Huellas peludas de 'hobbit'
Rutas por los alrededores de Wellington (Nueva Zelanda), donde se rod¨® 'El se?or de los anillos'. Con una visita al parque de los elfos y al barrio donde se ubica la empresa de los efectos especiales
La chica se lanza a los brazos del hombre maduro: "Otro, tengo otro". El hombre maduro se interesa, miran mapas, rememoran im¨¢genes, y ¨¦l reconoce, un poco picado: "Puede ser...". La chica se llama Anne Buchmann, y el hombre, Colin Bleasdale, gu¨ªas tur¨ªsticos de Wellington, la capital neozelandesa. Su especialidad no son los museos, sino los lugares donde se rod¨® El se?or de los anillos.
Dry Creek Quarry, una especie de cementera abandonada, es la primera parada a media hora de la ciudad. Totalmente decepcionante, pero Colin es un showman y pone magia a este cruce de carreteras: "Yo era uno de los cientos de guerreros; llevaba casco, era de noche y llov¨ªa... Igual por eso no me reconoc¨¦is". Ante nuestra cara de bobos, Colin, socarr¨®n, se quita importancia: "Todos los neozelandeses participamos en la pel¨ªcula". En Dry Creek Quarry se construy¨® el castillo del Abismo de Helm y luego las Minas Tirith.
El director, Peter Jackson, nunca dio muchas explicaciones sobre los sets de rodaje, lo que agranda el reto de gu¨ªas y turistas. Oficialmente hay 150 localizaciones, 12 de ellas en las cercan¨ªas de Wellington. Alrededor de 30.000 personas al a?o viajan a Nueva Zelanda por este motivo. Hay cruceros y viajes en helic¨®ptero de una isla a otra. "El impacto econ¨®mico es incalculable", dice Colin, "mi empresa no exist¨ªa antes de la pel¨ªcula, ni la de Anne, ni muchas otras".
Olor a peque?as criaturas
Siguiendo el r¨ªo Hutt, Anduin en el filme, se huele a hobbit. Es la siguiente parada: unas pozas con m¨¢s rocas que agua, resultado de la sequ¨ªa. "Imposible que los hobbits se ahoguen aqu¨ª, como pasaba en la pel¨ªcula; hubo que echar agua y plantar ¨¢rboles y arbustos", explica Colin. Unos metros m¨¢s all¨¢ hay otro grupo de turistas. Su gu¨ªa reproduce la escena en un DVD port¨¢til. Colin prefiere recitar di¨¢logos de algunos de los 1.700 kil¨®metros de pel¨ªcula rodados.
Quince minutos en coche llevan a Kaitoke, Rivendell en la pel¨ªcula. Kaitoke es el pulm¨®n m¨¢s salvaje de Wellington. Aqu¨ª Frodo se recuper¨® de sus heridas y Aragorn le hac¨ªa ojitos a la elfa Arwen. Es el lugar ideal para ambas cosas. A una hora de la ciudad, un parque con una vegetaci¨®n turbadora, gigantescos ¨¢rboles, entre ellos el silver fern, el helecho plateado, s¨ªmbolo del pa¨ªs. Un puente colgante comunica la zona civilizada del pic-nic con el lado salvaje del bosque. Los ¨¢rboles no dejan pasar la luz ni el ruido, si es que lo hay en alguna parte del pa¨ªs.
A 10 kil¨®metros se encuentran las praderas de HarCourt, con campos de golf y escuelas. Colin rastrea por la maleza y, m¨¢gicamente, aparece con dos garrotes, con los que reproduce el paseo del barbudo Gandalf. "Varios estudiantes se pasaron tres semanas pegando en el suelo hojitas de pl¨¢stico para ambientar las escenas", explica el gu¨ªa. Se plantaron 70 ¨¢rboles,que hab¨ªa que quitar al final del rodaje para evitar protestas de los ecologistas sobre la alteraci¨®n del paisaje.
Volvemos a coincidir con el grupo de Anne, estudiante de Historia de la Edad Media hasta que El se?or de los anillos llam¨® a su puerta. Su misi¨®n consist¨ªa en entrenar a caballos y jinetes en las batallas: "Escog¨ª a aficionados en artes marciales, porque saben marcar el golpe. Luego les ten¨ªa que ense?ar a pelear como en el medievo".
