embargo, a?ade, "las horas de lectura, estudio y de uso del ordenador no difieren entre los ni?os miopes y los no miopes".
?A qu¨¦ se debe el efecto protector de las actividades al aire libre? "El mecanismo es desconocido", responde a EL PA?S Donald O. Mutti, de la Facultad de Optometr¨ªa de la Universidad Estatal de Ohio, y uno de los autores del primer estudio mencionado. Para Gwiazda, "una posible explicaci¨®n es que mirar durante horas objetos a larga distancia, como ocurre en las actividades al aire libre, podr¨ªa ser una se?al para el ojo de bloquear el desarrollo y progresi¨®n de la miop¨ªa. Tambi¨¦n podr¨ªa deberse a que la luz solar contrae la pupila, aumentando la profundidad de campo y reduciendo las im¨¢genes borrosas".
En cualquier caso, lo que revelan los estudios epidemiol¨®gicos es que el efecto protector se relaciona con el simple hecho de estar al aire libre y no se asocia especialmente con realizar alguna actividad en concreto, ya sea un deporte u otra.
Es dif¨ªcil saber si las actividades al aire libre podr¨ªan frenar la actual epidemia de miop¨ªa (hay 1.600 millones de miopes en el mundo y para 2020 se prev¨¦ que haya 2.500 millones), como sugieren los estudios poblacionales. Para demostrarlo habr¨ªa que realizar ensayos cl¨ªnicos aleatorios, y estos estudios no se han realizado. "No conozco ninguna medida preventiva probada", resume Mutti.
Hasta la fecha, las medidas preventivas evaluadas en ensayos cl¨ªnicos no han sido satisfactorias. Por un lado, los f¨¢rmacos estudiados, como la atropina, presentan efectos adversos; por otro, el uso de lentes progresivas, bifocales o lentillas r¨ªgidas permeables a gases ha mostrado resultados muy limitados.
Pantallas y libros bajo sospecha
Tener padres miopes es, sin duda, el principal factor de riesgo de desarrollar miop¨ªa. Si, adem¨¢s, se tienen antepasados asi¨¢ticos, el riesgo aumenta (en algunos pa¨ªses de Asia m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n es miope). Sin embargo, los genes relacionados con la susceptibilidad a la miop¨ªa son desconocidos por falta de suficientes estudios de gen¨¦tica molecular en este campo.
Por su parte, los estudios epidemiol¨®gicos han identificado que tener un mayor cociente intelectual y un mayor nivel de estudios son tambi¨¦n factores de riesgo. Esta asociaci¨®n de las tareas intelectuales con la miop¨ªa se interpretaba como el resultado de un mayor esfuerzo visual cercano, pero los ¨²ltimos trabajos parecen descartar que la lectura y el trabajo de cerca sea realmente un factor importante, como s¨ª parece serlo el pasar poco tiempo al aire libre.
Al uso prolongado y continuado de ordenadores se le ha atribuido asimismo un notable efecto perjudicial en el desarrollo de la miop¨ªa, pero los estudios no han podido confirmarlo. El efecto nocivo de las pantallas (televisi¨®n, ordenador, consolas) sobre la visi¨®n no parece ir m¨¢s all¨¢ de producir fatiga visual. En algunos estudios epidemiol¨®gicos, los ni?os miopes y los no miopes utilizan los ordenadores un tiempo similar.
Leer con poca luz tampoco parece empeorar la visi¨®n, aunque puede causar fatiga visual. Otra idea m¨ªtica que desautorizan los especialistas es que los ejercicios visuales puedan preservar la visi¨®n.
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