El Athletic pierde fuelle
El Sporting le da una lecci¨®n t¨¢ctica en San Mam¨¦s aunque muestra su escasa pegada
Se debate y se debate c¨®mo parar a un delantero de prestigio, c¨®mo frenar a un muchachote de m¨¢s de 1,90 metros, c¨®mo hacer para que Llorente, la referencia rojiblanca, no siga su senda goleadora. Con uno, con dos, bocadillos, saliendo a por ¨¦l, dej¨¢ndole llegar. Nada de eso. Manolo Preciado el t¨¦cnico del Sporting dio con el arma m¨¢s sencilla: el asunto es que no le llegue ni un bal¨®n en condiciones. Si no hay fuente, no hay agua. Y el Sporting le dej¨® al Athletic m¨¢s seco que la mojama. A un centro del campo laborioso, comandado por detr¨¢s por Camacho y por delante por Lora y un equipo entregado a la presi¨®n como un ej¨¦rcito de soldados de plomo, el Sporting condujo poco a poco, sin pausa, al Athletic a las catacumbas que cre¨ªa abandonadas. Bien es cierto que algunos futbolistas ayudaban. La apat¨ªa de Susaeta era, cuando menos, sorprendente: atacaba mal y no defend¨ªa; la frialdad de Gabilondo, por acostumbrada, extra?aba cuando parec¨ªa que le hab¨ªa cogido el tono al equipo. De Ion V¨¦lez, la ¨²nica noticia que exist¨ªa era que de cuando en cuando se echaba una carrerita sin fruto a los costados.
ATHLETIC 0 - SPORTING 0
Athletic: Iraizoz; Iraola, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili; Susaeta (Etxeberria, m. 58), Javi Mart¨ªnez (Gurpegui, m. 75), Orbaiz, Gabilondo (David L¨®pez, m. 45); Ion V¨¦lez y Llorente. No utilizados Armando y Etxeita.
Sporting: Sergio; Sastre, Neru, Iv¨¢n Hern¨¢ndez, Jos¨¦ Angel; Michel, Camacho; Omar (Pedro, m. 77), Lora (Kike Mateo, m. 69), Diego Castro (Ra¨²l C¨¢mara, m. 86); y Barral No utilizados: S. Izquierdo y Jorge.
?rbitro: Medina Cantalejo. Amonest¨® a los sportinguistas a Omar, Neru, Lora y Barral
Unos 35.000 espectadores en San Mam¨¦s
Llorente as¨ª es menos Llorente, aunque el chico se busc¨® las acciones individuales que pudo pero siempre en inferioridad num¨¦rica. Aun as¨ª su estado de gracia es tal que Medina Cantalejo le pit¨® un riguros¨ªsimo penalti a Neru (no se sabe si el sportinguista fren¨® al rojiblanco o el rojiblanco choc¨® con el sportinguista). Pero como no era el d¨ªa, Llorente lo mand¨® al grader¨ªo. No lo hizo adrede, pero fue un acto de justicia, porque el Sporting era mejor, m¨¢s ordenado, m¨¢s activo, atacaba m¨¢s, pero... el remate no es lo suyo. A poquita p¨®lvora que hubiese tenido habr¨ªa dinamitado al Athletic sin dejar rastro. Pero no era el caso. Barral se obsesion¨® con el gol a base de disparos, a los que respondi¨® Iraizoz, con agilidad y reflejos.
Era otro Athletic, quiz¨¢s un Athletic muy cansado, incluso agobiado para los recursos f¨ªsicos y t¨¦cnicos que posee. Cab¨ªa pensar que el encuentro frente al Valencia le dej¨® hirsuto, seco. Y el Sporting, cabreado como su entrenador por el ¨²ltimo partido ante el Recreativo, ven¨ªa en la direcci¨®n contraria: con penitencia y contricci¨®n. ?nimos distintos que se traduc¨ªan en un hecho singular: los dos futbolistas m¨¢s correosos, los m¨¢s corretones, Lora y Javi Mart¨ªnez, resultaban los m¨¢s peligrosos. El ¨²nico misterio es que llegaban desde atr¨¢s. En un partido cartesiano, las sorpresas eran de oro. Por eso fueron sustituidos: por agotamiento
Ocasiones, pocas, m¨¢s del Sporting (disparos de Barral y Lora, llegadas casi continuas aunque inocentes); el Athletic, buscando a Llorente desesperadamente sin encontrarle. Y si no encuentra a Llorente es como si no encuentra a nadie.
Las dudas volvieron a San Mam¨¦s despu¨¦s de circular muchos partidos por autopista. Dudas sobre una eliminatoria en la que de momento ha sido mejor el conjunto asturiano. Quiz¨¢s, no m¨¢s peligroso, pero s¨ª mejor, m¨¢s astuto, sobre todo. El Athletic transmiti¨® que no puede seguir jugado a su ritmo. Y sin su ritmo es menos cosa. Y sin Llorente, a¨²n menos. El Sporting tendr¨¢ que incrementar su intensidad ofensiva en el partido de vuelta. A los dos les falt¨® algo para encarrilar la eliminatoria: al Sporting, gol; al Athletic, f¨²tbol.
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