Treinta y dos escenas
El final de la excursi¨®n es en los arrabales de la capital: el monte Victoria, donde Jackson rod¨® 32 escenas. Cuando la espesura lo permite se ve el patchwork que forman las casitas de colores de Wellington. Es la mejor vista sobre la ciudad, pero Jackson no escogi¨® este monte por sus vistas, sino por los ¨¢rboles inmensos que rodean su casa. Aqu¨ª arriba, el viento acaba con cualquier hoja. Aunque ahora la llamen Wellingwood (de Wellington y Hollywood), los aut¨®ctonos conocen a la ciudad como Windywellington (de Wellington y viento), por su clima diab¨®lico, lleno de colinas y con el mar de Tasmania entrando por un lado y el Pac¨ªfico por el otro. Los ¨¢rboles crecen esquel¨¦ticos, gigantescos palotes entre vientos huracanados. Son los bosques de Hobbiton. A media tarde, con el sol huyendo y el viento levantando la hojarasca, se crea un punto de solidaridad con los indefensos hobbits que se escond¨ªan bajo las ra¨ªces de un ¨¢rbol (que Colin nos ense?a) mientras los tenebrosos jinetes negros cabalgaban sobre sus cabezas.
Del monte Victoria se baja directamente al barrio Miramar. En la bah¨ªa, un herrumbroso barco espera una segunda oportunidad. Colin nos advierte de que es el barco de King Kong. ?l interpret¨® al fot¨®grafo que le dispara el flashazo al gorila: "Tres noches de rodaje para siete segundos de pel¨ªcula; pero vali¨® la pena: nunca com¨ª mejor ni tom¨¦ mejor caf¨¦ que en los catering de Peter Jackson". En Miramar viv¨ªa el director hasta que le lleg¨® el tsunami de los Oscar y se construy¨® una fortificaci¨®n a prueba de orcos y de forofos, que vienen a ser lo mismo. El barrio es tambi¨¦n la sede de Weta, de donde salieron todos los efectos especiales y todas las armaduras y espadas. Hay aparcados por las calles restos de catapultas y de Gollum: en un sitio, sus manos; en otros, su cabeza con ojos saltones. Se echa en falta un monumento o una calle para san Peter Jackson; pero esto no es Espa?a: es Nueva Zelanda, el otro mundo.
Descubre la gu¨ªa de Nueva Zelanda
Gu¨ªa
C¨®mo ir
? Air New Zealand (www.airnewzealand.com; 934 15 20 39), Qantas (www.qantas.com.au; 915 42 15 72) y British Airways (www.ba.com; 902 111 333). A Wellington, ida y vuelta, por 1.500 euros.
Compras
? Weta Cave (www.wetanz.com). En el barrio de Miramar. Estudio de efectos especiales, vende reproducciones de El se?or de los anillos, King Kong o Narnia. Caro, pero obligatorio.
? Jens Hansen (www.jenshansen.com). Joyer¨ªa de Nelson (la isla frente a Wellington) que dise?¨® el anillo. Una reproducci¨®n (sin la frase grabada en su interior, que est¨¢ registrada por Tolkien Estate) en oro de 18 quilates cuesta 1.000 euros. Al margen de la pel¨ªcula, vale la pena por sus dise?os.
Excursiones
? Flatearth (www.flatearth.co.nz). Medio d¨ªa, 60 euros; todo el d¨ªa, 137, con refrigerio incluido. Si no se es forofo de la pel¨ªcula, con medio d¨ªa vale. Conviene haber visto la pel¨ªcula, cuantas m¨¢s veces mejor, para disfrutar al m¨¢ximo.
? Movie Tours (www.adventuresafari.co.nz). Con visionado del DVD en las localizaciones. De 50 a 100 euros.
Informaci¨®n
? Turismo de Nueva Zelanda (www.newzealand.com).
? Nueva Zelanda Viajes (914 29 84 30; www.nzviajes.com). Especializada en Nueva Zelanda, organiza tours y paquetes.
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