La coordinaci¨®n de las bajas laborales
El sistema de Seguridad Social (SS) y el Sistema Nacional de Salud (SNS), pilares fundamentales del estado de bienestar, tienen algunos problemas de coordinaci¨®n que afectan a la efectividad y la eficiencia de prestaciones sanitarias y sociales. El ejemplo m¨¢s visible es la incapacidad laboral. La identificaci¨®n de estos desajustes, y su adecuada coordinaci¨®n, deber¨ªa ser un objetivo de esta legislatura. En la constituci¨®n del actual SNS hay dos momentos especialmente relevantes. Uno, estudiado en profundidad, es el de su descentralizaci¨®n a las Comunidades Aut¨®nomas, iniciado en 1981 y finalizado en 2001. El otro, menos conocido y poco estudiado, es el de su financiaci¨®n, que pas¨® de estar garantizada a trav¨¦s de los presupuestos de la SS a estarlo por los presupuestos generales del Estado desde 1996. Desde entonces ya no es correcto decir: "vamos al m¨¦dico del seguro", cuando vamos al centro de salud o al hospital, pues ahora el salario de ese m¨¦dico lo paga el presupuesto general del estado. De hecho, ya no somos beneficiarios de un seguro por el hecho estar afiliado a la SS, sino ciudadanos que tenemos derecho a la protecci¨®n de la salud, como recoge la Constituci¨®n, por el hecho de residir en el pa¨ªs, se est¨¦ o no afiliado a la SS.
Sin embargo, esta separaci¨®n no es completa, y dif¨ªcilmente lo ser¨¢ en el futuro, por lo que una coordinaci¨®n ¨¢gil es imprescindible, ya que quedan prestaciones sanitarias y sociales que son financiadas por la SS ¨²nicamente a los afiliados a la SS. Entre ellas est¨¢ la incapacidad laboral, que se concreta en un subsidio -un porcentaje de su salario base- que el trabajador recibe cuando est¨¢ enfermo, con car¨¢cter temporal o permanente. Cuando la enfermedad o lesi¨®n no ha sido causada por el trabajo, es el m¨¦dico del SNS el que da la baja y el alta, pero es la SS qui¨¦n paga este subsidio, que los primeros 15 d¨ªas corre a cargo de la empresa. Pero cuando la enfermedad o lesi¨®n est¨¢ causada por el trabajo, es la SS la que se hace cargo, tanto del subsidio como de la prestaci¨®n sanitaria (m¨¦dicos, medicamentos, hospitalizaci¨®n, etc¨¦tera), a trav¨¦s normalmente de una mutua, siendo un m¨¦dico de la mutua, o de alg¨²n proveedor concertado, quien da la baja y el alta de la incapacidad.
Las mutuas, entidades que gestionan estas prestaciones en nombre de la SS en alrededor de 13,5 millones de trabajadores, atendieron en 2006 algo m¨¢s de 1 mill¨®n de lesiones por accidentes de trabajo con baja, de las cuales unas 1.300 fueron mortales, y unas 17.000 enfermedades profesionales con baja (casi un 50% menos que en 2005). Para ello, las mutuas gestionan un presupuesto de la SS de unos 7.500 millones de euros anuales, con el que hacen frente, adem¨¢s de a los subsidios, a las prestaciones asistenciales con recursos propios, como unas 1.500 camas (s¨®lo ocupadas en un 50%) o unos 13.000 profesionales sanitarios, entre otros.
Los roces y desajustes que se producen entre la SS y el SNS en la gesti¨®n de la incapacidad temporal por causa com¨²n est¨¢n identificados y hay esfuerzos por ambos lados para tratar de mejorar la coordinaci¨®n administrativa y sanitaria, ya que el gasto de un Centro de Salud est¨¢ndar en d¨ªas de baja (34%) que certifican sus m¨¦dicos de primaria es muy similar al gasto en farmacia (37%).
Pero donde la falta de coordinaci¨®n entre la SS y el SNS es m¨¢s evidente es en relaci¨®n a la incapacidad por causa laboral. Primero, porque hay un porcentaje elevado de episodios de incapacidad que son atendidos y financiados por el SNS pero que deber¨ªa financiar la SS, pues es de origen laboral: seg¨²n las mejores informaciones disponibles, un 16% aproximadamente de las incapacidades atendidas por el SNS deber¨ªa ser financiado por la SS a trav¨¦s de las mutuas. Segundo, porque los recursos asistenciales desplegados por las mutuas para atender estas incapacidades laborales est¨¢n escasamente utilizados, cuando el SNS puede tener d¨¦ficit de recursos asistenciales (especialmente de profesionales) o simplemente se duplican los recursos asistenciales p¨²blicos, cuando podr¨ªan compartirse mediante acuerdos.
En aras a la coordinaci¨®n, es urgente mejorar la notificaci¨®n de las enfermedades y accidentes del trabajo por parte del SNS para que sean atendidos por la SS. Pero, dado que posiblemente siempre habr¨¢ un porcentaje de casos que acaban siendo atendidas por el SNS por ser problemas de salud multicausales, otra propuesta complementaria es que la SS, con vistas a estimaciones fiables, reconozca un n¨²mero posible de estos casos y pague por ello un tanto alzado anual al SNS, como ocurre ya en pa¨ªses como Francia.
En segundo lugar, el establecimiento de convenios entre las mutuas y el SNS de las CCAA, para la utilizaci¨®n conjunta de los recursos asistenciales, es otra alternativa deseable. Una mutua no tendr¨ªa porque abrir nuevos ambulatorios o centros hospitalarios all¨ª donde ya existe un hospital o un centro de salud, y viceversa. En tiempos de crisis, estas propuestas son, adem¨¢s de necesarias, urgentes.
Fernando G. Benavides es catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universitat Pompeu Fabra. Olga Pan¨¦ es gerente del Consorci Sanitari de l'Anoia.
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