Los grupos pro aborto volver¨¢n a recibir fondos

Como ha hecho antes en otros ¨¢mbitos, Barack Obama ha revertido las pol¨ªticas de su predecesor respecto al aborto, un asunto en el que George Bush se mantuvo inflexible en sus ocho a?os de gobierno. El nuevo presidente ten¨ªa previsto firmar ayer una orden ejecutiva (decreto) que permite la inyecci¨®n de ayudas internacionales a grupos de planificaci¨®n familiar, sin tomar en consideraci¨®n si ¨¦stos apoyan el aborto o no.

El d¨ªa despu¨¦s de que se cumpliera el 36? aniversario de la legalizaci¨®n por parte del Tribunal Supremo de EE UU de la interrupci¨®n del embarazo, Obama cumpli¨® as¨ª con su promesa electoral de dar prioridad al derecho de la mujer a elegir si quiere dar a luz o no, dentro del marco reconocido por la ley. Tanto el presidente como la secretaria de Estado Hillary Clinton, que supervisar¨¢ el env¨ªo de fondos a instituciones humanitarias extranjeras, tienen un s¨®lido historial de votaciones legislativas a favor del aborto.

Gracias a esta nueva orden, las organizaciones de ayuda humanitaria de EE UU volver¨¢n a conceder dinero p¨²blico a cl¨ªnicas e instituciones que aconsejen a las mujeres sobre m¨¦todos anticonceptivos y abortos. Los grupos favorables al aborto estiman que las pol¨ªticas antiabortistas de Bush son responsables, en parte, de los 36 millones de embarazos no deseados y 15 millones de abortos que hubo en el mundo en los ocho a?os de la anterior administraci¨®n estadounidense.

Al no destinar fondos a estas organizaciones, se ha privado a muchas mujeres de informaci¨®n vital, no s¨®lo respecto a la interrupci¨®n del embarazo, sino tambi¨¦n sobre el uso de anticonceptivos como el preservativo, un m¨¦todo ampliamente utilizado en zonas tan castigadas por la epidemia del sida como el continente africano. A la pr¨¢ctica del Gobierno de Bush de privar de fondos a organizaciones que practiquen o promuevan el aborto se la conoce como Pol¨ªtica de Ciudad de M¨¦xico, porque fue anunciada en 1984 por el entonces presidente Ronald Reagan en la mencionada localidad. Posteriormente, Bill Clinton anul¨® el decreto en 1993 y George Bush lo reinstaur¨® el d¨ªa despu¨¦s de llegar al poder, en 2001.