Una goleada contra el viento
El Bar?a madur¨® el partido y recurri¨® a Messi para desequilibrar la saneada defensa del Numancia
No hay peor enemigo para el f¨²bol que el viento, y m¨¢s para un equipo veloz y preciso como el Barcelona. Y tampoco se conoc¨ªa hasta ayer un ant¨ªdoto mejor para negar al Bar?a que el muro numantino. Ni regando el campo se ablandaba el Numancia, en una noche desagradable y deportivamente dolorosa por la muerte de cuatro ni?os que practicaban el b¨¦isbol en Sant Boi. El equipo que mejor juega sin la pelota neutralizaba al descanso al que m¨¢s f¨²tbol produce con el bal¨®n. Hasta que aparecieron Iniesta, Alves y Messi, ya reanudado el choque, para marcar un gol tan precioso como discutido por el Numancia. El ¨¢rbitro no tuvo nunca ninguna duda porque siempre pit¨® a favor del Barcelona, con y sin raz¨®n, circunstancia que enrabiet¨® al plantel de Soria. Tuvo su parte de raz¨®n, tanta como el Bar?a para reclamar un triunfo que al final fue tan generoso como su f¨²tbol. El juego afirmativo le pudo nuevamente al negativo.
BARCELONA 4 - NUMANCIA 1
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Puyol, Piqu¨¦, Abidal; Xavi (Hleb, m. 82), Tour¨¦, Iniesta (Bojan, m. 79); Messi, Eto'o y Henry (Busquets, m. 73). No utilizados: Pinto, C¨¢ceres, Sylvinho y Gudjohnsen.
Numancia: Juan Pablo; Juanra, Ortega, Palacios, Boris, Bellvis; Del Pino, Dimas, Nagore (Brit, m. 76), Barkero (Quero, m. 80); y Goiria (Aranda, m. 63). No utilizados: Diego, Juan Carlos Moreno, Felipe y Pav¨®n.
Goles: 1-0. M. 49. Messi finaliza una asistencia de Alves. 2-0. M. 52. Eto'o culmina un pase de Iniesta. 2-1. M. 60. Barkero, de falta. 3-1. M. 70. Henry remacha una jugada de Messi. 4-1. M. 75. Messi, de jugada personal.
?rbitro: P¨¦rez Lasa. Mostr¨® la cartulina amarilla a Dimas, Xavi, Palacios, Piqu¨¦, Ortega y Del Pino. Doble amarilla a Palacios (m. 80).
Camp Nou. 47.330 espectadores. Se guard¨® un minuto de silencio por Francesc Ribas, ex jugador del Bar?a (1939 y 1940), y por los ni?os fallecidos ayer en Sant Boi.
A Guardiola le escoci¨® tanto la derrota en los Pajaritos, la ¨²nica del campeonato, que ayer repiti¨® la misma alineaci¨®n, excepto el lesionado M¨¢rquez, y plante¨® un partido muy parecido. Iniesta formaba como interior izquierdo para abrir una nueva v¨ªa en ataque y aumentar el caudal de juego, concentrado en la banda derecha con Alves, Xavi y Messi. Acert¨®. Quer¨ªa ganar el Bar?a con el mismo equipo de Soria para demostrar que si perdi¨® en su estreno fue por accidente. Kresic recogi¨® el guante y acept¨® repetir el partido con un dispositivo calcado para evidenciar que su triunfo no hab¨ªa sido casualidad. No pudo porque de cada 10 partidos, normalmente ganar¨¢ uno.
Basculaba bien el Numancia en su cancha con una excelente defensa de ayudas, tan organizada y bien dispuesta que al Barcelona le resultaba imposible ganarse un metro para el remate, combinar en situaciones de superioridad num¨¦rica, imponer su ataque est¨¢tico. No hab¨ªa un solo agujero en la pared levantada por Kresic en la inmensidad del Camp Nou. Los medios no filtraban pases y a los delanteros apenas les llegaba la pelota. Nueve d¨ªas practicando a puerta cerrada dan para mucho si los jugadores se aplican como es el caso del Numancia, empe?ado en discutir la autoridad futbol¨ªstica del Barcelona.
Firmes en su ¨¢rea, los muchachos de Kresic son tambi¨¦n muy selectivos en ataque, tanto que nada m¨¢s presentarse ante Vald¨¦s marcaron un gol que el ¨¢rbitro anul¨® por una falta de Del Pino contra Iniesta. Aunque el colegiado se?al¨® carga del delantero contra su marcador antes de que cabeceara a la red, nadie hab¨ªa reparado en la infracci¨®n y la jugada pareci¨® bien legal en el estadio. La facilidad con la que el equipo soriano funcionaba en el Camp Nou contrastaba con el barroquismo del Barcelona, cada vez m¨¢s desquiciado y ansioso, menos preciso que nunca, poco clarividente. A Messi, por ejemplo, siempre le sobraba un regate, como si necesitara entrar a la porter¨ªa con el bal¨®n en la red para asegurarse de que, por fin, el gol hab¨ªa ca¨ªdo de la cuenta azulgrana.
A veces cortaba Palacios, que tapaba por delante de los centrales, como un falso pivote. Tambi¨¦n interced¨ªan los volantes para ayudar a los laterales a defender los centros. Y cuando no llegaban a tiempo los nueve futbolistas alineados detr¨¢s del cuero, se presentaba el cuerpo del portero. Hasta que apareci¨® Alves, abierto en la banda derecha, para controlar una diagonal exquisita de Iniesta, superar a su marcador con un sombrero y asistir a Messi con un cabezazo en el que se jug¨® la cara. Messi se redimi¨® con un toque muy toreril, como quien no quiere la cosa, despu¨¦s de girar el cuerpo de forma elegante y sutil. Abierta la lata, Iniesta insisti¨® en poner pases de gol y dej¨® a Eto'o frente al guardameta para que asegurara la victoria ante la desesperaci¨®n del Numancia, que ped¨ªa fuera de juego en cada gol.
Fuerte en las jugadas de estrategia, el punto d¨¦bil del Bar?a, el Numancia le dio continuidad al partido con un libre directo transformado por Barkero, un gol muy bonito que fue respondido por Henry para que no quedaran dudas de que el problema en partidos con rivales como el Numancia es marcar el primer gol y no el tercero y el cuarto. Volvieron a marcar los tres delanteros barcelonistas, Messi por partida doble, despu¨¦s de una jugada en el ¨¢rea peque?a tan confusa y al tiempo divertida y dif¨ªcil que fundi¨® una parte de los plomos del Camp Nou. El estadio se qued¨® a media luz y en la clandestinidad s¨®lo hubo tiempo para volver a aplaudir a Messi, que mand¨® un bal¨®n al travesa?o despu¨¦s de una jugada preciosa, suficiente para que volviera la luz.
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